martes, mayo 19, 2009

Nostalgia en el adiós a Benedetti, el autor emblema de las utopías


Despedida: el cuerpo del narrador velado en el Congreso uruguayo

La sencillez y fuerza de su poesía de amor y compromiso, y su figura y obra como iconos para la generación boliviana de los 70 son resaltadas por cuatro literatos y artistas nacionales

“Y por tu rostro sincero / y tu paso vagabundo /y tu llanto por el mundo /porque sos pueblo te quiero”.

El amor y el compromiso, la ternura y la utopía se resumen en Te quiero, el poema/canción más conocido de Mario Benedetti. A eso, ante todo, le escribió el uruguayo en su larga vida literaria; por ese talento para cantarle al sentimiento humano —al de un hombre por una mujer, o a la pasión por la justicia y la libertad— el autor fallecido la noche del domingo, a sus 88 años, fue leído y admirado en decenas de países de todo el mundo.

Por todo eso también, en Bolivia es considerado un paradigma de la generación de los 70, de aquellos que lucharon —desde la movilización social y el arte— contra las dictaduras, y por el derecho a pensar y vivir libremente.

Víctima de una enfermedad intestinal crónica, el veterano vate y narrador dejó de existir el 17 de mayo en su domicilio de Montevideo, la tierra que más amó y evocó en su obra, y en la que hoy será sepultado en medio de un duelo nacional decretado por el Gobierno uruguayo.

El mundo intelectual latinoamericano y europeo expresó en las recientes horas un hondo pesar por la partida del autor de La tregua, de quien, más allá de sus múltiples facetas literarias —cultivó poesía, cuento, novela, dramaturgia, ensayo e incluso grabó una decena de discos—, valoran y agradecen su fortaleza espiritual e ideológica.

“Se me viene a la mente —comenta el autor beniano Homero Carvalho— que Benedetti fue el poeta por antonomasia de la generación boliviana de los 70; el poeta de lo cotidiano, de las luchas sociales. Sus versos destacan no por su estética —de hecho, fue defenestrado por los defensores de la poética trabajada—, sino por su compromiso intelectual y social”.

“Si te quiero es porque sos / mi amor mi cómplice y todo / y en la calle codo a codo / somos mucho más que dos...”, dice el estribillo de la referida canción, muy conocida en el país en la voz de Jenny Cárdenas.

“Ha sido el paradigma de mi generación —dice la cantautora—. En los años 77, 78 y 79 hemos leído fervorosamente su poesía y en Te quiero (que aún hoy me emociona mucho cantar) todos encontramos referencias muy fuertes para creer y continuar en la lucha por recuperar la democracia”.

Más allá de su prolífica producción literaria de más de 80 libros, escritores y amigos suyos destacan además la bondad e inocencia, no exentas de sabiduría, del creador de La vecina orilla.

Cárdenas lo conoció en su residencia de la capital uruguaya, en 1989. “Fui a invitarlo —recuerda— a que venga a La Paz a leer poemas en Microclima, un café arte que entonces tenía. Era un hombre sencillo, solidario y cálido que me trató muy bien y me regaló libros, pero no pudo venir porque justo tenía una crisis de asma”.

Contactado por La Prensa, el escritor chileno Antonio Skármeta también recuerda al que fuera su amigo: “Interpretó en sus poemas

—comenta, vía e-mail— el ensueño y el encanto entre la gente de las utopías revolucionarias. Se enamoró de la ternura de sus pequeños héroes y los protegió con un manto afectuoso y emocional que más tarde se prestaron los compañeros de viaje para abrigarse de las tormentas”.

“Se empapó de la atmósfera de Montevideo y en sus cuentos y novelas prima el cariño a las vidas mínimas que pueden también ser escenario de grandes dramas. El amor de Martín Santomé por Laura Avellaneda en La tregua es uno de los más bellos relatos de la narrativa hispanoamericana”.

También en un repaso a su estilo literario, Raquel Montenegro, directora de la Carrera de Literatura de la UMSA, señala: “Hay tres puntos para destacar: su producción polifacética en casi todos los géneros; la enorme cantidad de obra legada, y la extraordinaria unión de ésta con la problemática social latinoamericana”.

