sábado, octubre 27, 2007

Camilo Cienfuegos, la eterna sonrisa


Camilo Cienfuegos, la eterna sonrisa

Por Jorge Smith

http://www.radiohc.cu/kmilo/informaciones/sonrisa.htm



El dibujante y guerrillero Santiago Chago Armada, una de las figura cimeras del humorismo en la Isla, dibujó poco antes de morir lo que calificó de "siete maravillas de la Revolución cubana". Camilo Cienfuegos (1932-1959) era la sonrisa.

Chago, autor del libro El humor otro, inspirado en la lectura que hizo de Henri Bergson, delineó en una de las mil noches del periódico Granma -donde trabajaba- su arquetipo:


"Estas son las siete maravillas de la Revolución cubana: La fuerza de Fidel Castro, la imagen de Che Guevara, el valor del capitán Andrés Cuevas, la alegría de Andrés Chongo, el temple de Frank País, la voz de Osvaldo Dorticós y la sonrisa de Camilo.

Camilo Cienfuegos nació en una humilde barriada habanera, de padres españoles, y creció en un ambiente de juegos, bromas y gran sanidad de espíritu. Nada presagiaba al héroe, al menos en su estilo convencional.

Fidel Castro dijo de él "no tenía la cultura de los libros, pero sí la inteligencia natural del pueblo".

Camilo Cienfuegos estudió algo de escultura en la famosa escuela de San Alejandro y no concluyó su aprendizaje. Su hermano mayor Osmany llegó a la universidad, pero el futuro comandante debió trabajar en disímiles oficios, entre ellos el de tendero.

La economía cubana, en la década del 50, como siempre apretaba al pobre y llenaba el bolsillo al rico, y Camilo se vio obligado a convertirse en emigrante económico a Estados Unidos. Allá se casó con una puertorriqueña, las cosas no salieron como esperaba y regresó a Cuba.

Era desprejuiciado y tolerante, y pese a un estado social adverso a los gestos fraternos, el joven habanero se codeaba con personas de la etnia negra y con otras de filiación comunista. Contrario al régimen de Fulgencio Batista, cuando marchaba en una manifestación antidictadura el 7 de diciembre de 1955, recibió su primera herida de bala en una pierna.

Fue uno de los últimos en incorporarse a la expedición del Granma, que partió del puerto mexicano de Tuxpan, y como llegó a las huestes de Fidel Castro "sin recomendación alguna", según Ernesto Che Guevara, al principio llegaron a desconfiar de él.

No sobresalió en toda la travesía de Tuxpan hasta Cuba. Después del revés de Alegría de Pío, cuando la tropa fidelista quedó dispersa, Che reparó en él al reencontrarse en medio del monte.

En el combate de La Plata, el 14 de enero de 1957, Cienfuegos, según Guevara, fue de los primeros en entrar al cuartel sitiado, y en la batalla del Uvero, el 28 de mayo del mismo año, el guerrillero muerto en Bolivia lo recuerda disparando y con la cabeza cubierta por una gorra y un pañuelo detrás, "como en la legión extranjera".

En el segundo combate de Pino del Agua, ya formando parte de la segunda columna de la Sierra bajo las órdenes de Che Guevara, es herido; en abril de 1958, poco antes del comienzo de la ofensiva de Batista contra la Sierra Maestra fue ascendido a comandante.

La ofensiva constituyó el intento más serio de Batista contra los guerrilleros; por única vez pudo lanzar contra el principal bastión rebelde 10 mil hombres, derrotados en sucesivos y cruentos combates, desde el 25 de mayo de 1958 hasta el 8 de agosto del propio año.

Camilo Cienfuegos por su valor, carisma y calidad humana, fue uno de los hombres más queridos entre las tropas y los pobladores. Poseía una convicción y poder seductor tan enormes que atrapó en sus madejas, incluso, a un argentino tan avezado y serio como Che Guevara.

Según contó a este reportero el general de brigada William Gálvez, compañero del héroe en la invasión de Oriente a Occidente, "sólo Camilo era capaz de gastarle bromas de alto grado de confiabilidad al Che".

El joven combatiente (26 años), a veces se sobrepasaba en sus chanzas, y el general de brigada Enrique Acevedo recordaba que Che le decía: "Camilo... no bromees delante de mis hombres".

No hay dudas que ambos se profesaron un gran respeto, cariño y amistad. En las fotografías y películas de época es visible esa comunidad de espíritu, ese lazo de indestructible simpatía que los unía.

Existe otra tesis explicada por Fidel Castro a Gianni Miná en una famosa entrevista, y era aquella que sostenía: "Camilo era valiente, pero no temerario. El Che sí era un temerario".

El comandante de la Revolución Juan Almeida le explicó a este reportero: "si el Che Guevara avanzaba sobre una posición, lo hacía al descubierto, en tanto Camilo lo hacía aprovechando los accidentes del terreno".

Eran en resumidas cuentas dos concepciones del heroísmo: en la primera prevalecía, quizás una concepción fatalista, de vida o muerte; en la otra, una de juego peligroso y atrayente.

Camilo Cienfuegos desapareció un 28 de octubre en un accidente de aviación después de conjurar un conato sedicioso. De él dijo el general de ejército Raúl Castro: "Nunca me pareció un bisoño, siempre un curtido veterano".

Su jefe y amigo, el Che Guevara, cayó en Bolivia ocho años después y, a pesar de esas grandes pérdidas de los dos hombres que dirigieron la contraofensiva contra Batista, la Revolución cubana no ha perdido la estrategia del ataque.

Ahora dirigida a la incultura, las enfermedades en América Latina, la injusticia social y por la solidaridad entre los hombres. (PL)

Fuentes: RHC, AIN, GRANMA, TRABAJADORES, JUVENTUD REBELDE, PL, REUTERS, EFE, IPS, AFP.

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