La Tierra necesita su Moncada
Por Celia Hart
He vivido con la envidia de no haber participado en aquel 26 de julio de 1953. La envidia eterna de ni siquiera imaginar como lucían de hermosas Melba Hernández y Haydée Santamaría aquel 25 de Julio en la madrugada.
Haydée, por ejemplo estaba al lado de los hombres que amaba: al lado de su hermano, que fue su vida; al lado de su novio, el hermoso Boris Luis, y por supuesto al lado de Fidel… que fue líder sin tanta elección barata, ni duda alguna. Y con gran parte de los mejores hombres de Cuba.
Por más que me lo contara Haydée de sus propios labios, nunca he podido llegar a sentir la felicidad indescriptible de saber que intentas tomar el cielo por asalto, sabiendo que las personas que amas están en la misma empresa.
En la Granjita Siboney, Boris y Haydée debieron decirse las frases más hermosas que una pareja enamorada pueda llegar a decirse alguna vez… estar unidos por la pasión y el empeño: que esas cosas coincidan y a horas antes de querer salvar a la patria, tan sólo porque José Martí lo disponía… es una experiencia erótica que nunca sabrán, ni podrán pintar con los mejores colores las revistas comerciales. El mercado no logra todavía alcanzar esas historias de amor, cuando el altar no es Dios, sino el deber por cumplir más allá de ellos mismos, más allá de cuidarse en la pobreza o la abundancia, el compromiso era por la felicidad de la humanidad. Así debieron juramentarse amor aquellos dos una noche de julio.
Y pienso que muchos moriremos antes de sentir algo parecido. Son de esas cosas que le envidié siempre a mi madre. Amar y ser amada en aquellos instantes previos al 26 de Julio… aunque fuesen sólo con palabras, según sus propios testimonios.
En todos los 26 de julio, después de haber nacido, me alegraba mucho, porque sabía que estaría Fidel. Verle y escucharle, aunque sea por la tele, era uno de esos instantes de suprema felicidad, sentir como empezaba en tono bajo y subía la voz y volvía sobre el mismo tema pintando de sol cada verbo. Fidel es de esos maestros que hablan con las manos, con la barba, con su gorra. Entonces todos mis 26, aunque envidiando profundamente a mi madre y a Melba, se llenaban de luces porque sabía que al rayar las seis de la tarde un pueblo entero estaría escuchando al mejor orador vivo del mundo, y que además era… por casualidad mi Presidente.
Y es por eso que el 26 de Julio del año pasado en Camaguey no encendí la tele.
Justo hacía un año que se conmemoraba el 26 de julio y viera a Fidel por última vez vestido de guerrillero. Unos días después se nos enfermó y la historia ya la conocemos. No encendí la tele; no quise saber que era 26. No existía 26 de Julio sin Fidel Castro para mí. El impactante discurso de Raúl (que leí mil veces después) no lo escuché de primera mano. Fue mi más triste 26. Por primera vez el maestro de maestros no hablaría, no estaría. Ni siquiera las notas del Himno del 26 sonaban iguales. Parecía que las notas de Cartaya, asaltante al Moncada eran más frías y dudosas.
Pero la vida es tan maravillosa y sorprendente, que ninguna pluma o pincel puede alcanzarla… es como si ella se burlara de todos nosotros: este 26 de Julio ha sido el más lindo de mi vida, incluso sabiendo que no vería a Fidel. Les cuento por qué:
Un grupo de muchachos de la Universidad decidieron esperar el 55 Aniversario del 26 de julio en el Pico Turquino (elevación montañosa de la Sierra Maestra)… Y me honraron invitándome… Realmente yo les duplico la edad y les triplico el peso corporal, pero sobre todo tengo siempre reservas de hacer turismo con las armas de lucha.
¡Sí, porque las montañas de Oriente están ahí fieles a la revolución cubana! y prestas por si el enemigo de afuera perdiera la memoria e intentase algo contra ella y además por si alguno de los de adentro, se le ocurriese alguna peripecia que la pusiera en peligro. No es un monumento. La Sierra Maestra sigue siendo arma de lucha.
