La memoria histórica debe permanecer acompañada de la justicia, según se desprende de la enérgica advertencia de la alta funcionaria, por añadidura sudafricana, cuyo país tras el fin del apartheid trazó una pauta ejemplar en la transparencia de la verdad del pasado para que los crímenes tengan su castigo. Con vívida experiencia propia denunció que “en Suramérica el olvido continúa siendo promovido” y llamó a la región a “entender mejor y enfrentar las atrocidades cometidas durante los conflictos internos de las últimas décadas”.
A juzgar por los datos aportados, mientras Argentina aparece con el mayor número de juicios por derechos humanos en el mundo, en Chile la ley de amnistía cómplice continúa vigente después de 32 años y en Brasil ningún responsable ha comparecido ante tribunales, con todos los potenciales efectos para la construcción de sociedades justas y seguras en el futuro.
Pese a los comparativos avances institucionales en el subcontinente, todavía parecen asomarse espectros de la genocida Operación Cóndor con su siniestro cohorte de dictadores a hechura de la CIA, proponiéndose imponer la desmemoria antes que el permanente recuerdo aleccionador para que esa sombría historia u otra parecida nunca más se repita.
Foto: En esta foto de archivo de septiembre de 2008, familiares muestran imágenes de disidentes chilenos desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Ex reclutas podrían revelar los lugares donde están los restos de los desaparecidos pero tienen miedo de ir a la cárcel por estar desprotegidos jurídicamente. (AP foto/Archivo de Roberto Candia)
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