jueves, noviembre 08, 2007

Las escritoras marroquíes y la lucha por sobrevivir (I)

Las escritoras marroquíes y la lucha por sobrevivir (I)
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País: Marruecos
Fecha creación: 29/10/2007
Subtítulo: Por Leila Chafai (escritora marroquí)
No se puede hablar de las mujeres escritoras sin hablar de la situación de las mujeres en general. Voy a intentar dar una idea general, aunque sea de forma muy breve, de la condición de las mujeres en Marruecos.
En la primera mitad del siglo XX, casi todas las mujeres eran amas de casa o esclavas y todas eran analfabetas. Fieles guardadoras de la tradición, no tenían derecho a nada, ni siquiera a elegir a su marido.

La poligamia era un fenómeno muy extendido1.

Desde entonces la realidad de la mujer marroquí ha cambiado mucho, sobre todo en las ciudades, donde vive más de la mitad de la población.

Con la urbanización y descentralización del poder, la escolarización de los dos sexos, la participación masiva de la mujer en la vida pública y en todas las manifestaciones de la vida moderna, la extensión de la familia nuclear, con todo esto nacen nuevos valores y estructuras. El piso moderno se extiendo como modelo de vivendias en el conjunto del territorio urbano, en contra de la casa tradicional. Este espacio es concebido de tal manera que no puede admitir la presencia de una tercera persona (la suegra, la hermana divorciada, etc.). Inconcientemente la arquitectura refleja la familia del futuro, rechazando la posibilidad de una segunda mujer.

A pesar de todo ello, determinadas parejas siguen viviendo un desgarramiento entre el nuevo valor, que es el amor; y el fantasma de la tribu, en la cual la vida de la mujer pertenece a su padre o a su marido.

En estas condiciones, las escritoras marroquíes tratan de escribir, o de sobrevivir escribiendo.

Escritoras y analfabetismo

La extension del analfabetismo en Marruecos es un primer obstáculo. El porcentaje de mujeres analfabetas es más elevado que el de los hombres, lo que impide que haya muchas escritoras. La extensión del analfabetismo tiene repercusiones negativas sobre el número de escritoras, y sobre la difusión de su producción literaria. Las tiradas de la mayoría de las editoriales en Marruecos no pasan de los dos mil ejemplares, que las obras sean escritas por hombres o por mujeres.

Debates sobre el concepto de ''escritua femenina''

La ''liberalización de la mujer'' (así se llamaba antes) ocupó un lugar importante en las reivindicaciones de los defensores del renacimiento cultural árabe a principios del siglo. Esta cuestión planteó muchos debates y posturas contradictorias. Al principio de los años cincuenta surgieron voces femeninas llenas de protesta, rebelión y rechazo, personificadas en las novelas de Leila Baalbaki, Kulit al Juri, Ghada Assaman, Leila Ousaïran y otras. Esta producción literaria llamó la atención de los críticos árabes, no sólo por su valor estético, sino también, por su pertenencia a un género que decidió tomar la palabra, adentrándose en un campo que históricamente, les había sido negado. A partir de aquella época nace una nueva expresión: ''Literatura de mujer'' (Adab al maraa), que luego evoluciona y se transforma en ''Literatura femenina''. 2

La aparición de esta expresión se acompañada de un debate acerca de su significado, que gira en torno a la dificultad de clasificar una literatura en base a una diferencia de género. Dos posturas sobresalen: una está a favor de esta literatura y la otra la rechaza. Algunas preguntas: ¿Acaso existe una literatura femenina?, ¿Escribe la mujer de una manera distinta?, ¿Es la mujer consciente de que emplea un lenguaje diferente?.

