sábado, abril 02, 2011

Fukushima SÍ es Chernobil: No se logra controlar el accidente, la zona de evacuación será inhabitable durante décadas y los trabajadores esperan morir

El primer ministro japonés reconoce que no controlan la situación en la central nuclear de Fukushima, las autoridades advierten que no se podrá regresar a las zonas de evacuación por "largo tiempo", y los trabajadores reconocen que su destino es morir por las consecuencias de la radiactividad.
Kaos. Internacional y Ecología | Prensa/Gara

El primer ministro japonés, Naoto Kan, ha admitido que es "difícil" determinar cuando acabará la crisis en la planta de Fukushima, aunque ha asegurado que están preparados para "cualquier situación posible".

Naoto Kan ha indicado que la seguridad y la salud de las personas son la prioridad y ha lamentado la situación de los residentes que vivían cerca de la planta nuclear que tuvieron que ser evacuados y se han visto perjudicados en su vida tras la catástrofe. "La estabilidad no se ha alcanzado, pero estamos preparado para cualquier situación posible y concebible" en la central nuclear de Fukushima, ha afirmado en rueda de prensa el primer ministro japonés.

"En cuanto la central se estabilice realizaremos un examen para identificar las medidas de seguridad que se deben adoptar", ha subrayado, para añadir que también se revisará la política nuclear de Japón.

Según Kan, "hay que definir cuál es la mejor combinación de energías", además de potenciar las fuentes que no generen CO2.

Datos erróneos sobre radiactividad

La Agencia de Seguridad Nuclear japonesa ha vuelto a criticar a Tokyo Electric Power (TEPCO) por haber proporcionado datos erróneos sobre los niveles de radiactividad en el agua subterránea que hay en la instalación atómica.

Hidehiko Nishiyama, un portavoz de la Agencia, ha calificado de "sumamente lamentable" que TEPCO haya ofrecido por segunda vez datos erróneos y le ha llamado la atención.

"TEPCO se enfrenta a una situación grave y no está cumpliendo las expectativas de la gente, que está muy preocupada. Sus datos deberían ser fiables", ha declarado Nishiyama, a la vez que instaba a la compañía a adoptar medidas para que no vuelva a ocurrir.

La Agencia de Seguridad Nuclear ha señalado que los datos sobre las sustancias radiactivas presentes en las muestras de agua subterránea tomadas el martes y el miércoles junto al edificio donde está la turbina del reactor número 1 posiblemente serán revisados a la baja.

Evacuados no podrán volver a sus casas por largo tiempo

Los evacuados del área cercana a la planta nuclear de Fukushima Daiichi, afectada por el terremoto que azotó Japón el 11 de marzo, no podrán volver a sus hogares durante un largo tiempo, dijeron las autoridades.

Decenas de miles de personas evacuadas de la zona alrededor de la planta están viviendo en refugios temporales.

El anuncio se produjo mientras que se detectaban altos niveles de radiación por primera vez en el agua subterránea de uno de los seis reactores del complejo nuclear.


«La situación es peor que la de Chernóbil por su alta densidad de población»

Gara

Eduard Rodríguez-Farré

Radiobiólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas español

El médico y jefe del departamento de Farmacología y Toxicología del Instituto de Investigaciones del CSIC de Barcelona y experto en neurotoxicología Eduard Rodríguez-Farré (Barcelona, 1941) es uno de los mayores expertos internacionales en radiaciones nucleares y autor de varios estudios sobre las consecuencias de la catástrofe nuclear de Chernóbil. Hemos contactado con él para tratar de arrojar un poco de luz sobre la crisis nuclear en Fukushima.

Ruben PASCUAL | BILBO

Desde el inicio de la crisis nuclear, tanto el Gobierno como Tepco han tratado de restar importancia a lo sucedido, pero los hechos les contradicen cada vez más. ¿Cuál es la situación?

El escenario actual sigue siendo confuso. Si tenemos en cuenta la evolución de los hechos, vemos que se dio una minimización del accidente, se decía que no se perdía radiactividad, cuando en realidad dos o tres días después ya se había detectado radiación en 17 marines de EEUU que resultaron contaminados a 100 kilómetros de distancia. Cada día había explosiones y decían que no pasaba nada. A día de hoy, la única información que recibimos provienen sobre todo del Servicio Meteorológico y Geofísico de Austria. Existe una red internacional que se estableció con el Tratado de No Proliferación de Armas Atómicas y está dotada de sistemas de detección sensibles a los que tienen acceso los organismos de seguridad nuclear de cada país. Austria decidió desde el primer día que iba a sacar la información a la luz y hay mapas que muestran cómo se va moviendo la nube radiactiva. En ellos se aprecia que la radiación ha recorrido dos tercios del planeta. En varios puntos Europa ya se han detectado trazas, aunque en una cantidad ínfima.