Pero este verano, donde han sucedido tantas cosas extrañas en el mundo; donde se han dicho cosas que todavía no alcanzamos a comprender; acepté gustosa la invitación. "Celia, usted es la única viejita que invitamos".
Respiré dos veces por el aquello de viejita y por el aquello del USTED, pero me transporté a mis 20 años y me dije tragándome mi dignidad "Cierto, que soy una viejita". Al menos por el camino les conminaré a tutearme.
Empezamos a planearlo todo. Como siempre ocurre, las ideas le llevaban la delantera a la realidad. Brazaletes del 26 de Julio, nuestros Cinco Héroes en carteles plastificados, entrevistas planificadas con los combatientes y mil, mil cosas más.
Más no se pudo dar el viaje por problemas prácticos, coyunturales, que no vale la pena reseñar.
Presos de la angustia al ver que fallaba el proyecto, llegó a nuestro rescate espiritual aquella máxima de Fidel de convertir los reveses en victorias. A decir verdad no sé si fue Fidel quien lo dijo, pero de seguro es y será el que mejor lo ha logrado en la práctica.
De ahí nació entonces como venida del cielo más caluroso de agosto, la idea de constituir una columna con el nombre Abel Santamaría. Y que logremos ir al Turquino enmendando nuestros múltiples errores, para el 50 Aniversario de la revolución cubana.
Cinco horas de charlas en el Bodegón de Teodoro, una tabernita que milagrosamente en esta Habana algo turística, pudimos comer en la ya conocida "Moneda nacional" a escasos metros de la escalinata universitaria, la escalinata más revolucionaria de la historia del mundo.
Y llegó la víspera del 26 de julio.
Acá en La Habana sólo hay un lugar donde vale la pena recordarlo. En 25 y O, en el populoso Vedado. En ese apartamentico donde se soñó por primera vez que José Martí llevaba razón y que Julio Antonio Mella no dijo al morir "Muero por la revolución" por tonto… Que Antonio Guiteras no fue una casualidad y su muerte muchísimo menos; allí en aquel pequeño apartamento donde entró el cielo para reencontrase con la tierra y juntos rearmar el mundo, es donde se precisa estar si no tenemos la suerte de estar en la querida Santiago de Cuba.
Sonaba la media noche y la emoción nos transportaba. El parquecito se llenaba de gente que venía de cualquier parte y allí entre declamadores, músicos y alegría traté por un instante de transportarme al 25 de Julio de aquel inolvidable 1953. Al dejar "constituida" la columna Abel Santamaría… y que fuese un lindo jovencito de ojos verdes como mi tío Abel, quien redactara la proclama, la felicidad no cabía dentro de mí y creo que llegué a sudar eso… felicidad. Por supuesto que deberemos someterla a la consideración de las organizaciones competentes, pero todas esas organizaciones cubanas estarán de acuerdo, porque estamos en pura resonancia.
Los objetivos de la columna quedaron claros en aquella proclama del joven estudiante.
El número Cero era apoyar y dar la vida por esta revolución socialista fueren cuales fueren las circunstancias.
El número Uno era propagandizar en la juventud las ideas de aquellos jóvenes del Centenario del apóstol
El número Dos lograr, con sencillas actividades, que esto se alcance. A saber:
Reeditar el periódico (esta vez en forma digital) de Abel Santamaría "Son los mismos"… Eso sí: con la particularidad gloriosa que los gobiernos corruptos y el Imperialismo es el mismo… excepto en Cuba, donde "somos otros" gracias a la sangre de ellos. Pero la felicidad de Cuba no alcanza para que la Tierra gire en paz.
