ilustrativo.. gracias por el envío tan oportuno! :o))
Es posible que todos los sexómanos, fanáticos o amateurs de la cuestión, hayan detectado en cuanto medio de comunicación anda suelto, anuncios sobre "Congresos de impotencia sexual masculina", o, menos institucionalmente, pequeños pero incisivos avisos del tipo "Sr. solucione su impotencia en la Clínica del Dr.Paraviril". ¡Relámpagos! ¿Por qué sólo se ofrecen esos servicios a los hombres? ¿O será cierto que sólo ellos tienen problemas de caída de tensión, mientras las mujeres ni siquiera tienen sexo? ¡Basta de falacias! ¡El orgasmo es una democrática conquista de la especie" ¿O no????...No.
LOS CHICOS SON DE NOSOTRAS, LOS ORGASMOS SON AJENOS...
Lo primero que salta a la vista al analizar el tema es que el orgasmo femenino es una suerte de "bijouterie", de precioso accesorio de nuestra naturaleza. Algo así como el equipo opcional de aire acondicionado de los automóviles: si se puede, mejor, pero el motor anda igual sin ellos.
Comparemos si no con el de los varones, y verifiquemos una vez más la formidable ley del embudo que rige para el sexo opuesto: ¿es cierto -o a mí me engañó mi mamá- que el orgasmo masculino es necesario para continuar la especie? Dejemos por un instante de lado los tributos que recibe don Onán, pues a fines metodológicos es conveniente separar el trigo de la paja.... y reconozcamos que si la continuidad de la especie dependiera del orgasmo femenino, el planeta estaría habitado por cucarachas.
No es exagerado suponer que buena parte de la cristiandad ha sido concebida mientras las damas sacaban cuentas sobre el presupuesto familiar o imaginaban la comida para el día siguiente, ideas todas estas sumamente reñidas con el orgasmo, según puede entreverse, ¡y sin embargo, aquí estamos! Anotemos, entonces, la consiguiente injusticia: a la hora de quedar embarazadas, a la madre Naturaleza le da igual que una disimule un bostezo o deje a la ninfa de"EL CARTERO LLAMA DOS VECES", hecha un frígido espárrago. En las mujeres lo único indispensable parece ser un trajinar de ovarios, óvulos y fechas, tareas que pueden calificarse de cualquier cosa menos de excelsas. En la economía divina nuestro orgasmo pertenece a los lujos, y es al ñudo...¡lo suntuario jamás ha sido obligatorio!
Anotemos, entonces, otro tanto de ventaja para el sexo peludo y pasemos a un ítem aún más indignante. Digámoslo así: a una mujer en la cama le puede ir de cualquier modo (hasta bien), pero si hay algo que depende del azar, despues de la ruleta, es el famoso ORGASMO....Al contrario, salvo error u omisión, los varones, como los samurais, una vez que desenvainan la espada no la vuelven a guardar sin que haya corrido sangre. Metáfora más o menos, tal vez nos estemos entendiendo.
LO QUE NATURA NON DA, EL CINE TE ENSEÑA...
Del sombrío panorama esbozado pareciera surgir que para los hombres todo es soplar y hacer botellas, mientras las mujeres muchas veces resoplan al cohete no más. Sin embargo, de acuerdo con la ley de compensaciones, la delicada situación femenina posee sus ventajas. Ninguna mujer, medianamente gentil tiene por qué desairar al varón aunque esté desganada; en cambio, los pobres hombres o tienen ganas o pasan un papelón de novela; la falta de entusiasmo se les nota "de entrada", y en tales circunstancias, como se comprenderá, la salida es una vía de escape imposible.
Esta situación tiene un fatal agravante en ellos pues los fracasos a falta de otra cosa, les paran los pelos de punta. Tal vez por la bendita formación latina, así como suelen depositar su honra entre las piernas de sus mujeres, miden su hombría por el comportamiento de un órgano tan endeble, estirable y caprichoso como el que les contaba
Cosa de varones, diría mi vieja, pero al menos en el tema las mujeres estamos a resguardo. Para decirlo derecho viejo, no se nota, bah, y en caso de emergencia siempre flamea el lema "lo que natura non da, cualquier teleteatro te enseña"; y en eso, las mujeres son maestras. Nadie puede superar a una dama en el arcaico show intitulado "REFUERCE EL EGO DE UN VARÓN...FINJA SU ORGASMO"... Tal como decía una amiga mía: "UNA SE DESPEINA UN POCO, PERO ELLOS QUEDAN TAN CONTENTOS".....
Y así volvemos al punto de partida, pues a los ojos de un observador, el orgasmo de las damas es posible pero improbable. Nada más brumoso que la sexualidad femenina, incluso para la misma fémina. Porque....después de todo....
¿QUE CHIRIPA ES EL ORGASMO?????
