lunes, agosto 24, 2009

Silvio Rodríguez y la prensa (1)



José Villamarín Carrascal
Director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación, UDLA.

El trovador cubano Silvio Rodríguez, uno de los poetas más talentosos de su generación, en palabras del inmortal Mario Benedetti, llegó el pasado 5 de agosto para dar un concierto gratuito en Guayaquil, como parte de las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia.

Fue una interesante oportunidad para identificar lo que los medios escritos conciben como noticia, sobre la base de lo que lo que publicaron a raíz de la rueda de prensa que dio el cantautor cubano.

Los medios, en concreto, se alinearon por dos versiones, curiosamente representadas en dos agencias internacionales de prensa, la francesa AFP y la española EFE. La primera destacó el apoyo que para los gobiernos socialistas de Sudamérica pidió Silvio Rodríguez. La EFE, en cambio, resaltó la posibilidad de que el presidente Correa cante a dúo con Silvio Rodríguez. Por la primera propuesta optaron Últimas Noticias y Expreso y, por la segunda, Hoy y también Expreso (en sus versiones on line).

Más allá de la actitud de los medios, aquí queda evidenciado el eterno enfrentamiento entre dos posiciones: ¿al lector hay que darle lo que él quiere leer o lo que él debe leer? Si es lo primero, la fórmula mágica es la de las tres “s”: sexo, sangre y sentimientos, con la cual subirá el tiraje que da un contento. Pero si es lo segundo, ¿quién es el sabio de la Grecia que está en capacidad de decidir lo que el público “debe” leer? Amén de que, con seguridad, en este caso, el aburrimiento de más de un lector incidirá en el casi seguro bajo tiraje del periódico. Y a eso no juegan los empresarios de la comunicación.

Desde un punto de vista comercial, el tema queda dilucidado al optar por la primera postura, como suelen hacer normalmente los medios. Así, se mata dos pájaros de un tiro: se beneficia el diario con un alto tiraje y se “beneficia” el lector con información fácil, rápida, superficial, nada exigente.

Y no hay mejor negocio que aquel en el cual salen ganando los dos: el que compra y el que vende.

Pero resulta que hacer un periódico no es lo mismo que hacer zapatos. Estos sirven para caminar en la calle. Aquellos, para caminar en el mundo. ¿Cómo dilucidar, entonces, el tipo de producto que se debe poner en manos del lector? La propuesta de la catedrática chilena Eliana Rozas ayuda a zanjar la situación. Ella habla de diferenciar entre lo importante y lo interesante. Lo importante, dice, es aquello que tiene como referente lo comunitario, lo objetivo; lo interesante, tiene como referente lo individual, lo subjetivo. De las declaraciones de Silvio Rodríguez, ¿qué es lo importante y qué lo interesante? Lo que causa el interés de muchos individuos, obviamente, es la declaración (forzada por una periodista de farándula, por cierto) de que Correa cante a dúo con Silvio. Pero ¿en qué medida afecta esto a la colectividad? Que el Presidente cante, no pasa de ser una ‘trascendentalización’ de lo irrelevante. Pero eso vende.

Y vende dos cosas: primero, ejemplares de los periódicos y, segundo, una imagen no precisamente positiva del Primer Mandatario. ¡Bingo! dirá la prensa interesada en estas triquiñuelas.


Silvio Rodríguez y la prensa (2)
José Villamarín Carrascal
Peridosita y catedrático universitario


Nadie niega el hecho de que los medios privados son grandes empresas y que deben manejarse como tales. Lo que está en entredicho es el tipo de producto que deben poner a disposición del público. Un camino para dilucidar esta situación es la función intrínseca de los medios: proporcionar información útil para que las audiencias puedan tomar decisiones frente al entorno.

El caso de la cobertura de la rueda de prensa del cantautor Silvio Rodríguez, invitado a dar un concierto por las fiestas libertarias del país, se presta bien para estas disquisiciones.

Básicamente, podríamos decir que hay dos tipos de acontecimientos (o declaraciones): aquellos que interesan al público (que parten de sus subjetividades) y aquellos que son importantes por sí mismos (son “objetivamente importantes”) y, por lo tanto, deberían conocerlos el público.

Para Eliana Rozas, catedrática de la Universidad Católica de Chile, estos últimos acontecimientos (o declaraciones) son aquellos que tienen peso por sí solos. Un peso, dice, que no está en relación con cuánto le importan a los lectores, sino en las consecuencias que tienen para la sociedad.

Aquí, entonces, una primera manera de dilucidar qué publicar en los medios, a qué parte de las declaraciones de un personaje darle importancia o qué giro darle a un hecho.

Desde esta perspectiva, ¿se justifica el amplio despliegue informativo de la ecuatoriana que “vendía” su virginidad? La respuesta sería positiva si el enfoque es de interés social: el infierno que viven los inmigrantes, la precariedad de sus condiciones, las políticas inmigratorias... Pero no lo sería si es solo para exacerbar el morbo y generar risitas hipócritas entre los lectores.

Como dice Rozas, si se reemplaza la importancia por el interés, estaríamos optando por la trivialización de lo importante o la trascendentalización de lo irrelevante. Un mismo hecho puede ser las dos cosas: importante o trivial, depende del enfoque de los medios. Y de su interés: si su objetivo es hacer pensar al lector para que pueda tomar decisiones sobre su entorno, o si solo quiere vender.

¿Que el presidente Correa podría cantar a dúo con Silvio Rodríguez? Nada más irrelevante que esto. ¿No había otras declaraciones, como su opinión frente a los procesos de cambio en Ecuador y Latinoamérica, sobre las cuales el público deba tomar una posición?

Los temas que llamamos interesantes generalmente no nos piden decisiones y si lo hacen ellas se revierten sobre nosotros mismos. En cambio, los temas importantes exigen toma de decisiones que se revierten sobre la comunidad, no solo sobre el individuo. “Son esos temas los que generan conexiones y refuerzan el sentido comunitario” y recuerdan a los medios que tienen responsabilidades sobre los demás, dice Rozas. Lo otro es la individualización, que solo refuerza el sentido personal, egoísta.

El siguiente reto para los medios es cómo lo importante hay que decirlo de manera interesante, para que la gente lo lea. Ahí está la creatividad del periodista. Esa debería ser la preocupación de la prensa y no la trascendentalización de lo irrelevante.

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