viernes, mayo 22, 2009

recordar la trova...


Vuelve Augusto Blanca a la Argentina,
y hoy 22/5 se presenta en el Teatro IFT, a las 21:30hs.
Boulogne Sur Mer 549 - Capital Federal
Con importantes artistas invitados.
Entradas en venta en el Teatro o por PlateaNet
http://www.plateanet.com/


Recordar la Trova

Su madre fue el principio motor. De niño, cuatro o cinco años, lo llevó al mar y el pequeño Augusto Blanca daba saltos enormes buscando la otra orilla. Era de Banes –oriente cubano– y sólo sabía de ríos. “Eso de los gritos y los saltos me lo contaron, porque yo no lo recuerdo”, dice él.

De esa experiencia nació “Camino de la playa”, una de las más bellas canciones de Ese árbol que sembramos, disco que presenta hoy en el Teatro IFT. Pero su madre no sólo fue primera musa, sino responsable de un viaje revelador. Fue quien, cuando adolescente, lo subió al tren rumbo a Santiago para estudiar pintura y, luego, escenografía en La Habana. “Afortunadamente no llegué a La Habana para dar la prueba, porque eso hubiera evitado mis veintidós años de vivencias en Santiago. No hubiese conocido a la trova.” El azar, entonces, permitió que Blanca fuera parte de la gestación y el desarrollo de lo que se conoce aún hoy como la nueva trova cubana. “Yo fui parte de esos loquitos, y me arrepiento de una sola cosa: haberle puesto ‘nueva’. Haydee Santamaría, la heroína del Moncada, nos decía ‘cometen un error, porque ya hoy son viejos’.”

Así hizo este trovador simple, de mirada inquieta, reunió a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Sara González, Vicente y Santiago Feliú, Miriam Ramos, Corina Mestre y Pepe Ordás en su disco. Cada quien canta una canción suya, con él. “Es un homenaje a la trova: Ellos cantan mis canciones, porque así era en Santiago. Todos cantábamos las canciones de todos. Empezábamos a las seis de la tarde y terminábamos con el gallito de la mañana”, cuenta. La idea nació en los ‘90 en El Trebolito, peña que Blanca comandaba en La Habana en la que confluían actores y músicos. “Un día estaban Silvio y Virulo, un humorista, y en medio de la borrachera me dijeron ‘por qué no hacés un disco así y así’. Sara González, que también estaba, me dijo ‘si hay descarga yo canto ‘La trovada’, y así fue.” Sara, entonces, le puso su inmensa voz a “Trovada Uno”. Después llegó Milanés y se plegó en “A golpe de canción”; Santiago Feliú en “No olvides que una vez tu fuiste sol”, Ramos en “Regalo uno” y Silvio en “Tercer deseo”, un tema que, en plena producción del disco, su autor le mandó “de casualidad”. “Lo importante es que el disco se hizo con cero recursos: nadie cobró un centavo”, dice Blanca. “Y conservamos el espíritu de siempre: seguimos cantándole a la patria, a nuestro entorno de una forma desenfadada, con una guitarra y sin artificios.”

–Tal vez de una manera más intimista que en los ‘70, cuando las canciones eran urgentes, ¿no?

–Es lo que se piensa, pero yo revisaría eso. Es cierto que la mayoría de las canciones de ese período tienen ese perfil ideológico, pero nuestra generación hizo una mayoría de canciones de amor. Pero por un problema coyuntural el rompimiento se veía más en las canciones de protesta.
–¿Pero el giro no fue posterior?

–En cierto sentido, sí. Pero antes de componer “La era está pariendo un corazón”, Silvio tenía canciones más intimistas. Hay algunas de fines de los ‘60 que son tan intimistas como “Mi lecho está tendido”. No me gusta decirle romántica, porque es muy del siglo XIX, pero en la canción de contenido amatorio también hubo rompimientos. Maneras diferentes de hablar. La canción amorosa del movimiento rompió con esquemas manidos gracias a la poesía: Vallejo, Benedetti, nos abrieron las entendederas.

Es la sexta vez que Blanca visita el país. La primera fue en 1986, cuando lo convocaron para la ferifiesta del Parque Sarmiento, donde cantó junto a Víctor Heredia y Teresa Parodi. La que más recuerda fue cuando trajo a la Teatrova, movimiento nacido junto a la trova con el fin de unir la palabra hablada y la cantada. “Fue muy importante. Nos proponíamos salir de la sala, era un momento en que la gente estaba enfrascada en cosas fuertes. La década del ‘70 en Cuba fue definitoria, con la zafra y todo eso. La gente acudía poco al teatro y decidimos salir a buscarla.”
Link a la nota:

http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/espectaculos/3-13964-2009-05-22.html

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