domingo, julio 04, 2010

Santiago Feliú: “Soy más bien un jovenzote calmado”



viernes, 04 de junio de 2010

"Entonces señores sencillamente no, no y no a la guerra, voy a cantarles una canción que habla un poco de eso: ‘Alto al fuego’”. Este es Santiago Feliú, sus palabras y su lucha militante a través de la música.

Él le canta “al-para-por” el amor a la identidad, el encuentro con el otro, “la palabra precisa, la sonrisa perfecta”; diría uno de sus compañeros de ruta y movimiento, Silvio Rodríguez. Porque Santiago, joven y talentoso, es uno de los nombres que resuenan -y fuerte- engarzado al concepto de la Nueva Trova Cubana; que antes hicieran nacer Silvio, Pablo Milanés, Vicente Feliú (su hermano), Lázaro García, entre otros.

Ahora es él, junto a talentosos exquisitos -como Frank Delgado, que supo venir a Mendoza hace unos cuantos años; a cantar en el que era el Soul de calle San Juan) o Gerardo Alonso-, el que ha tomado la posta heredada de esos gigantes músicos y maestros.

Y, como aquellos, va con su guitarra por el mundo azuzando hasta los oídos más necios. Es que, señores, es imposible sustraerse a la dulzura poética de “Rosario”, “Rocanrolito de fulanito y menganito”, “En este barrio” o “Esta mañana”; canciones que navegan por el alma de sus discos.

Desde aquel 1986 en que salió “Vida”, el primer álbum de Santiago Feliú, ha corrido mucha tinta y pentagramas por su historia; todos ellos cristalizados en una extensa colección de registros: “Trovadores” (que grabó en vivo, en nuestro país; junto a León Gieco, Juan Carlos Baglietto o Fito Páez entre muchos convidados), “Para Mañana” (también grabado en Argentina en el ‘88), “Náuseas de fin de siglo”, “Ansias del alba”, “Futuro inmediato”, “En vivo” (con el trovador Noel Nicola) y “sin Julieta (2002).

Fue a los 16 años que Santiago comenzó su ruta de integración a este nuevo movimiento de trovadores cubanos y, para perpetrar hacia el infinito el camino de la utopía es que tuvo un hijo (Adriano) al que sumó a las filas de combatientes de guitarra en mano.

Con esas armas, adiestradas bajo un sonido más minucioso en sus melodías, es que Santiago Feliú llega hasta Mendoza para participar, mañana, del “Festival del Cantar Opinando”; que organiza la Dirección de Derechos Humanos de Godoy Cruz.

Aquí el hombre apunta pareceres, sobre la música y su mirada del mundo, antes de llegar al concierto en el que, sin lugar a dudas, hemos de aplaudirlo a rabiar.

- ¿Cómo ves la evolución La Nueva Trova?

- En esencia, yo soy un trovador surgido en un país como Cuba, lleno de musicalidad, lleno de son y de canción. Luego, con los viajes empecé a oír diferentes sonidos que existían regados por el mundo. Noel Nicola fue quien me hizo escuchar por primera vez a Jethro Tull, Bob Dylan, Cat Stevens, Paul Simon y Jimmy Hendrix, entre otros. Me entraron y me sacaron mi veta rockera. Luego, descubrir y compartir con Fito Páez, León Gieco y Baglietto, pues me la acrecentó.

Luego, la actitud y los excesos típicos de este género fueron desacelerándose con la llegada de mi hijo Adriano, en el ‘96. Ahora soy más bien “un jovenzote calmado”. Pero eso: en esencia soy un trovador con cierto rock. En cuanto a los trovadores en general, en Cuba siempre hubo y habrá. Se ha vuelto una tradición. Lo que ahora pasa es que los trovadores son más jazzeros o rockeros, pero la poesía y el sentido del humor se mantienen.

-Has estado en contacto con las ideas del movimiento zapatista, ¿creés hoy que la revolución es posible?

- Junto a mi hermano Vicente hicimos un disco dedicado a los zapatistas, que se llama “Ansias del alba”, y es del año 1997. Allí musicalicé la “Declaración de Principios del EZLN”, un poema de Marcos. Pero también fui a cantarles a los guerrilleros del M19 a sus montañas. Viví muy intensamente la situación colombiana a finales de los ‘80. Le hice la canción “Nosotros y mañana” a Carlos Pizarro, el líder del M19, con quien compartí momentos inolvidables de aquellos años y que fue asesinado siendo candidato presidencial, en plena campaña electoral.

Me gustaría pensar nuevas revoluciones, pensando e imaginando un futuro mejor para Cuba, que sólo pasa por mejorar lo que se ha hecho. De momento, y desde hace demasiado tiempo, no tenemos otra opción que la resistencia. No es alentador, pero la verdad es que “latinoaméricamente” hablando no he visto nada mejor. Somos los pobres más cultos y sanos del planeta. Mantener y desarrollar lo logrado es nuestra única y noble bandera.

- ¿Cómo se vuelcan estas ideas en tus canciones?

- Simplemente cuento mi realidad personal, la realidad social universal y, a veces, la nacional. Siempre trato de hacerlo poéticamente.

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