miércoles, marzo 24, 2010

COBERTURA ESPECIAL: Calle 13 en La Habana



Año VIII. La Habana 23 de MARZO de 2010
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Cobertura Especial de La Jiribilla




“Hay que ser honestos con lo que uno siente”

Una noche de filin en el Gato Tuerto, un mediodía de confesiones en conferencia de prensa, el recorrido por una escuela de música y un encuentro en la Casa de las Américas marcan las coordenadas donde los Calle 13 han estado “a la vista” en Cuba. Mucho han contado de una parada a otra, y cuando las voces reposan, hay miradas y sonrisas que delatan, hay trazos de pluma que dibujan el abrazo del hermano:

“Latinoamérica, un pueblo sin piernas, pero que camina. Se lo estamos empujado mongo.
René, el intelectual”/
“Cuba, el país más cabrón.
Gracias.
No soy el mismo.”



Esto estamparon Residente y Visitante en el libro de memorias de la Casa, esa institución que a sus 50 años no deja de potenciar el diálogo con las nuevas generaciones, y que convocara a los músicos a intercambiar con los cubanos desde diciembre pasado como parte de su evento Casa Tomada. Al fin en la Isla, la agrupación boricua aceptó ir a ese gran hogar del pensamiento que guía el poeta Roberto Fernández Retamar.

Fueron instantes de júbilo, de aprendizaje y hasta de transformaciones. A su llegada, René había negado ser un intelectual: “tengo la suerte de que escribo cosas que riman y de que cuento con la ayuda de la música de mi hermano”. Sin embargo, la conversación en Casa sobre las luchas de Calle 13 en defensa de la identidad latinoamericana, siendo portadores de una sensibilidad que les permite captar el alma de los pueblos y al mismo tiempo cautivarla, les hizo confesar —sin abandonar el tono picaresco que los distingue— que hasta el momento no se habían pensado como intelectuales, pero que ahora todos se cansarían de escucharlos proclamarse como tal.

En momentos así florecía el “embrujo” de la cita en Casa. Por allí andaba reunida parte de la familia de los rumberos cubanos, el trovador Gerardo Alfonso, los cantantes de rap de los grupos Doble Filo, Cola Loca y Cubanos en la Red, DJs, pintores, estudiantes, diseñadores, realizadores de cine y hasta el maestro Juan Formell. No alcanzaron las veces al micrófono para agradecer la presencia de Calle 13 en Cuba, para invitarlos a escuchar nuestra música más reciente y para preguntar:




Muchos jóvenes en América Latina no están lejos del modelo “gringos wanna be”. ¿La canción en la que ustedes hablan de este fenómeno está inspirada en la sensación de que es inevitable realidad que las nuevas generaciones de latinos van camino del “fake”?

Pueden ir en camino, pero no necesariamente. Aquí yo no le he visto, aunque sí en otros países. Nos es que me parezca mal del todo, me burlo de eso, pero cada cual tiene su manera de ver el mundo y de afrontarlo, y si quieren ser gringos wanna be, está bien. Me da gracia, pues de momento si en Perú te empiezan a hablar en inglés, tú dices: “¿qué pasó?”. Y en Puerto Rico, cuando me paran en el aeropuerto y me hablan en inglés, no les hago caso, sigo caminando. “Sir, you have to stop”, me hago el que no entiendo, aunque haya vivido en Georgia tres años y comprendo lo que me dijo. Porque hay una “cosa latinoamericana” que es importante para mí conservar.

Ese tema lo escribí mirando la foto de dos personajes que viven en Miami, que me parecían perfectos para la canción, en la cual menciono a uno de ellos. Pero creo que Latinoamérica está creciendo para bien. Siempre pasan cosas fuertes, pero ella se está haciendo más fuerte. Te lo digo yo, que he viajado mucho y he recorrido bastante el Sur y el Centro del continente: está creciendo con ánimo, y por ahí vienen otros proyectos de parte de nosotros y otros músicos, que van a ayudar a que siga progresando.



Eduardo y René ya están montados en uno de esos botes que pinta el artista Alexis Leyva (Kcho), quien ha llevado desde el corazón de Cuba hasta Haití, la Brigada de Solidaridad Martha Machado. El binomio, que se ha dejado seducir con la idea de ir hasta la tierra de Louverture para contribuir a “levantarla” luego del sismo, también pone fe en otros proyectos como el de realizar un documental sobre su paso por la frontera de Estados Unidos hacia México —“si es como ilegales mejor”— para ayudar a los migrantes y decirles: “voy pa mi casa porque allá la cosa está mala”.