”Te quiero en mi paraíso —continúa el famoso tema— / es decir que en mi país / la gente vive feliz aunque no tenga permiso”.

El “escritor lleno de gentes”, como le llama Eduardo Galeano, nunca vino a Bolivia, pero es uno de los más leídos en el país, al punto que decenas de sus obras se hallan, como de muy pocos otros, en librerías de La Paz y otras ciudades. “Todo eso —dice el periodista Jaime Iturri— por su poesía de enorme riqueza y sencillez; por sus versos llenos de imágenes bellas y profundas que cualquiera puede comprender y apreciar”.

Miles de uruguayos lloran a su poeta más querido

Un cielo gris se sumó ayer al luto de miles de montevideanos que hicieron del silencio cómplice el mejor homenaje a los versos de Mario Benedetti, fallecido el domingo a los 88 años.

Hasta la capilla ardiente del autor, instalada en el Palacio Legislativo, se acercaron representantes de la vida política y cultural del país y numerosas personas anónimas, aquéllas a las que Benedetti tendió puentes en su literatura. “Es como si hubiera muerto mi papá por segunda vez”, afirmó a Efe Carmen, la primera vecina de Montevideo en entrar al velatorio, con un pequeño ramo de flores entre las manos.

El velatorio del autor de Montevideanos congregó a diversas generaciones, como prueba de que su poesía establece un diálogo íntimo, que está más allá de la edad y del tiempo. Hubo numerosos universitarios, para quienes Benedetti fue el poeta de su “infancia y adolescencia”, según dijo Rafael, un estudiante de 20 años.

La inmortalidad del legado de Benedetti, plagado de interrogantes sobre el sentido de la vida, sirvió de bálsamo en la jornada de duelo, en la que muchos quisieron reivindicar los valores que el autor representó con su ejemplo de vida, más allá de los poemas, los ensayos y las novelas.

“Vivió y encarnó la identidad igualitaria del Uruguay”, manifestó el rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arocena, quien consideró que “no es de extrañar que los uruguayos estén tristes, aunque también orgullosos por haber tenido a Benedetti, quien es parte de la riqueza de este país”.

El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, el director de la Academia Nacional de Letras, Wilfredo Penco, y el músico Daniel Viglietti fueron otros de los que desfilaron ante el féretro con los restos mortales del autor.

Vida y obra de un escritor modelo

Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, Uruguay. Fue hijo de Brenno Benedetti y Matilde Farugia. Cuando tenía cuatro años, se trasladó con su familia a Montevideo.

En 1928 inició sus estudios primarios y los secundarios los realizó de manera incompleta por problemas económicos. A los 14 años empezó a trabajar en una empresa de repuestos para automóviles, labor que luego combinó con la de contador, vendedor y cajero. De 1938 a 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires, Argentina.

En 1945 se integró al semanario Marcha, donde permaneció por casi 30 años. En 1946 se casó con Luz López Alegre, su gran amor y compañera de vida. En 1949 ingresó en Número, una de las revistas literarias más destacadas y participó en el movimiento contra el Tratado Militar con Estados Unidos. Ese mismo año obtuvo el Premio del Ministerio de Instrucción Pública por su primer libro de cuentos, Esta mañana.

Entre 1964 y 1972 publicó una docena de libros, inició su labor como docente, crítico y ensayista, y viajó a Cuba y otros países, por su militancia política y social de izquierda. Tras el golpe de Estado de 1973, se exilió por diez años en Argentina, Perú, Cuba y España.

Volvió a Uruguay en 1983, inició el autodenominado periodo de desexilio, motivo de muchas de sus obras, y experimentó en actuaciones con músicos que le dieron melodías a sus letras. Entre decenas de galardones y doctorados honoris causa, destacan el Premio Reina Sofía de Poesía y el Premio Alba de las Letras.

Algunas de sus principales obras son: Poesía: Te quiero, Inventario I, II y III; Cuando éramos niños; Quemar las naves, Poemas de otros, Cotidianas y Preguntas al azar.