Y la Tierra va necesitando su Moncada
El número tres es apoyarnos en el maravilloso proyecto de casi todas las librerías del país "Minerva" que funge como Biblioteca y llamar a nuestra biblioteca "Minerva Roja", donde haríamos préstamos y lecturas comentadas de eso… los libros rojos de toda latitud y todo tiempo. No sólo por estar justo debajo de ese mítico pisito de 25y O; ni siquiera por estar a unos metros donde vivió el poeta Luis Cernida… justo, justo cuando Abel y Haydée Santamaría se mudaron a ese lugar; no sólo por toda esa historia bordada con irrepetibles hilos de oro en aquellos años. En esos meses, que aunque la historia, siempre exigente y precavida no lo diga… algo debieron decirse Cernuda y los futuros moncadistas en la cafetería popular que separa las dos edificaciones con el nombre Lidia… hoy está uno de esos Cafés de París globalizado, que no recuerdan esas posibles conversaciones entre la fracasada república española y la revolución que recién comenzaba en el alma de aquellos jóvenes. Algo deberíamos hacer los republicanos españoles y nosotros para rescatar aquel lugar.
Pero ni eso; ni Abel, ni Yeyé, ni Cernuda, ni la cafetería popular… Este 25 de julio estuvo en manos de los pobladores del humilde Cayo Hueso…. Un barrio aledaño a esa bendita esquina. Y estuvo protagonizada por jovencitos de la Universidad, que recordaban la historia y nos la hacían vivir.
Estaban los carnavales en el conocido Malecón de la bahía de La Habana… pero ni eso pudo opacar nuestra fiesta. Bueno, para los moncadistas el Carnaval fue el mejor pretexto… Decían muchos: "Ah, se están cayendo a tiros los miembros del ejército". En el corazón de cada santiaguero de verdad latió que algo más que una trifulca interna deslumbraría los carnavales de la ciudad mas irredenta del mundo.
En nuestro 25, no el del 1953, sino el 2008, a 55 años de aquellos carnavales, todos subían a 25 y O como si presintieran que algo sucedía.
Y sucedía que con la aspiración de constituir la columna Abel Santamaría los jóvenes (un grupo de ellos) estaban nuevamente dispuestos a dar su vida por el mismísimo proyecto que dilató la vida y burló la muerte a los jóvenes de 1953 en Santiago de Cuba.
La librería del Centenario ¡la mejor de la ciudad, sin dudas!... El barrio, los edificios y la noche despejada después de la lluvia, fue el buen augurio para la columna Abel Santamaría que sería un proyecto más de la Unión de Jóvenes Comunistas, de la Federación Estudiantil Universitaria, de la Batalla de ideas de Fidel… el Fidel de siempre. Entre los propósitos está la Asociación con los Combatientes de la Revolución, del Club Martiano de la Insurrección en el Llano; eso y mucho más. Nuestro adorado Froilán González, "de casualidad" anduvo por allí y apoyó la columna…. Y si estuvo Froilán, estuvo Adys Cupull que parece que son como el bipolo magnético: sin uno(a) el otro(a) no existe.
Estuvieron los compañeros del Comité de Solidaridad por los cinco cubanos presos en Estados Unidos que también ofrecieron su apoyo.
Algo muy curioso sucedió: los custodios interrumpieron los encendidos discursos y gritaban "¿Por qué no más estudiantes?", "¿Los obreros no podemos pertenecer a la Columna?" …Y saltó una señora ¡qué señora: compañera!... ya de años que había declamado como una diosa (no sé si los dioses declaman) "Y los de tercera edad ¿tampoco? ¡Son unos sectarios estos jovencitos!
Mi madre me tocó la piel… allí donde a ella le gusta colocarse frente a mí para decirme que respirara, que sintiera, que entendiera la felicidad… Y terminé por escucharle y la envidié un poco menos por no haber estado con ellos aquel 25 donde ella misma dice "fueron los tiempos vividos más felices"
"Menos mal que existen"
Reflexioné entonces con el título a la canción de Silvio Rodríguez que más me gusta… bueno es difícil elegir, pero ésta es de las que más me gustan: "Cada quien tiene su Moncada". Siempre el titulo me pareció burocrático para los bellos versos de esa canción, donde nos alerta a los mortales que "menos mal que existen"…los inmortales… que saben vivir… porque son capaces de morir por lo que creen.