Aunque la critica literaria Yumna el Iid reconozca que la literatura de la mujer es específica, piensa que no ''es una especificidad natural y constante, sino un fenómeno que encuentra su explicación en la realidad social e histórica que vive la mujer'' 3. Partiendo de esta idea, Yumna Al Iid afirma que la literatura de la mujer en el mundo árabe se caracteriza de forma general por una visión limitada, porque gira alrededor del yo de la escritora, expresando sus penas con sumisión pero, al mismo tiempo, tratando de alcanzar la libertad. ''La escritora árabe, al rechazar el poder del hombre sin preguntarse sobre los raíces sociales de este poder, acaba por caer en la ajenación. Esta mujer fanática para con su búsqueda de libertad, y con la destrucción del poder masculino, después de fracasar en sus aventuras, vuelve a buscar al hombre no para convivir con él como un igual, sino como mujer sometida a la realidad y obligada a aceptar al hombre como sustituto del mundo'' 4

Yumna el Iid afirma que la literatura es un medio, entre otros, para ''liberar las capacidades intelectuales de la mujer y un espacio para poner sus conocimientos y sus sentimientos en práctica y alcanzar la madurez de sus sueños''. 5 Pero Yumna el Iid advierte contra la literatura femenina que gira alrededor del yo y que ''intenta demostrar que la mujer también puede ser escritora''. Esta actitud desafiante desvía el problema de su contexto social y lo limita a una cuestión de género. La igualdad con el hombre viene a ser el único objetivo de la mujer mientras que, según Yumna el Iid, su lucha debería orientarse a ocupar un lugar en el mundo y abrir una relación directa con él. 6

Yumna el Iid llega a la conclusión de que hay que no se puede distinguir entre la literatura como concepto general y la literatura femenina como concepto específico. Ella considera que la práctica literaria de la mujer depende de su papel social. Esta concepción un tanto marxista pretende que las energías de las mujeres y de los hombres deben unirse para realizar la emancipación de los pueblos oprimidos.

Según la investigadora marroquí Rachida Ben Mesoud (1994), este planteamiento marxista se basa en una visión mecánica y dogmática que trata a la literatura como si fuera un reflejo directo de la realidad material. Para ella, no puede dar una explicación convincente del fenómeno de la escritura femenina, porque rechaza el papel del yo creativo que es un componente esencial en la creatividad literaria: ''la mujer como especificidad''. 7

Por su parte Ghada Essaman reconoce algunos rasgos específicos a la literatura femenina cuando dice: ''En la literatura femenina siempre hay una heroína, que siempre está nerviosa, siempre reivindica sus derechos...y siempre escribe acerca de sus experiencias'' 8 pero añade explicando el origen del término de ''literatura femenina'': ''Esta apelación emana de nuestro pensamiento oriental, que por analogía con el principio que dice "Los hombres se encargan de las mujeres'', ha impulsado a nuestros críticos literarios a crear una regla que dice ''la literatura masculina se encarga de la literatura femenina'' 9

La investigadora Rachida ben Mesaoud, la única marroquí que se interesó por el fenómeno de la literatura femenina marroquí, está de acuerdo con Yumna el Iid acerca del protagonismo que desempeña el papel social de la mujer. Pero no lo considera como único factor que explique la especificidad de esta escritura. También considera que hay que leer esta literatura desde un punto de vista biológico, pero no como una prueba del estado de degradación y con desprecio hacia las capacidades intelectuales de la mujer, sino como un punto de partida para revalorizar el yo femenino.

Está reacción de las escritoras demuestra que la causa del rechazo del término de ''literatura femenina'' o ''literatura de mujer'' se debe por una parte al hecho de que esta denominación tiene una connotación negativa.

Resulta que las escritoras mismas reproducen este mismo menosprecio hacia su propia literatura cuando luchan para que no se distingua entre la literatura masculina y femenina, aunque por ello tengan que dejar de hablar de sus propios problemas para tratar de los problemas sociales de forma general, y ello ¡sólo para que su literatura se parezca a la de los hombres! Actúan como si los problemas de las mujeres no formaran parte de los problemas sociales.