Sin mapa, otro filme en el que siendo un par de músicos desconocidos documentaron su viaje por el continente americano, mostrando algunos rasgos de las comunidades y dando fe a la vez desde su vocación humanista, recuerda, inevitablemente, el periplo que hiciera el bisoño Ernesto Guevara (Che) por América entre 1951 y 1952. ¿Tuvo algo que ver esta historia con la inspiración del viaje de Calle 13? ¿Qué experiencias guardan de este recorrido del dúo que hiciera nacer el tema “Los de atrás vienen conmigo”?

Sí, muchas personas hablan del paralelo entre nuestro viaje y el del Che —explica Eduardo—. Ese recorrido fue muy importante para nosotros al ser el final de un disco que tenía mucha influencia latinoamericana. Lo bueno de ese viaje fue lo bonito que vimos y lo duro también. Cómo en algunas comunidades funciona todo perfecto, tenían paz, tranquilidad; pero cómo viven, por otra parte, los grupos desplazados, que fueron movidos por los colonizadores hacia lugares secos, con pocas condiciones para ser habitados.

Otra alma latinoamericana, la de Mercedes Sosa, no solo acompañó a la banda en la canción “Niños de la calle”, que fue un sueño cumplido para ustedes. La Negra —ha dicho René— enseñó más de lo que podía aprenderse en la escuela y e hizo que un pueblo (Puerto Rico) “sintiera menos miedo”. Para no defraudarla, para que siga dando “gracias a la vida” desde la eternidad, ¿cómo lograr que las manos no sean “inútiles fardos” y “el corazón apenas una mala palabra”?

Como músicos, la mejor manera es tratar de ser honestos con lo que vemos —señala René—. Eso quizás te da un grado de objetividad que es crucial para narrar. Hay que ser honestos con lo que uno siente. Yo por ahora lo estoy siendo, y lo juro por mi madre que lo seré siempre. Si me siento encojona´o, lo voy a decir; si me siento contento, lo voy a decir; si lo que veo no me gusta, lo voy a decir, sin importar que nadie me entienda o que digan que estoy mal.



Fluyendo

En Casa de las Américas un niño quiso saber qué impulsó a Calle 13 a cantar y a hacer reggaetón. Residente contó que había sido poco a poco: “las motivaciones fueron variando y creciendo cada vez, era como una necesidad; pero no formamos parte del reggaetón, no porque no nos guste, sino porque llevamos otro tipo de mensaje, y solo fue una herramienta que encontramos a nivel rítmico para llegarle al barrio. Uno no se debe cerrar, tiene que ver de qué manera le entra a la gente”. Visitante habló de la influencia de la familia que promovió en ellos el arte como una opción, y confesó además, que fue su hermano quien lo convenció para que mezclara los géneros a pesar de sus reservas.

No era la primera vez que los músicos eran preguntados en Cuba por su manera de asumir la creación, y otra vez dijeron algo que puede antojarse ya como una marca del dúo: “todo tiene que ver con el fluir de nuestro trabajo”. ¿De qué hablan? Digamos que de una suerte de lubricante que les permite deslizarse sin mucha atención entre las clasificaciones: “no hacemos caso cuando nos encasillan conceptual o musicalmente —apunta René— seguimos fluyendo, nos conectamos, hacemos lo que sale; aunque el 80 por ciento pensamos en nosotros y si le gusta a los demás, está mejor”.



Sobre el proceso de trabajo añade Pérez Joglar que se debe en gran medida a los viajes que realiza el grupo: “viajo más de lo que leo, pero eso, al menos, me permite ver muchas cosas que escribo exactamente como las vivo. Quizá el haber estudiado arte me dio esa sensibilidad de ver lo que alguna gente no aprecia. A veces exagero. He llegado a casa borracho y escribo cosas que después no me gustan, pero también las uso. Por otro lado, son buenos para nosotros los períodos en que estamos separados mi hermano y yo y cuando luego nos juntamos nuevamente”.

Otra de las particularidades de Calle 13, señala Eduardo, es que en la mezcla de ritmos, asumen la creación como un momento para aprender. “Es muy importante trabajar con la sensibilidad del tema, y trato de que lo dicho por mi hermano esté apoyado por la música”. “Es chévere andar a la par —añade René— para que no pase como muchas veces en el género urbano, en que música y letra no están a tono”.