Sí, menos mal que existen esos jóvenes que recuerdan al tío Abel… Menos mal que existe la librería del Centenario... Menos mal que existen cinco personas cubanas, encarceladas por la impotencia de un enemigo tan viejo y conocido como es el capitalismo.
Mis Cinco camaradas, ésos que deben regresar más allá de los vericuetos de las leyes de Estados Unidos, fabrican su Moncada de forma renovada día a día.
El abogado Roberto González, hermano de nuestro invencible René, dijo algo que debe estar sonando en nuestros tímpanos… si es que todavía los tenemos. "Ellos saldrán liberados cuando dentro sean mas peligrosos que afuera"… Como sucedió con Fidel en Isla de Pinos. Era mejor fuera que dentro… no fue piedad. El enemigo nunca tiene piedad.
Entre ellos y nosotros hagamos imposible su presencia en esas cárceles… ¡Porque ellos son nuestro Moncada! Y sin ellos no habrá "reformas (palabra que detesto) posibles en Cuba"
Estamos en guerra. Si no estuviéramos en guerra no tendríamos a cinco cubanos presos con la pueril palabrita (que también detesto), de terrorista.
¡Que nos diga la Ingrid Betancourt como se contrata a la Cruz Roja falsa y se monta un rescate, porque ellos están secuestrados!
Pero de estos cubanos hablaremos después, en Septiembre se cumplen muchas cosas y entre ellas el secuestro permitido y admitido hace ya diez años de cinco hombres. Mientras viajan y viven los verdaderos asesinos.
Tan sólo por eso es mi revolución permanente
¿El cuartel Moncada fue asaltado por comunistas?
Entre marxistas y marxiólogos (por llamarlos de algún modo) hay un gran trecho: Algo así como los físicos que saben que significa teóricamente la reacción en cadena, de la fisión atómica y aquellos que producen una bomba capaz de asesinar a millones de seres humanos.
Salvando esas distancias (que no son tantas), los que dieron su vida, la de sus hijos por cambiar la historia de Cuba no era comunistólogos… eran comunistas, aunque nunca se hubiesen leído el Manifiesto de aquellos barbudos del siglo XIX o al pelón de la Revolución de Octubre. Ellos fueron los verdaderos comunistas de Cuba, los que siguieron aquellos caminos al comprender, asumir, y proyectar la realidad en qué vivían.
Ellos nada tenían que perder, lo poco que tenían lo vendieron para comparar armas y para arrasar una sociedad donde el hombre explota al hombre.
¡Y a mí que nadie me conteste!, al menos sin leer lo que Haydée, que fue mi madre por ventura para mí, le escribió a mis abuelos de España, radicados en Cuba.
En esa carta escrita más con lágrimas que con tinta, mi madre, que perdió a su hermano, a su novio a casi todo lo que amaba, les comunica a mis abuelos como la Buena Nueva más o menos "El Central azucarero de Constancia será para los trabajadores y no para sus dueños. Y Abel estará más vivo que nunca"
He leído algo a Marx, Lenin, Trotsky, Rosa, Gramsci. Lukács, Mariátegui, el Che y en fin todos los que se aparecen…pero no dejo de ser una vulgar aspirante a comunista o me moriré como aspirante a comunistóloga… cosa que le pido a Dios no permita, tratando de llegar con el filo inútil de mi pluma, a lo que hicieron ellos… ellos, los verdaderos marxistas, que no necesitaron tantas lecturas para saber que la Tierra desfallecía y que sus vidas eran necesarias.
Y por eso la bandera rojinegra. ¡Ah… esa bandera que será la bandera de América Latina! La de los sandinistas, la del Farabundo Martí del Salvador, y la de mi Colombia… ¡la de la Colombia ante la cual me arrodillo! y puedo dar la vida, la de las FARC-EP y el ELN, tienen estos mismos colores.
La bandera rojinegra es la bandera de la revolución en América y por "rara" coincidencia fue la del movimiento 26 de Julio. ¿Casualidad?