Por otra parte, esta reacción se debe a las carencias de la crítica árabe, cuyo trabajo teórico no ha tomado suficientemente en cuenta a este fenómeno. ''Lo que no quiere decir que la escritura femenina no existe sino que afirma la existencia de una realidad que la critica árabe no ha llegado a alcanzar, prueba de ello es que todos reconocen que la literatura femenina tiene determinadas características pero que nadie las puede explicar''. 10

En Marruecos la cuestión de la literatura femenina no ha suscitado ningún debate, tampoco se estima que el tema merezca la pena. Por eso las opiniones de las escritoras marroquíes son meras respuestas a entrevistas realizadas por algunas revistas o periódicos. Así Khnata Benuna, contestando a una pregunta que le hizó Paul Chaul sobre si hay una escritura femenina en Marruecos: ''Considero que esa clasificación es masculina y tiende a conservar las fronteras femeninas del harén, que existen en nuestro mundo árabe, y consolidarlas incluso en el campo de la creación. En lo que se refiere a Marruecos, hay iniciativas buenas aunque poco numerosas en el mundo de la mujer. Rechazo esta distinción porque la producción literaria no tiene sexo.''

Khnata añade, con el fin de explicar los argumentos a favor de esta expresión de ''literatura femenina'': ''Si tomamos la situación actual (La entrevista se hizó en 1976) podemos considerar que esta distinción está justificada. Pero con la nueva generación que tiene ideas muy avanzadas dentro de un contexto de modernidad, conservar estas distinciones equivale a un tipo de injusticia hacia la mujer (...) pero creo que esta distinción es pasajera porque si la mujer tiene la capacidad intelectual y social, opino que podrá invalidar este tipo de distinciones de manera pacífica o no pacífica''. 11

En el mismo contexto, la poetisa marroquí Malika al Aasimi expresaba una opinión parecida. Reconocía sin embargo que la literatura femenina tiene unas características diferentes: ''Está claro que la literatura femenina tiene características propias, como la literatura de cada sociedad y de cada grupo social, pero no estoy a favor de las distinciones literarias cuando se hacen en base a una discriminación elitista y dominante que afirma que la literatura occidental es la mejor y que hará que la literatura femenina esté en la último escalón jerárquico.'' 12

Según Rachida Benmasaud, esta ambigüedad que caracteriza a todas las opiniones expresadas anteriormente acerca de la concepción de ''literatura femenina'' proviene de la falta de definición del significado de la palabra ''femenina'' que contiene significados cargados de nociones despreciadas del Harén. Esto hace que las escritoras marroquíes y árabes rechacen esta palabra a expensas de su propia identidad, y caigan de esta manera en la dominación masculina. 13

De hecho, se entiende el por qué de la negación de nuestras escritoras a que su literatura se considere como femenina, dado su deseo de alejarse del desprecio y de atribuirse la postura del hombre.

1 Mademoiselle MASSON: Entretien sur l'évolution des pays de civilisation arabe, Paris 1938.
2 Rachida Ben Mesaoud. La mujer y la escritura. Cuestión deespecificidad. Afique orient. 1994.
3 Yumna el Iid "Participación de la mujer en la producción literaria" Revista Attariq. Numero 4. 1975.
4 Idem.
5 Idem
6 Idem
7 Rachida Ben Masaud. Citado
8 Entrevista con Ghada Essaman publicada por el anexo lterario del Anouar y citada por Dr Hussam el Jatib en su estudio ''Sobre la novela femenina en Siria'' En Al Maarifa Nº 166.
9 Idem.
10 Rachda Benmessoud. Op Cit
11 Paul Chaul ''Signos de cultura marroquí contemporánea'' Al muasasa al Arabia li adirasat ua anachri: Agosto 1979.
12 Entrevista con Malika al Aasimi hecha por Abdelilah Tahani en el periódico "Al Alam" del 30 noviembre 1985. Citado por Rachida Ben Mesaud.
13 Rachida Ben Masaud. Op. Cit

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