Por ahora, lo que parece es que no pueden controlar la radiactividad y que van a tener que acabar haciendo lo que hicieron los rusos, un sarcófago para cada reactor.

Cada vez se habla más de la posibilidad de que los habitantes de Fukushima no puedan volver nunca a sus casas, y usted dijo que lo de Japón es como un Chernóbil a cámara lenta. ¿Cuáles son los paralelismos?

Lo de la cámara lenta viene porque lo de Chernóbil ocurrió en muy poco tiempo: por el tipo de manipulación que estaban haciendo, la temperatura aumentó de tal forma que todo explotó de golpe. El caso de Fukushima ha sido mucho más lento. El problema es el mismo, que se ha perdido la refrigeración del reactor, por lo que aumenta la temperatura, llegando a fundirse parcialmente las barras de uranio. Ha habido explosiones día a día, pero no ha llegado a explotar todo junto.

¿Los niveles detectados en otros países son peligrosos?

Lo sabremos dentro de un tiempo. Dentro de la desgracia han tenido suerte, porque las condiciones meteorológicas son las que determinan dónde se va a depositar la radiactividad. Puede darse la paradoja de que haya menos radiactividad a 40 kilómetros que a 100. Si el viento la ha llevado hacia un lugar, y ha llovido, en ese lugar se depositará una gran cantidad de radiactividad. Por eso no podemos considerar que cuanto más lejos estemos habrá menos problemas. Es evidente que la zona de la central está ultracontaminada, pero a partir de 40 o 50 kilómetros, todo dependerá de las condiciones. Al principio, la radiación fue hacia el interior de Honshu, la isla más habitada de Japón (viven 90 millones de personas en una superficie de 300.000 kilómetros cuadrados), y ahí van a quedar muchos lugares contaminados.

Su suerte ha sido que la mayor parte del tiempo el viento ha ido hacia el este, donde se ha ido diseminando. Si hubiese ido hacia la dirección contraria, hubiera seguido extendiéndose aún en mayor medida a otros países como Corea, China...

El Gobierno ha tomado medidas como el establecimiento de un radio de seguridad o las limitaciones al consumo de ciertos productos. ¿Son suficientes?

Sobre este tema hay muchas discusiones. Yo siempre pongo un ejemplo: Japón ha establecido un radio de seguridad de 20 kilómetros, y EEUU recomendó hace ya bastantes días a todos sus ciudadanos que no se acercaran a más de 80 kilómetros, y los últimos días, habla de 90 millas, unos 150 kilómetros. Y por otro lado, recomendaban salir de Tokio a todo aquel estadounidense que no tenga nada que hacer. Porque el agua se está contaminando y la contaminación está pasando a la alimentación. Ante esto, ¿qué se puede hacer?

Tienen un país relativamente pequeño y con una alta densidad de población, por lo que las medidas que se toman siempre se quedan cortas. Para mí, la situación es peor que la de Chernóbil, porque en ese sentido, como diríamos, amplias eran las Rusias. Chernóbil está cerca del norte de Ucrania y al lado está Bielorrusia, pero la superficie es enorme y la densidad de población no es muy grande. Allí, a la hora de evacuar, se metían en trenes y autocares y se alejaban 300 kilómetros, aunque fuera a campos provisionales. Pero, en Japón, ¿dónde van?

¿Cuáles son las consecuencias de la radiación a la que están expuesta la población?

Hay muchos datos, pero muy contradictorios. En la central, si se permanece unas horas, es mortal. Las dosis que hay en un área de 30 kilómetros son muy muy altas, como para tener efectos en poco tiempo, porque las consecuencias son diferidas, no momentáneas. Además, no hay un mapa muy claro que especifique cuál es el nivel de radiación en cada sitio.

Dicen que los peores efectos se conocerán a largo plazo...

Sí, a medio y a largo plazo. Cuando decimos medio plazo, hablamos de cinco años, y es algo que pasa en Chernóbil y en el centro de Europa. En la antigua Checoslovaquia, donde se realizaron buenas mediciones, los cánceres de tiroides se multiplicaron por diez en los primeros cinco años.

Las leucemias también pueden incrementar en esos cinco años, un plazo que en radiobiología es relativamente corto, porque los efectos son diferidos. En los primeros meses o años pueden aparecer efectos inmunitarios, por lo que puede desarrollarse cierta propensión a adquirir infecciones, problemas hormonales, problemas de crecimiento en niños... Hay efectos que incluso podrían tardar más de 10 o 20 años en aparecer.

Lo sucedido ha reabierto el debate entorno a la energía nuclear en buena parte del planeta. También en el Estado español y sobre todo se ha hablado de la planta de Garoña. ¿Qué le parece que ayer el Gobierno ratificara su intención de mantenerla abierta hasta 2013?

Ya sabíamos que el Gobierno había adoptado la postura de imitar el modelo de otros lugares como Alemania. El negocio de las nucleares consiste en alargar su vida, no en hacer nuevas, porque es carísimo.

