viernes, febrero 17, 2012

Novísimos 44 años de la joven canción trovadoresca

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Alain Valdés Sierra
Hace poco más de cuatro décadas surgió en Cuba un movimiento artístico que marcó de manera definitiva la forma de cantar en la Isla, y que tantos años después las más jóvenes generaciones ven como suyo.
Es un fenómeno que no pasa de moda, con el decursar del tiempo se ha adaptado a otras voces, estilos y contenido; su nombre es Movimiento de la Nueva Trova.
Cuentan los cronistas, testigos o no del hecho, que todo comenzó con un concierto que ofrecieron en febrero de 1968 tres jóvenes cantautores en la Sala Che Guevara de Casa de las Américas.
Dicen que nerviosos llegaron Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola a su primera gran presentación, especialmente invitados por la Heroína del Moncada Haydeé Santamaría.
Guitarra en mano, trasmutada en fusil para esos bardos que con sus letras defendían la utopía de una Revolución sin precedentes en el continente, estaban lejos de imaginar que poco años después ellos y otros muchos jóvenes deseosos de decir cantando, darían cuerpo y vida al Movimiento de la Nueva Trova.
En diciembre de 1972, al finalizar el Primer Encuentro de Jóvenes Trovadores, en la oriental ciudad de Manzanillo, quedaría creado el Movimiento, que tuvo un importantísimo rol en la consolidación de la cultura revolucionaria a causa del contenido de sus canciones.
La tradición trovadorezca en Cuba se remonta a muy atrás en el tiempo, y sus exponentes han llevado el nombre de la Isla a los principales escenarios del mundo.
Sobresalen así los “inmortales” Pepe Sánchez, Sindo Garay, Miguel Matamoros, Manuel Corona, María Teresa Vera y muchos otros, pero el relevo de los años últimos de la década de 1960 llegó más que con un compromiso musical, con uno social.
El triunfo de la Revolución en 1959, y los cambios que implicó para los cubanos imprimió la energía para que jóvenes con las más variadas formas de componer e interpretar, se alzaran dentro del panorama musical de la Isla con una fuerza expresiva nunca antes vista.
A partir de entonces los textos, que muestran desde un elaborado fondo poético hasta las más directas formas de decir, se enfocaron al tratamiento de la realidad cubana y latinoamericana.
En este fenómeno estético musical se dan a conocer intérpretes de siempre, que más allá del marco temporal de la Nueva Trova se mantienen como íconos de la cultura cubana como la recién fallecida Sara González, Pedro Luis Ferrer, Vicente Feliú, Augusto Blanca, Martín Rojas, Amaury Pérez y Eduardo Ramos, entro otros.
Generaciones de cubanos en reiteradas ocasiones han sacado de sus gargantas las estrofas de El Mayor, de Silvio, Mis 22 años, de Pablo, Te perdono, de Noel, o Acuérdate de Abril, de Amaury.
Poco más de cuatro décadas y cantando, la Nueva Trova sigue en la preferencia de los cubanos y de seguidores de otras latitudes, ahora desde la voz y la guitarra de otras generaciones, que tildados de novísimos trovadores siguen la tradición de aquel primer poeta que recitó al son del frote de unas cuerdas.

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