Novela: La tregua, Gracias por el fuego, Geografías, Las soledades de Babel y La borra del café. Cuentos: Montevideanos, La muerte y otras sorpresas, Con y sin nostalgia, La vecina orilla, Buzón de tiempo, El otro yo e Historias de París. Publicó además centenares de ensayos y artículos y grabó media docena de CD con poemas y letras de canciones.

REPERCUSIONES-OPINIONES

Eduardo Galeano

Escritor uruguayo

“Mario Benedetti era un poeta que estaba lleno de gentes. Y ahora continúa en todos sus muchos queridos querientes. Los amigos lo llevamos dentro, ¿Qué puedo decir? El dolor se dice callando”, dijo Eduardo Galeano, escuetamente, ante las consultas sobre la partida del escritor. Además de estar unidos por lazos afectivos, a Benedetti y Galeano les vincula el hecho de haber sido durante años dos de los principales referentes de la cultura de izquierda latinoamericana. El autor confirmó que hoy acudirá al entierro. EFE

Joan Manuel Serrat

Cantautor español

El cantautor Joan Manuel Serrat declaró que su “amigo” Mario Benedetti era, “como diría Machado, un hombre en el mejor sentido de la palabra, un hombre bueno”. Serrat, quien puso música a poemas de Benedetti en el disco El sur también existe, recordó que ese álbum apareció, “tras las represiones de los años 70”, en un momento “en el que el sur empezaba a rebelarse contra el norte después de haber sufrido mucho”. El compositor mencionó el legado que dejó Benedetti: “Ideales de libertad, justicia y solidaridad”. EFE

Antonio Gamoneda

Poeta español

El poeta y Premio Cervantes Antonio Gamoneda dijo sentirse “muy entristecido” por la muerte de Mario Benedetti, y lo definió como un hombre “humanamente muy necesario en el terreno del pensamiento social y en el de la honradez, aunque yo no compartía con él su lenguaje poético”. “Era un ser admirable —agregó el español en la presentación de su libro Un armario lleno de sombra—, pero él utilizaba un lenguaje normalizado, el lenguaje de la comunicación coloquial que, aunque lo respeto muchísimo, no lo comparto”. EFE

Ernesto Cardenal

Poeta nicaragüense

El sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, comentó: “Fuimos muy amigos. En los años 70, en mi primera visita a Cuba, (Benedetti) estaba trabajando en la Casa de las Américas. Quedamos bastante vinculados. Escribí bastante sobre él, y él sobre mí. Fue solidario con la revolución sandinista cuando la tuvimos. Era un gran poeta y de una inmensa popularidad; le pedían poemas como quien pide canciones. Esto, que la poesía puede llegar de manera masiva, me impresionó mucho de parte suya”. EFE

Daniel Viglietti

Cantautor uruguayo

“Fue un creador fértil y generoso, un querido maestro que desbordó géneros”, destacó el cantautor Daniel Viglietti, amigo de Benedetti, con quien compartió escenarios mezclando poesía y música. “Mario siempre fue un hombre comprometido, que se jugó por sus ideas y defendió los derechos humanos hasta el último día de su vida”, agregó. Benedetti “fue o es, porque me cuesta hablar en pasado, un hombre que desparramó sentimientos y superó generaciones, pues hoy son muchos los jóvenes que lo leen”. EFE

Luis Sepúlveda

Escritor chileno

“Me levanté de mala gana. Sólo me apetece emborracharme, pedir un whisky y decirle al camarero que me ponga el más humilde que tenga con una rodaja de limón”, dijo ayer el escritor chileno Luis Sepúlveda para referirse al fallecimiento de Mario Benedetti, a quien atribuyó esa costumbre. Recordó que el uruguayo dijo: “Hay que defender la alegría como una barricada”, y que por eso, “siempre me he manejado con uno de sus poemas como premisa: ‘...y en la calle codo a codo somos mucho más que dos’”. EFE

http://www.laprensa.com.bo/noticias/19-05-09/19_05_09_cult1.php

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