domingo, febrero 22, 2009

Algo de música: desde la India, Ravi Shankar


ARGENPRESS

Para quienes leemos esto, seguramente occidentales, el nombre de Ravi Shankar evoca automáticamente misticismo. Se trata de un símbolo: es la India la que se nos figura, música de cítara, fragancia a incienso, quizá –más allá del remanido lugar común– paz y amor. Imágenes que el mismo Shankar, a decir verdad, no ha querido imponer, sino que provienen de una mercadotecnia que está más allá de su música.

Este legendario artista que ha llevado la música tradicional hindú a un sitial de honor en el ámbito cultural de todo el mundo, tiene actualmente en su haber el Récord Guinness por la carrera internacional más larga, con más de seis décadas de vigencia. Nacido en 1920 en Benarés, Uttar Pradesh, India, al día de hoy aún actúa.

Su talento personal es lo que lo ha llevado a brillar con luz propia, a lo que se agrega su asociación con el grupo británico The Beatles en la segunda mitad de la década de los 60 del pasado siglo, hecho que llevó su fama por todo el mundo occidental.

La innovación inicial de Shankar fue un tono vibrante y una forma más rápida de tocar la cítara, que históricamente era más serio, más solemne, ganándose así las críticas de los músicos más conservadores de la India. Colaboraciones con artistas occidentales como el violinista Yehudi Menuhin y su vinculación con The Beatles abrieron el camino a la experimentación para todos los demás. Aunque su sonido se convirtió en sinónimo de psicodelia en los 60, Shankar no gustaba del rol del líder del "trip".

En el año 1998 recibió el Polar Music Prize, un premio concedido por la Real Academia de Suecia de Música.

Presentamos aquí tres temas que dan un panorama de su creación.

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