Controvertida, independiente y dual, tanto en su vida como en su arte, Tamara de Lempicka supone un hito en la historia de la pintura; muy valorada como retratista, su nombre es uno de los escasos de mujeres reconocidas por la disciplina, y sus obras, insertas en la corriente del Art Decó, han conocido en los últimos años una revalorización que la sitúa a la par de sus coetáneos masculinos. El Museo del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México acoge estos días la mayor retrospectiva realizada hasta la fecha de la artista en México y América Latina: casi un centenar de obras, procedentes de diversas instituciones y museos de todo el mundo, que podrán visitarse hasta el próximo 2 de agosto de 2009.
De la aristocracia a la conciencia social
Tamara de Lempicka es, como personaje, uno de los más interesantes que ha dado la historia del arte: de férreo carácter, origen aristocrático, mundana y de inclinaciones bisexuales, Lempicka posee, junto con el hecho de ser mujer, exiliada y casi única en su estilo, los requisitos para conformar, por ella misma, una figura icónica de la talla de autores bien conocidos en la historia del arte (véase Picasso, por poner un ejemplo).
De la aristocracia a la conciencia social
Tamara de Lempicka es, como personaje, uno de los más interesantes que ha dado la historia del arte: de férreo carácter, origen aristocrático, mundana y de inclinaciones bisexuales, Lempicka posee, junto con el hecho de ser mujer, exiliada y casi única en su estilo, los requisitos para conformar, por ella misma, una figura icónica de la talla de autores bien conocidos en la historia del arte (véase Picasso, por poner un ejemplo).
Sus orígenes se remontan a la Rusia zarista, de donde la Revolución bolchevique le obligará a huir para encontrar refugio en un París efervescente de vanguardia. En Francia deberá, sin embargo, comenzar de cero, y pronto su obra será expuesta por galeristas y marchantes que alcanzarán una apreciación de lo que su obra suponía: una estética síntesis, en clave art decó, del clasicismo y las nuevas formas que se estaban generando. Los temas de Lempicka sufrirán una alteración con el paso del tiempo y, en el periodo de entreguerras, comenzará a incluir en su repertorio obras con un componente social, motivadas por las condiciones vistas entre la población europea que había sufrido el enfrentamiento de la I Guerra Mundial. Son estas obras, desconocidas prácticamente por el público general, la gran sorpresa de la exposición ahora propuesta por el Museo del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México.
Una retrospectiva para América Latina
Un total de 49 óleos, 16 dibujos y 20 fotografías han sido reunidos en la que supone la primera muestra en México y América latina de la artista polaca. Las obras han sido cedidas para la ocasión por instituciones y particulares de todo el mundo -Francia, Varsovia, España, Francia, Estados Unidos o México- y ofrecen un completo recorrido por todas las etapas creativas de Tamara de Lempicka. La muestra, que podrá visitarse hasta el 2 de agosto de 2009, supone una oportunidad para acercarse a la obra de una de las más destacadas pintoras del s. XX en un contexto que fue, por lo demás, el elegido por la artista en la etapa final de su vida.
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