viernes, octubre 26, 2007

MADRES DE LA PLAZA DE MAYO...


Ayer en medio del Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba, pude conocer a Nora, Madre de la Plaza de Mayo.
Quizá lo que más me conmovió hoy fue esta imagen que la pude captar con la cámara... mirar a esta madre, con su pañuelito blanco...con la foto de su "desaparecido"... saber de su causa y su lucha de años...poder abrazar y sentir su energía tan vibrante, tan llena de vida a pesar del sufrimiento e indignación que la abriga...ahí, empuñando ideales para seguir en la lucha...
vaya ejemplo de continuar aún con el cansancio compartido!




Con mi panuelo blanco en la cabeza
voy a reunirme a la plaza porque es jueves;
voy a estrechar las manos de la ausencia,
voy para que no muera la esperanza.
Con un sabor a sombra en la garganta
y una lagrima de plomo en el ombligo
voy hurgando los adentros de la historia
por encontrar la luz buscando a un hijo.
Y al unirnos tras las huellas de lo
incierto denunciamos el rapto de la aurora
eclipsada por un filo de penumbras.
Denunciamos el pozo y la picana, los clavos
y el madero; denunciamos la cicuta y el
destierro y el complice silencio anestesiado
del que como un espectro sabe y calla.
La ensagrentada garra de lo impune denunciamos
la impunidad de la amenaza solapada,
denunciamos las mascaras del fraude,
el discurso vendido que distrae,
la incongruencia del sermon profano,
los escupitajos de la diferencia.
Denunciamos cada gota de sangre maltratada,
cada diente partido, cada puntapie, cada
secuestro y frente a la tiranica soberbia
y ante la traicion acerada y prepotente,
dejaremos este clamor que se agranda y se
expande con el viento. Para que el arbol
de la verdad golpeado, herido y tantas veces
calumniado no caiga entre las manos del olvido;
para que los hachazos de la intolerancia no
deserticen ese bosque de suenos que aun respira
tiempo adentro en las lagrimas del pueblo.
Tal vez por eso es que ni el oro ni la espada
podran acallar mi eterna rebeldia ni amordazar
del corazon los labios ni silenciar mi golgota
infinito, y todo esto gracias a ese hijo
que desde algun lugar de la penumbra enciende
las estrellas de la noche, todo, por un hijo
que desapareciendo reaparece entre la verde
luz de la esperanza cuando como hoy precisamente
porque es jueves nos reunimos las madres en la plaza.
E.J. Malinowsky

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