Como decía en uno de sus artículos [Juan Manuel] Eguiagaray, ex ministro de Felipe González, si hubo una moratoria no fue por razones ecológicas ni de salud. Fue por motivos económicos, porque les estaba llevando a un endeudamiento brutal. Entonces, el interés de la industria nuclear y de las empresas eléctricas es mantener viva una cosa que ya la tienen amortizada, porque les sale un negocio redondo.


Los 'liquidadores' 'esperan morir'

El Mundo

Lo tienen claro. Saben cuál va a ser su futuro o por lo menos se lo imaginan. Los 300 trabajadores, entre bomberos y personal, que desde el pasado 11 de marzo trabajan en turnos rotatorios de 50 para atajar la crisis de la central de Fukushima sólo "esperan morir" ante los altos niveles de radiación a los que han estado y están expuestos.

La madre de uno de estos 'liquidadores' ha confesado al diario británico 'The Daily Telegraph' que su hijo y el resto de trabajadores se han reunido y han discutido sobre su situación llegando a la conclusión que su única posibilidad es la muerte.

"Mi hijo y sus colegas han analizado detenidamente su situación yse han resignado a morir si es necesario a largo plazo", ha afirmado la mujer.

Además, una serie de mails, revelados por la prensa y que fueron enviados por los 'liquidadores' a familiares y miembros de Tepco revelan las extremas condiciones en las que se encuentran.

"Llorar es inútil. Si estamos en el infierno ahora todo lo que se puede hacer es trepar hasta el cielo. Por favor, tengan cuidado con la fuerza oculta de la energía nuclear. Me aseguraré de que vayamos a recuperarnos", registra uno de los correos.

"Llevamos en los trabajos de reparación desde que ocurrió el terremoto (...) La ciudad en la que vivo, Namie-machi, fue arrasada por el tsunami. Mis padres fueron arrastrados por el tsunami y aún no sé dónde están (...) Estoy encadenado en un trabajo extremadamente duro bajo estas condiciones mentales. ¡No puedo más!", se angustia otro empleado en Fukushima.

"Todo el mundo ha perdido todo -su casa, su trabajo, su escuela, sus amigos, sus familias. ¿Quién puede soportar esta realidad? Yo te ruego que compartas esta realidad con la gente dentro y fuera de la empresa", reza otro de los mails. "Esto es como una zona de guerra".

Mientras los conocidos en Japón como los 'samurais de Fukushima' temen por su vida, la empresa dueña de la central, Tepco, ha anunciado que debido a la escasez de medidores con los que se cuenta en la central se ha decidido reducir el número de personas que trabajan en la planta.

Ante esta situación, la empresa ha anunciado que "hasta que no haya uno para cada trabajador, van a reducir el número de ellos que trabajan en la planta". En declaraciones a NHK, uno de los trabajadores que ya ha abandonado Fukushima afirmó que sólo hay uno o dos medidores por cada grupo de trabajo, con lo que no siempre puedes medir a cuánta radiación estás expuesto.

Así, sólo los jefes de las cuadrillas cuentan con un medidor, lo que aumenta el riesgo de exposición del resto de trabajadores. De hecho, unos 180 han tenido que trabajar sin esta máquinadurante todo un día.

Esta semana se revelaba las condiciones extremas en las que viven estos samurais con tan sólo dos comidas al día y durmiendo cubiertos por una capa de plomo y una manta en cualquier instancia de la central.

Los temores sobre posibles fugas en la planta aumentó después de que se hallará restos de yodo radiactivo en el agua de mar en niveles que superan 4.385 veces el límite legal. Además, la contaminación radiactiva en el agua subterránea debajo del reactor 2 está 10.000 veces por encima de la normativa sanitaria del Gobierno.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijo que los límites seguros de radiactividad se habían superado en un radio de hasta 25 kilómetros de distancia de la planta, e instó al Gobierno a reconsiderar su zona de exclusión que ahora está en 20 kilómetros.

Varias pruebas realizadas por el organismo en la aldea de Iitate, 25 kilómetros al noroeste de Fukushima, mostraron lecturas dos veces superiores a los niveles en que la agencia recomienda evacuación. Sin embargo Naoto Kan, el primer ministro, dijo que no había planes para ampliar la zona de los actuales 20 kilómetros.


Imágenes en alta resolución del estado en el que ha quedado la central nuclear tras el terremoto, el tsunami y las diversas explosiones que la han afectado:

http://cryptome.org/eyeball/daiichi-npp/daiichi-photos.htm

Parece que no hay que ser ningún experto nuclear para darse cuenta de que eso que se ve en las imágenes no tiene pinta de ser, como nos han dicho una y otra vez los expertos a sueldo del lobbie nuclear, una demostración irrefutable de buena resistencia ante las embestidas de la naturaleza ¿no?

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