También estos hijos de Puerto Rico han resignificado el concepto de lo urbano en la creación musical: “el género habla de lo que nos rodea. No hay que vestirse de rap; para mí Rubén Blades y Manu Chao pueden incluirse aquí. Siento que nuestra música pertenece a esta variante porque hablamos de lo que vemos. Para mí es tan atractivo estar en la Sierra Nevada con los indios aruacos, aprendiendo cómo sobreviven entre el fuego cruzado de la guerrilla y los paramilitares, como ir a Miami y ver a tres muchachas moviendo el culo”.

Rebeldes. Esta pista sobre quiénes son Eduardo y René nos la da de entrada su uso del idioma. Pero también esa idea ante la que se quedan pensativos, como descubriendo: han saboteado el mercado de discos distribuyendo gratis algunos de los suyos. Un recuerdo le viene a la mente a Residente. “Escribimos `Querido FBI´ por la molestia que nos causó saber que a Filiberto Ojeda lo dejaron desangrarse. No teníamos disquera, estaba coqueteando con una y cuando sacamos el tema, medio Puerto Rico se puso en contra de nosotros. Pero lo difícil es lo atractivo para mí. Después del primer CD resultó que me pedían más canciones así. Quiere decir que los acostumbramos y eso es grandioso, porque en nuestro país una persona que hable de la independencia no llega ni a la esquina. (…) Lo que importa es que la música salga, no importan las condiciones, yo pirateo, me da lo mismo que me pirateen, así hay un intercambio”.



“Tampoco me importa un carajo si este disco se vende/ si yo quisiera vender algo montaba una tienda. / Prefiero regalarte música, aunque tú no la entiendas”. Sin embargo, hay una verdad incontestable: una cosecha de premios que se agiganta. ¿Cómo los reciben?

Con alegría. Nos dan como oxígeno para seguir haciendo barbaridades. Es como una licencia. Nosotros decimos que tenemos la Calle 13 card, y cada vez que pasan los premios se llena, porque nos dan una oportunidad para hacer otro tipo de cosa. Siempre había pensado de qué manera nos ayudan: no son para ponerlos ahí y decir que ganaste; en verdad te ayudan a hacer más “Querido FBI” y a establecer ese balance. Ahora mismo tenemos espacio en el disco para lo que queramos gracias a los premios. Entonces, volvemos, decimos lo que decimos, todo el mundo se molesta, ganamos un premio y nos dan otra oportunidad. Esa ha sido la manera.

http:// Calle 13 en red

Las camisetas que portó el grupo boricua en la última ceremonia de entrega de los premios MTV levantaron ronchas por sus mensajes políticos. Frases como “Uribe para-militar”, “Micheletti rima con Pinochetti” iban estampadas en el pecho de los músicos, aunque no las pensaron solos. René cuenta que recopiló los mensajes más repetidos y creativos de los que habían posteado recientemente varios usuarios de la red Twitter en Internet. “Era una manera de darle voz a esa gente”.

El perfil de Calle 13 en Twitter se ha convertido en eco inmediato del grupo. Los anuncios publicados allí permiten seguirlos paso a paso y eso, además de su ya ganado renombre a partir de la música, les ha permitido estar más cerca del público. ¿Por qué han decidido mantener actualizado su estatus en Twitter? ¿Cómo valoran el potencial de las redes sociales inscritas en la llamada Web 2.0 y su posible contribución al trabajo del grupo?

Es importante para comunicarse con mucha gente a la vez. Tenemos seguidores y otros a quienes aunque no les gusta la música que hacemos, leen lo que escribo. Sirve lo mismo para anunciar un concierto, que para cuando uno asume una postura y quiere decirlo. Rompe con lo que lo que hay en el medio entre quien escribe la noticia y el artista, porque estás tirando la información directo y el que quiera agarrarla puede hacerlo. Es vital para mí como artista pero si no lo fuera también tendría Twitter, para enterarme de muchas cosas. Por ejemplo, supe del terremoto de Chile por esa vía y dicen ellos que ayudé, porque iba contando lo que me escribía otra persona que estaba allá —¡la tecnología está brutal!— y la gente que no tenía electricidad, se iba enterando por el celular o se iba a encontrando con otras personas. Internet es algo fundamental. Estaría chévere que poco a poco crezca acá; es importante, es una manera de viajar sin gastar dinero.

Las limitaciones que aún tiene el acceso a la Web en Cuba no son secreto para nadie. Sin embargo, ante la pregunta de “¿Cómo revisan Twitter desde aquí?” la respuesta de Residente se ganó un aluvión de aplausos: “Cuba es tan bonita que no me interesa revisarlo”.