Las estadísticas de los países desarrollados indican que esta pregunta es ociosa. Una cantidad considerable de mujeres francesas, jamás le vieron la cara a Dios y un número impreciso no sabe ni siquiera que existe. De los países subdesarrollados no hay mayores noticias, pues a duras penas sabemos cuántos somos y todo lo demás está velado por púdicos nacionalismos latinos, amparado por las banderas patrias y el secreto del sumario. Por lo demás, un vaho de palabrejas distorsiona el tema. Desde "placer" a "éxtasis", desde "goce" a "climax", la semiótica tiende a confundir y enmascarar la cuestión. Si uno debiera atenerse a los sinónimos "placer" se siente al comer tallarines...Sé de una doncella que entra en éxtasis con Sting, otras gozan con una película de Bergman y en cualquier reunión se alcanza climax, quórum, mayoría...Pero es notorio que no se trata de lo mismo.
Los caminos de la literatura son igualmente descorazonadores.
Según las memorias de la princesa soviética (probablemente escritas por un mujik virgen y con pelos en las manos), a las mujeres, en la cumbre del placer, les salen...¡chorros!!!!! De las antiguas e inefables novelas policiales de la colección Orquídea pueden extraerse descripciones tan gloriosas como vagas. Según ellas, las mujeres, al llegar al éxtasis muerden, rasguñan, jadean y se retuercen. Algo así como un ataque de hidrofobia, pero el por qué de tanto desquicio se mantiene en el misterio.
Mejorar el nivel literario sólo lleva a ahondar los desconciertos; es para llorar a gritos leer una vez más cómo el maestro de los maestros, Henry Miller, vuelve a narrar en uno de los Tropicos, los "ardientes chorros" que lanzaba la dama. Por el lado de la literatura queda en claro, no hay la más mínima esperanza de dilucidar el tema. Después de todo, ha sido hecha siempre por varones; y los pobres como ya se la explicado, sobre que no entienden nada, compran buzones a lo loco.
En cuanto al bueno de don Salvat, generalmente tan fiel y preciso en sus definiciones, se descuelga con la siguiente perla: "ORGASMO/(del griego Organ, desear con ardor): SENSACIÓN DE PLACER LOCAL (GENITAL) Y GENERAL, QUE ACOMPAÑA AL ACTO SEXUAL: constituye una suma de reflejos involuntarios nacidos en el grado más alto de la excitación sexual"....Amén.
Me parece inútil analizar esta definición porque cuando un diccionario se pone confuso, la claridad hay que buscarla por el lado de la práctica. Y la práctica es tan gratificante como secreta. De tal suerte, el orgasmo femenino seguirá por siempre más enigmático que las pirámides y más incierto que los pronósticos del tiempo. Pero eso sí, que los hay...los hay!
No desesperen, ¡y a intentarlo!!!
Cristina Wargon
Es posible que todos los sexómanos, fanáticos o amateurs de la cuestión, hayan detectado en cuanto medio de comunicación anda suelto, anuncios sobre "Congresos de impotencia sexual masculina", o, menos institucionalmente, pequeños pero incisivos avisos del tipo "Sr. solucione su impotencia en la Clínica del Dr.Paraviril". ¡Relámpagos! ¿Por qué sólo se ofrecen esos servicios a los hombres? ¿O será cierto que sólo ellos tienen problemas de caída de tensión, mientras las mujeres ni siquiera tienen sexo? ¡Basta de falacias! ¡El orgasmo es una democrática conquista de la especie" ¿O no????...No.
LOS CHICOS SON DE NOSOTRAS, LOS ORGASMOS SON AJENOS...
Lo primero que salta a la vista al analizar el tema es que el orgasmo femenino es una suerte de "bijouterie", de precioso accesorio de nuestra naturaleza. Algo así como el equipo opcional de aire acondicionado de los automóviles: si se puede, mejor, pero el motor anda igual sin ellos.
Comparemos si no con el de los varones, y verifiquemos una vez más la formidable ley del embudo que rige para el sexo opuesto: ¿es cierto -o a mí me engañó mi mamá- que el orgasmo masculino es necesario para continuar la especie? Dejemos por un instante de lado los tributos que recibe don Onán, pues a fines metodológicos es conveniente separar el trigo de la paja.... y reconozcamos que si la continuidad de la especie dependiera del orgasmo femenino, el planeta estaría habitado por cucarachas.
No es exagerado suponer que buena parte de la cristiandad ha sido concebida mientras las damas sacaban cuentas sobre el presupuesto familiar o imaginaban la comida para el día siguiente, ideas todas estas sumamente reñidas con el orgasmo, según puede entreverse, ¡y sin embargo, aquí estamos! Anotemos, entonces, la consiguiente injusticia: a la hora de quedar embarazadas, a la madre Naturaleza le da igual que una disimule un bostezo o deje a la ninfa de"EL CARTERO LLAMA DOS VECES", hecha un frígido espárrago. En las mujeres lo único indispensable parece ser un trajinar de ovarios, óvulos y fechas, tareas que pueden calificarse de cualquier cosa menos de excelsas. En la economía divina nuestro orgasmo pertenece a los lujos, y es al ñudo...¡lo suntuario jamás ha sido obligatorio!
