viernes, octubre 26, 2007

TAREAS DEL ESCRITOR SOCIALISTA


De Redaccion Popular

TAREAS DEL ESCRITOR SOCIALISTA
Juan Cristobal




Estas sugerencias, para todo escritor comprometido con el horizonte socialista, sea de cualquier gènero, pueden parecer un orden esquemàtico. Y lo es. Pues el socialismo tiene las vertientes que le ofrece su propia sociedad y hay que construirlo respecto a ella, como creación heroica, y no de manera dogmàtica o totalitariia.. Pero tambièn pueden leerse como sugerencias para abrir un cambio de opinión, una polèmica, altruista, importante y respetuosa con los diversos escritores, y no como la que se desarrollò en el Perù, hace algunos meses, cuando se hablaba con el mayor de los simplismos de "andinos" y "criollos", sin ir al fondo del problema y si en el momento actual era vàlida tal distinción, y, por otro lado, sin reconocer su propia realidad y su perspectiva social y literaria. Por ello, sin màs preàmbulos, esbozo las sugerencias siguientes.

1) Todo escritor comprometido con el socialismo debe tener en cuenta su realidad, el desarrollo de su historia, sus conflictos sociales y culturales. En el caso peruano su formación social es de una "totalidad conflictiva" debido a su desarticulaciòn, como decìa Antonio Cornejo Polar, pues es plural, plurilingüe y multiètnica, lo que cuestiona seriamente la aparente legitimidad de "unidad". Por eso, Josè Carlos Mariàtegui hablaba de una literatura peruana "no orgánicamente nacional", ya que consideraba la existencia de varias culturas y de otros sistemas literarios (quechua, aymara, español)

2) El concepto clave de nuestra cultura, y por ende de nuestra literatura, es el de pluralidad, ya que se debe reconocer que si bien hay una cultura oficial dentro del sistema capitalista, las diversas culturas oprimidas tienen tambièn el derecho a ser consideradas como culturas diferenciadas El concepto de "totalidad conflictiva" no anula las contradicciones entre ellas, entre la oficial y las oprimidas y entre las propias oprimidas, sino al contrario, las reaviva y se retroalimentan, ya que participan del mismo curso històrico. Este concepto de pluralidad està llevada fielmente en la expresion de Arguedas: "todas las sangres".

3) No se debe dejar de reconocer ni menospreciar la literatura oral de nuestros pueblos. La pluralidad es el reconocimientos de los sistemas mùltiples en nuestra literatura que guardan relativa independencia entre ellos, aun cuando sean inestables y no tengan un peso decisivo o importante.

4) Recordar el énfasis marxista: la realidad forma la conciencia y no la conciencia la realidad.

5) Por lo tanto, el escritor socialista saber cuàl es la materia prima de su labor intelectual, lo que le permitirà tener una opciòn firme en su trabajo literario. Es decir, hablamos de una conciencia acumulada anterior a su labor creativa, producto de su experiencia social y personal, educación, contorno y condiciòn social, etc.

6) Reconocer que la lucha de clases no es sòlo social y polìtica. Tambièn es ètnica, de gènero, literaria y cultural.

7) Que nuestra cultura y literatura encierra básicamente dos vertientes: la nacional y popular, y la antinacional, que representa intereses ajenos a los nacionales y populares. Entre estas debemos mencionar la llamada "literatura light", que no sòlo trata historias escabrosas y superficiales, sino que su papel principales es desideologizar y desconcientizar a la población, sin la profundizaciòn necesaria de sus temas, recordando que todo tema es posible de ser tratado. La literatura nacional y popular se realizaràn màs plenamente en el socialismo. Pero hay que tener en cuenta que tambièn en estas literaturas pueden existir elementos antipopulares y antinacionales, debido a la larga opresión en que los escritores y el paìs se ha desarrollado.

8) Que la producción de un libro es importante, pero la acciòn tambièn, y a vece superior. Que es màs trascendente vivir y luchar como escritor, que ser solamente escritor.

9)Que la confrontación literaria con los de la otra orilla no sòlo se reduce a la discusión retòrica de los mecanismos, tècnicas y propuestas literarias, sino al contenido ideològico de la propuesta, a las tècnicas y mètodos utilizados, sin dejar de reconocer la importancia de la calidad literaria de la misma. Esta confrontación debe ser prioritaria y permanente, utilizando todos los medios posibles de expresión.

10)Que el escritor no sòlo debe realizar y tener una responsabilidad de alto nivel estètico frente a su obra, sino tambièn una posición ètica frente a la realidad en que se desenvuelve y fluye.

11) Por lo tanto no debe hacer distinción entre ciudadano y escritor, entre polìtica y literatura. Su postura de ciudadano y opinador polìtico o polìtico no lo desconecta de su posición de escritor, al contrario, lo responsabiliza.

12) Que frente al desarrollo agresivo y agresor y al empuje cultural e ideològico del imperialismo norteamericano y las transnacionales, en esta etapa de globalización salvaje, el escritor debe estudiar y rescatar permanentemente su cultura ancestral y desarrollar su identidad nacional, y no solamente en tèrminos ètnicos, sino tambièn de clase. Esta construcciòn de la identidad y su aceptación dependerà de la correlación de fuerzas en la lucha de clases y en la confrontación ideològica literaria.

13) Lo nacional no es incompatible con las experiencias culturales y literarias internacionales. Al contrario, se interconectan y enriquecen. Lo que sì hay que reparar es que lo nacional se construye en condiciones de subordinación a la cultura oficial, es decir, que trata de ser liquidada y marginada ya por el desarrollo de la cultura burguesa, ya por la globalización de lo nativo y popular. Por lo que es indispensable su enriquecimiento permanente.

14) Que el sistema globalizado manipula y margina a sus escritores opositores en todos los medios posibles. A pesar de ello, hay que conquistar y desarrollar todos los espacios que puedan ser ganados.

15) Que la cultura y literatura socialista sòlo puede ser llevada a cabo en la forja de las luchas populares, cuando se socialice el poder polìtico, cuando exista una verdadera democracia directa de los trabajadores de la cultura y del paìs y cuando la solidaridad y respeto por el ser humano y su libertad creativa y personal pasen del discurso ideològico a la pràctica de la vida cotidiana.

15) Finalmente, debe tomar en cuenta el papel y la confabulación de las grandes editoriales y de las instituciones pùblicas o privadas que priorizan el mercadeo de los escritores. Lo que no significa que sòlo se debe luchar por la publicaciòn a los escritores de entraña popular, sino tambièn a los escritores que, apoyando intereses burgueses, hacen buena literatura. .

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