Casi ningún moncadista murió en combate. A todos los torturaron en una orgía de sangre… porque es el único recurso del enemigo… asesinar. ¡No somos nosotros: son ellos los que torturan, asesinan y lo aprueban incluso con pelucas empolvadas en sus leyes, como lo hace el gobierno de Estados Unidos! Los terroristas son ellos. Ellos son los mismos, como el título del periódico de Abel Santamaría que tuvo diez tiradas. A ser los mismos necesitamos nosotros ser, para que sean cada vez menos las confusiones y las divisiones en la izquierda mundial.
Fueron y son comunistas los asaltantes al Moncada. Lo son porque despertaron el espíritu de igualdad, desprendimiento, compromiso y altruismo…
De esa época nos faltó uno ¡que se nos unió después! El Che debió haber sido un moncadista… y tal cual le otorgamos la ciudadanía cubana "por nacimiento" deberíamos más allá de estatuas y flores, otorgarle la condición de moncadista. Pocas palabras tuvo que decirle Fidel en México para que se uniera al proyecto más bolchevique de aquel momento en todo el mundo.
De ellos y de los que los asumieron, nació esta Revolución.
Y menos mal que existe... Porque Gerardo, Fernando, Ramón, Antonio y René son moncadistas… Tan sólo que los hierros necesitan ser más potentes que aquellos de Batista, porque los batistianos actuales son más prepotentes; tienen miedo al valor más que a las balas Y es por eso que los humillan… porque son nuestros moncadistas modernos.
Entonces "menos mal que existen"…
Y ellos, los Cinco (lo digan o no) son los mejores comunistas contemporáneos.
El mejor tour cubano se logra… tan sólo por 10 centavos en moneda nacional. Así son los secretos de Dios. Visitar la linda ciudad de Regla , ver la iglesia de la dueña del mar y sobre todo llegar al sitio donde por los azares del destino un alcalde comunista plantó un olivo en homenaje a Lenin es el mejor ¡Fue el primer monumento al líder del proletariado fuera de su país! Es el mejor viaje turístico de La Habana
Lo plantó aquí en esta isla mucho antes del asalto al Moncada en 1924. Allí, al lado de Lenin colocamos la bandera del 26 de julio que fue la misma que la bandera roja del Asalto al Palacio de Invierno en 1917
Haydée decía "hoy somos marxistas y no hemos dejado de ser martianos" Mas en rigor somos martianos porque somos marxistas y por supuesto... viceversa
Reflexión final
"Dios no juega a los dados"
, dijo una vez Albert Einstein (esa vez porque no aceptaba de primera mano, el Principio de Incertidumbre, uno de los pilares de la Mecánica Cuántica). Pero efectivamente Dios no juega a los dados, y la probabilidad, que es necesaria para entender el funcionamiento del micromundo, que tanto molestaba al gran humanista Einstein, no era jugar a los dados. La probabilidad no es sinónimo de libre albedrío.
¿Por qué Cuba? ¿Porque José Martí y Fidel Castro? ¿Por qué el Che Guevara?
El asalto al cuartel Moncada fue coherente con la historia de Cuba. En Cuba donde Jesús Cristo fue evocado por la Madre de todos los cubanos Mariana Grajales para exigirle insurrección a sus hijos a favor de la Patria.
Cuentan que Mariana tomó el crucifijo y les dijo "juren por él, el primer liberal de la historia"
Y aunque todo parezca inconexo… no lo es. Las ideas del comunismo de Europa hicieron escala en esta parte del mundo. Salvar esta historia es salvar la historia del comunismo. Y luchar por la revolución socialista significa a su vez defender la Historia de Cuba. Esta apasionante paradoja es el misterio de este pedacito de tierra...
Bendita entonces, hoy más que nunca la bandera rojinegra… hoy que la quieren despintar con tintes de liberalismo posmoderno.
Y menos mal que existen entonces todos ellos los moncadistas, los jovencitos que pretenden fundar la Columna Abel Santamaría, la bandera rojinegra.
Y menos mal que existen todos que en el continente americano defienden esos dos colores… pues ellos están haciendo también su Moncada.
Hasta la Victoria Siempre.....
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