De una isla a otra

La Mayor de las Antillas les había llegado por la música. René recuerda que cuando estudiaba animación en Georgia, en una clase de dibujo a la que sus compañeros llevaban sobre todo música de Norteamérica, a él se le ocurrió una vez poner un disco de Compay Segundo: “fue el día que más lindo dibujé”.

Los hermanos saben que cuando arriben a Miami, al concierto por el aniversario de la disquera que les grabara su primer fonograma, les van “a caer encima” reprochándoles por esta visita. “No me importa, declara” René. Y hay que creerle, porque ya Calle 13 cocina su colaboración con una cantante cubana y habla de una semanita en la Isla para estudiar la música. Dice el líder del grupo que abrió en la mañana la ventana de su habitación… tal vez, con la brisa y la luz, haya entrado por esa rendija la visita del ángel de la inspiración en este suelo.


“Con nosotros se va a construir un puente más duro”

Cobertura Especial de La Jiribilla


“Con nosotros se va a construir un puente más duro”, dijo el líder de la banda Calle 13, René Pérez Juglar, en conferencia de prensa en el Hotel Nacional de Cuba este lunes. El músico se refirió a que la presencia del grupo boricua en la Isla contribuirá a fortalecer los nexos culturales entre los cubanos y el resto del mundo.

“Tengo varios amigos, puedo llamarlos”, expresó Residente, y agregó entre risas: “puedo invitar a Shakira para que mueva las caderas acá y ver quién las mueve mejor, ella, o las cubanas.”

La presencia de Calle 13 aquí continúa atando lazos de amistad desde Cuba, como lo hizo el Concierto Paz sin Fronteras celebrado en La Habana el pasado 20 de septiembre ante un millón y medio de personas. Sobre este proyecto apuntó René: “lo de Juanes estuvo chévere, y no por la idea de la paz. Yo le dije que para eso, hiciera un concierto en otro lugar, no aquí, porque en este país yo hago un concierto que tenga como centro la música. Claro, aquello creó un ambiente muy familiar, porque logró reunir a muchos artistas y fue también como un puente”.

Sobre la posibilidad de que otros artistas de Puerto Rico se interesen en el encuentro con el pueblo cubano tras la visita de Calle a tierra cubana, el propio René aseguró: “esto va a ayudar bastante, por lo menos dentro del género urbano, que les gusta a los jovencitos, se les va a quitar a muchos el miedo y la ‘cagazón’; y vendrán a tocar porque eso es importante. Los intercambios son imprescindibles, en nuestro país van los artistas de renombre ya cuando se están muriendo y eso no debería ser. Con respecto a Cuba, sé que Tego Calderón desea venir y hay muchos otros que también lo quieren”.

Los Calle 13 afirmaron además que “es súper estúpido no haber venido antes a Cuba” y que en su recorrido por Latinoamérica seguirán visitando países que les faltan, como Brasil.

El concierto de La Habana, que se celebrará a las cinco de la tarde en la Tribuna Antimperialista, “va a durar lo que quiera la gente” y “lo que nos dé el repertorio porque tampoco somos un grupo de 20 años de carrera. El cantautor Kelvis Ochoa, invitado especial de esta presentación, afirmó que se está disfrutando mucho la visita de Calle 13, mientras que el artista de la plástica Alexis Leyva (Kcho), agradeció al dúo por ser “buenos hijos de América” y adelantó que en el concierto, que se efectuará el día que comienza la final del béisbol en Cuba, los nacionales vestirán las camisetas del equipo puertorriqueño de pelota y ellos los de los cubanos.



“Teníamos que venir porque era un deber”

Cobertura Especial de La Jiribilla


• GALERÍA DE IMÁGENES: Primeras horas de Calle 13 en La Habana





Estoy al final de la calle 13 en el Vedado, frente al Malecón de La Habana, en una isla rodeada de mar como Puerto Rico —donde hay una urbanización que se llama Trujillo Alto, y el barrio La Perla y una calle que también tiene el número 13—. Hace días se sabe que habrá fiesta por aquí, porque las bocinas de la Tribuna Antimperialista despachan ligeros estruendos probando la calidad del sonido y porque se ha extendido el comentario de que va a presentarse en Cuba un popular dúo boricua de música urbana. El domingo, en las arterias que marcan el perímetro de la plaza donde actuarán Residente y Visitante, hay niños que juegan pelota, padeciendo únicamente la “fiebre” del campeonato nacional. Antes de ir al aeropuerto para esperar a Calle 13, camino por estos contornos, e imagino ese lugar en el país amigo, del que hablan estos músicos y Rubén Blades, en el cual hay también “casitas de colores con la ventana abierta/vecinas de la playa, puerta con puerta”.


