domingo, marzo 07, 2010

Con 2 que se quieran: Frank Fernández


Por Radio Angulo / viernes 26 de febrero de 2010 / editorweb@radioangulo.icrt.cu

Amaury Pérez, el cantante que le gusta hacer periodismo, ha conmocionado a los televidentes en Cuba con sus programas de entrevistas, en esta ocasión conversa con el pianista holguinero Frank Fernández. Foto: Cubadebate.cu(Feb. 26) Frank Fernández, una de las glorias musicales de Cuba resulta otro de los distinguidos invitados del programa “Con 2 que se quieran”, conducido y dirigido por Amaury Pérez y que será transmitido a mediados del mes de marzo por la Televisión Cubana.

El pianista y compositor ha obtenido los más importantes lauros nacionales e internacionales de su género musical. Fundador de la escuela cubana contemporánea de piano, su carrera se ha proveído de la escuela rusa así como de la europea, aunque también ocupan en su formación un lugar privilegiado los grandes de la pianística y la composición cubana, como Manuel Saumell, Ignacio Cervantes, Sindo Garay y Manuel Corona.

Sin embargo, su alcance lo traslada más allá de la música clásica. Frank Fernández ha escrito más de 650 obras para diferentes formatos, desde ballets, coros y sinfonías incluyendo obras para agrupaciones de música popular, bandas sonoras para cine (entre ellas la de la película La gran rebelión), televisión y radio. Además, ha trabajado en colaboraciones con artistas de la talla de Silvio Rodríguez, Vicente Feliú, Pancho Amat, entre otros.

El preludio del debate entre los dos músicos entendidos versó sobre tecnicismos y valoraciones de las tendencias modernas y figuras clásicas del contexto de la composición musical.

El Maestro detalló con orgullo sus orígenes, la oriental localidad de Mayarí, lugar donde nació y transcurrió su niñez, estuvo presente una y otra vez durante el diálogo. Rememoró sus escapadas al río del pueblo como uno de los momentos más felices de su vida y la pérdida prematura de su madre, quien fuera su primera maestra de piano y su principal inspiración, como uno de los más terribles.

La confluencia de lo clásico y lo popular en su obra se lo atribuyó también a su lugar de origen. Sus inicios como estudiante de música en la Academia de su madre, en la que comenzó a tocar de oído a los 4 años, incluyó también visitas a la casa de Martín Meléndez, director de la banda municipal, donde conoció a figuras de la trova tradicional que le revelaron joyas distintivas de la cancionística nacional como Perla Marina, Longina, Mercedes, Santa Cecilia…

Surgieron evocaciones sobre la beca ganada que le permitió la oportunidad de asistir al templo de los músicos europeos, el conservatorio Chaikostky, de Moscú; sus grandes maestros, los vivos, y también los que ya no están, así como sus alumnos más prominentes.

Las reflexiones sobre Cuba sellaron la charla. Amaury le propuso la Isla como talismán y Frank lo aceptó gustoso. Según las palabras del concertista, Cuba es Mayarí, el espíritu de su madre y la Revolución Cubana. Se siente responsable de ella en muchos sentidos.

“Un ser tocado por la divinidad”, como lo califican algunas críticas, Frank Fernández ha sabido dar a conocer, de forma admirable, un extenso repertorio de obras que conforman la memoria musical de Cuba. Su obra surge además como una auténtica voluntad de atesorar y salvaguardar nuestra identidad nacional.

Cubadebate, gracias a la cortesía del Programa, tuvo el privilegio de acompañar la grabación de la entrevista y refiere a continuación algunos fragmentos de la misma para el deleite de sus lectores:

Amaury Pérez: Buenas noches. Estamos en “Con 2 que se quieran”, en el corazón de Centro Habana, en el barrio de Lezama, en los legendarios estudios del ICAIC. Hoy nos acompaña, llenando de luz este espacio, este escenario, un hombre extraordinario, uno de los más grandes pianistas que ha dado la historia de nuestro país, uno de los compositores más inspirados, uno de los amigos más queridos y entregados, uno de los más valientes, el maestro Frank Fernández.