Anotemos, entonces, otro tanto de ventaja para el sexo peludo y pasemos a un ítem aún más indignante. Digámoslo así: a una mujer en la cama le puede ir de cualquier modo (hasta bien), pero si hay algo que depende del azar, despues de la ruleta, es el famoso ORGASMO....Al contrario, salvo error u omisión, los varones, como los samurais, una vez que desenvainan la espada no la vuelven a guardar sin que haya corrido sangre. Metáfora más o menos, tal vez nos estemos entendiendo.
LO QUE NATURA NON DA, EL CINE TE ENSEÑA...
Del sombrío panorama esbozado pareciera surgir que para los hombres todo es soplar y hacer botellas, mientras las mujeres muchas veces resoplan al cohete no más. Sin embargo, de acuerdo con la ley de compensaciones, la delicada situación femenina posee sus ventajas. Ninguna mujer, medianamente gentil tiene por qué desairar al varón aunque esté desganada; en cambio, los pobres hombres o tienen ganas o pasan un papelón de novela; la falta de entusiasmo se les nota "de entrada", y en tales circunstancias, como se comprenderá, la salida es una vía de escape imposible.
Esta situación tiene un fatal agravante en ellos pues los fracasos a falta de otra cosa, les paran los pelos de punta. Tal vez por la bendita formación latina, así como suelen depositar su honra entre las piernas de sus mujeres, miden su hombría por el comportamiento de un órgano tan endeble, estirable y caprichoso como el que les contaba
Cosa de varones, diría mi vieja, pero al menos en el tema las mujeres estamos a resguardo. Para decirlo derecho viejo, no se nota, bah, y en caso de emergencia siempre flamea el lema "lo que natura non da, cualquier teleteatro te enseña"; y en eso, las mujeres son maestras. Nadie puede superar a una dama en el arcaico show intitulado "REFUERCE EL EGO DE UN VARÓN...FINJA SU ORGASMO"... Tal como decía una amiga mía: "UNA SE DESPEINA UN POCO, PERO ELLOS QUEDAN TAN CONTENTOS".....
Y así volvemos al punto de partida, pues a los ojos de un observador, el orgasmo de las damas es posible pero improbable. Nada más brumoso que la sexualidad femenina, incluso para la misma fémina. Porque....después de todo....
¿QUE CHIRIPA ES EL ORGASMO?????
Las estadísticas de los países desarrollados indican que esta pregunta es ociosa. Una cantidad considerable de mujeres francesas, jamás le vieron la cara a Dios y un número impreciso no sabe ni siquiera que existe. De los países subdesarrollados no hay mayores noticias, pues a duras penas sabemos cuántos somos y todo lo demás está velado por púdicos nacionalismos latinos, amparado por las banderas patrias y el secreto del sumario. Por lo demás, un vaho de palabrejas distorsiona el tema. Desde "placer" a "éxtasis", desde "goce" a "climax", la semiótica tiende a confundir y enmascarar la cuestión. Si uno debiera atenerse a los sinónimos "placer" se siente al comer tallarines...Sé de una doncella que entra en éxtasis con Sting, otras gozan con una película de Bergman y en cualquier reunión se alcanza climax, quórum, mayoría...Pero es notorio que no se trata de lo mismo.
Los caminos de la literatura son igualmente descorazonadores.
Según las memorias de la princesa soviética (probablemente escritas por un mujik virgen y con pelos en las manos), a las mujeres, en la cumbre del placer, les salen...¡chorros!!!!! De las antiguas e inefables novelas policiales de la colección Orquídea pueden extraerse descripciones tan gloriosas como vagas. Según ellas, las mujeres, al llegar al éxtasis muerden, rasguñan, jadean y se retuercen. Algo así como un ataque de hidrofobia, pero el por qué de tanto desquicio se mantiene en el misterio.
Mejorar el nivel literario sólo lleva a ahondar los desconciertos; es para llorar a gritos leer una vez más cómo el maestro de los maestros, Henry Miller, vuelve a narrar en uno de los Tropicos, los "ardientes chorros" que lanzaba la dama. Por el lado de la literatura queda en claro, no hay la más mínima esperanza de dilucidar el tema. Después de todo, ha sido hecha siempre por varones; y los pobres como ya se la explicado, sobre que no entienden nada, compran buzones a lo loco.
En cuanto al bueno de don Salvat, generalmente tan fiel y preciso en sus definiciones, se descuelga con la siguiente perla: "ORGASMO/(del griego Organ, desear con ardor): SENSACIÓN DE PLACER LOCAL (GENITAL) Y GENERAL, QUE ACOMPAÑA AL ACTO SEXUAL: constituye una suma de reflejos involuntarios nacidos en el grado más alto de la excitación sexual"....Amén.
Me parece inútil analizar esta definición porque cuando un diccionario se pone confuso, la claridad hay que buscarla por el lado de la práctica. Y la práctica es tan gratificante como secreta. De tal suerte, el orgasmo femenino seguirá por siempre más enigmático que las pirámides y más incierto que los pronósticos del tiempo. Pero eso sí, que los hay...los hay!
No desesperen, ¡y a intentarlo!!!
Cristina Wargon
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