Cuando unos minutos después de bajar del avión, René Pérez Joglar (Residente) me dijo en típico hablar puertorriqueño, que de Cuba espera “ver gente, bróder… y ver el país”, me di cuenta de que en mi barrio, próximo al Caribe, encontrará también, como en su Perla, “gente bonita rodeada por agua”. Y que la Isla podrá cumplirle el sueño de “evitar que [en un niño] naufrague su corazón de barco”, como pedía en una de sus más bellas líricas junto a La Negra Sosa.

Otra canción prometía desde hace algún tiempo un viaje a tierra cubana. “Beso de desayuno” retaba a una mujer inspiradora a venir a la Isla: “vámonos pa' Cuba/ a cien millas, patinando por las Antillas”. Las historias que por la familia conocieron Eduardo Cabra (Visitante) y René Pérez habían alimentado también la curiosidad por este país: “desde chiquito, mi papá vino en los 80. Mi hermana, que está por ahí, vino a las brigadas de solidaridad cuando era menor, estuvo en un campamento. Por la música también hay una conexión, además de por el cine. También porque estamos ahí, al lado” —explica Residente. Visitante complementa: “tenemos una relación histórica y musical muy fuerte. Nos hemos desconectado un poco pero esa es una de las razones por las que estamos acá, para conectar otra vez. Teníamos que venir porque era un deber. Si todo el tiempo estamos con la propuesta de tocarle a Latinoamérica, hablar de la emigración y otros asuntos nuestros, había que cubrir Cuba obligatoriamente; pero quizá con más interés que otro país, por la historia que nos une”.

“la energía negativa yo la derrumbo”

Varias veces había intentado Calle 13 tener su intersección con Cuba. Aunque estuvieron entre los primeros que apoyaron la iniciativa del Concierto Paz Sin Fronteras, otros compromisos no les permitieron venir. En diciembre, durante el 31 Festival de Cine Latinoamericano de La Habana, no les llegó a tiempo el permiso del Departamento del Tesoro de los EE.UU. para realizar la travesía. Sin mapa, el documental que relata el periplo del grupo por varias comunidades de Latinoamérica, se proyectó en el cine Yara repleto de espectadores, pero sin la esperada presentación de sus protagonistas. Los Calle 13 saben que aquel retraso es otra de las formas sutiles del bloqueo yanqui que desde el 60 pesa sobre la Isla: “Eso está mal. Los bloqueos son negativos en todos los aspectos. Eso es censura. En el sentido de venir para acá nos afectó a nosotros”.

Por el padre también ha podido conocer René de otra injusticia: el caso de los Cinco cubanos presos en cárceles estadounidenses. “Está fuerte que haya Cinco allá. Hay que ver qué se puede hacer para llegar a un acuerdo, y que regresen”. Además, al referirse a su visita a la escuela primaria Carlos Muñiz en Bauta, Pérez Joglar contó que al nacer iban a nombrarlo Carlos, ese cubano amigo de su padre que fuera asesinado por el comando Omega 7. Sobre tal crimen, que permanece impune, expresó en las primeras horas de su estancia en Cuba, que puede pedirse al FBI esclarecer esta muerte, “aquí o en canción, ahí veremos cuál es el mejor método”.


“Ven y critícame, yo soy así”

Entonces, preguntamos si el arte, en relación con la política, es para Calle 13, como lo fue para Picasso, “un instrumento de guerra”: “Más que de guerra, para mí es una necesidad, —apunta Residente—; como para Picasso el período azul en el que dicen que pintó con ese color porque no tenía otros. Pero nuestra música no es solo de política. Nos sentamos un día y nos propusimos hacer un grupo para crear sobre todo lo que nos rodea: lo sexual, la religión, la política, las fiestas, los hombres, las mujeres, los homosexuales, todo, hablamos de todo”.