Frank Fernández: Gracias Amaury. Un placer.

Amaury Pérez: Yo quería empezar con una pregunta, que puede sonar un poco ambigua. El maestro Ennio Morricone hace una separación muy clara entre la música absoluta, que es la que hace el compositor para sí mismo, para desarrollar su obra, y la música aplicada, que es la música que se hace para una imagen o para un arreglo. Como usted… me voy a permitir tratarlo de usted, si quiere, o si no de tú, por la confianza que nos tenemos.

Frank Fernández: Trátame de tú. Todo el mundo sabe que somos amigos.

Amaury Pérez: Bueno, tú has trabajado en todos esos mundos. ¿Reconoces que hay una diferencia muy marcada entre esa música absoluta que decía Morricone y esa música aplicada, o hay un punto en que pueden converger?

Frank Fernández: Primero nunca había meditado ese aspecto. Hace muchos años, desde que tengo uso de razón, se habla de la música pura, ahora tú dices el término de Ennio Morricone de “absoluta”, de la música por encargo, de la música incidental, de la música para oírla en momentos “X”, que tiene un sentido utilitario. Yo te digo, quizás un poco improvisadamente, sin meditar, creo que la música en líneas generales es una sola. ¿Que quiere decir Ennio Morricone, por cierto, mi más admirado compositor de todos los que conozco, que escriben para cine?

Amaury Pérez: Es que él desprecia, de alguna manera, lo que lo ha hecho famoso. Él siente que la música aplicada es una música que es técnica, que está vinculada con un guión y que le gusta más la música en estado puro, por ejemplo los conciertos que hace para trombón y orquesta.

Frank Fernández: Creo que casi todos los compositores tienen tan estrecha vinculación con su música que los ciega. De hecho ocurre desde Chaikovsky, con el odio que le tenía a Cascanueces, y al Lago; Cervantes, por citar a uno de los grandes nuestros, que decía que sus danzas para piano no eran para tocar en concierto y resulta que nadie se acuerda de lo que él hizo para tocar en concierto, y creo que podemos colocar también a Ennio Morricone con todo el respeto y la admiración que él me merece, porque aunque la fama de una obra no justifique en absoluto su calidad, puede haber una obra que no sea famosa y tenga calidad. En el 95 por ciento de los casos, las obras que tienen calidad se hacen famosas. Quisiera que tú mencionaras o preguntaras en una encuesta cuantas personas en el mundo recuerdan la música absoluta de Ennio Morricone y cuantos conocen la música aplicada hecha para cine. De hecho tú te pones a meditar sobre esos mundos maravillosos que él logra, yo creo que Ennio Morricone tiene la virtud de transmutarse en la película que sonoriza. Sabemos que la música es muy importante pero no es lo único y creo que eso es una incitación a su talento. Me parece que la música para cine, para medios audiovisuales, obliga al compositor a crear con mayor imaginación que cuando hace música absoluta, porque cuando el compositor va a escribir para una imagen tiene que estar sometido a esa imagen, pero si no logra cierta independencia para que la música tenga vida propia es un fracaso. Y ese mundo intermedio, ese mundo de limitaciones donde obligatoriamente, no sometido al director pero sí sometido a la imagen, exige ese tipo de trabajo, desarrolla mucho el talento. Yo recuerdo a Stravinski cuando hizo “La historia del soldado”, creo que con 14 músicos y lo felicitaron los críticos y le dijeron ¡Maestro qué genial es usted! ¿Cómo concebir una obra para tan pocos músicos y que sea tan importante? Y el dijo: ¡lo genial fue la guerra que acabó con todas las orquestas sinfónicas de Europa! ¡No me quedó más remedio que llamar a los músicos que había!

Amaury Pérez: Muy buena respuesta.

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