Fue en 2005 —en pleno apogeo del reggaetón— cuando la banda debutó con el CD Calle 13, que además de ganarle tres Grammy Latinos, conquistó de manera arrasadora al público con temas como “¡Atrévete te te!” y “Querido FBI”. Dos años más tarde llegaría Residente o Visitante, fonograma en el cual el grupo se mostró más abierto a la diversidad de ritmos del continente y particular escudriñador de sus alegrías y desasosiegos. Incluida en este disco, “Pal Norte” —canción particularmente querida por los cubanos, porque en ella el dúo comparte micrófonos con la agrupación Orishas— resulta muestra infalible del compromiso social que han asumido René y Eduardo. Los de atrás vienen conmigo, última producción discográfica de Calle 13 (2008), en la cual el binomio une voces entre otros, con Rubén Blades y Café Tacvba, les hizo merecer cinco Grammy Latinos en 2009 y el reconocimiento por el Mejor Álbum Urbano Latino en los Grammy 2010.

A pesar de que en el universo picante y mordaz que ha creado Calle 13 aparecen los más diversos géneros latinos, muchos han querido encasillarlos como exponentes del reggaetón. “Calle 13 es fusión —explica René—. Ponle que en nuestros discos haya tres reggaetones en total. Tenemos temas como “No hay nadie como tú”, que no se sabe bien de qué género es, pero es muy alternativo; “La perla” es un candombe; “Pal Norte”, tampoco es reggaetón; con Vicentico hicimos “Llégale a mi guarida”, que es música andina. El reggaetón es un género como cualquier otro que se hizo para que la gente baile y disfrute. La mayoría de ellos lo usan para vender discos, para hablar de las fiestas, y eso puede ser válido”.

Resulta difícil entender por qué las letras de René se mueven entre un registro y otro de la lengua, por qué dicen lo mismo “recitarte un poquito de cosquillas/ y regalarte una sabana de almejas” que “me gusta ver televisión mientras me toco los huevos/ me gusta olerme los sobacos a ver como huelen”: “Estamos deformando el idioma desde que llegaron los españoles a casa, y la Real Academia también; pero es chévere, porque así crecen palabras nuevas, formas de hablar diferentes.”

“me gusta dar lo que doy, me gusta ir donde voy”

Luego de Cuba, la próxima parada del grupo será el Miami Arena. La Habana-Miami se presenta como un itinerario hostil. Luego de las presiones y ofensas provenientes de ese lugar que tuvieron que soportar los músicos de Paz sin Fronteras o del escándalo que han suscitado las últimas declaraciones de Miguel Bosé sobre la Isla, ¿no deberían, tal vez, “pensar dos veces” la presentación en La Habana?: “Yo tengo muchos amigos cubanos allá también. Nosotros vamos a diferentes partes del mundo; en Europa tocamos mucho, tocamos en Latinoamérica un montón. Hemos estado en Nueva York, Washington, Los Ángeles. Miami es el lugar en el que menos nos presentamos, pero igual es un lugar que visito, por mis amigos, que son cubanos casi todos”.

Poco o nada teme este par que se ha atrevido a llevar al escenario en sus camisetas, carteles de protesta como “Micheletti rima con Pinochetti” y “Uribe para-militar”. Se sienten “bien contentos por estar en Cuba, con toda la energía para tocar aquí y disfrutar con el pueblo cubano, con la gente, la idea inicial; para aprender de los de acá y dar una vuelta por la calle”. Tocar en la Tribuna Antimperialista, frente a la Oficina de Intereses de los EE.UU., “más que un sentido poético o histórico —asegura Residente— tiene que ver con que es frente a la playa, y a nivel físico o estético, lo voy a disfrutar. Eso es lo que me va a gustar de la Tribuna, estar cerca de la playa, y que va a ser por la tarde, por lo que seguramente veremos el atardecer. Para mí eso vale también, lo físico, el sol cayendo”.

“Tocar en la Tribuna o en cualquier sitio, es muy chévere —entiende Eduardo—. Que mi hermano diga lo que tenga que decir, que yo tenga la oportunidad de tocar mis instrumentos, mi música, es bien importante, porque resulta fundamental conectar a Cuba con Puerto Rico.”


Ahora que la gente de la calle 13 del Vedado duerme, tal vez los boricuas, que vinieron desde Maracay, en Venezuela, anden recolectando pedazos del paisaje nocturno habanero para cargarlos en sus mochilas. En la tarde Visitante decía de Cuba: “por ahora he sentido un montón de cariño; yo con eso soy feliz, bróder, con eso soy súper feliz”. Mirando las luces de la Tribuna, que hacen claro este silencio frente al mar, logro ver los “avances” de la plaza colmándose de gente y los cuerpos vistiendo el Malecón. El concierto del martes será para Residente y Visitante, huésped seguro de su “cajita pa´ guardar momentos”.


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© La Jiribilla. Revista de Cultura Cubana
La Habana, Cuba. 2010.
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