sábado, agosto 09, 2008

"La composición es un proceso que no puede ser controlado"


El cantautor español Pedro Guerra actuará por primera vez en Tucumán esta noche a las 22, en el teatro Alberdi. "Una canción es buena o mala, al margen de su estilo", dijo en una entrevista a LA GACETA. Interpretará viejos temas y los de su último disco. COMPROMISO.El autor asume su problemática personal, pero también la social.

Se siente más cercano a Joan Manuel Serrat o a Joaquín Sabina que a Paloma San Basilio, pero esta ha sido una de las cantantes que ha interpretado su famoso tema "Las gafas de Lennon". "Una canción es una letra buena con una melodía, que puede llegar a públicos distintos, y si es buena le puede gustar a cualquier artista, al margen del estilo", define Pedro Guerra, cantautor español que mañana a las 22, en el teatro Alberdi, se presentará por primera vez en esta provincia. Cuando Guerra llegó a Madrid desde las Islas Canarias, se hizo muy conocido en España, en la comunidad artística, y muchos cantantes utilizaron sus composiciones. "Creo que la diversidad de las personas que interpretaron mi música habla bien, en todo caso. Las canciones son buenas o malas, más allá de que sean rock, pop o cualquier estilo", afirma.

Aunque su música es poco conocida en esta ciudad, sin embargo, es muy popular en otros países. En una conversación telefónica con LA GACETA, a horas de empezar su gira por el país, admite que lo han marcado Fito Páez, Luis Spinetta, Pedro Aznar y Juan Carlos Baglietto: "en Argentina se dio un rock muy interesante respecto a otros países, porque es un rock con mucho contenido, con buenas letras, y es como si los cantautores argentinos hubieran sido rockeros", responde ante una pregunta.

De todos modos, aclara que sus referencias son Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Serrat Sabina, y la Nueva Trova cubana, y que pertenece a la generación de Ismael Serrano, aunque tiene algunos años más.

- ¿Cómo trabajas la composición?

- El proceso es dejarse llevar. La cabeza está en plena ebullición y hay canciones que uno quisiera hacer y otras que efectivamente se hacen, porque todo consiste en encontrar la manera de hacerlo; cómo plantear un tema que esté bien tratado, con profundidad. Es sentarse a tocar la guitarra y probar, en un proceso que uno no puede controlar totalmente, porque hay temas que se atragantan y no salen, directamente o demoran un tiempo en salir. Como dice Tom Waits, componer es como ir a pescar: uno tira la caña y nunca se sabe lo que saldrá, finalmente; se puede estar horas y días y no pescar nada. Componer es paciencia y conocimiento, pero también mucho trabajo.

- En tu último disco afirmás que retornás a un planteo introspectivo, muy personal. ¿Es que abandonaste el compromiso social?

- El cantautor es como cualquier otro creador en un momento de su vida, y no siempre su composición es de compromiso social. Mi primer compromiso es conmigo mismo, y con las cosas que necesito en cada momento preciso. El cantautor abarca temáticas más personales, canciones de amor o problemáticas colectivas; he tocado todos esos palos, en mi carrera. Pero en mi último disco, regresaba de dos años de descanso en el que mantuve una vida familiar muy intensa, muy personal, y las canciones necesariamente tuvieron ese espíritu, lo que no quiere decir que en mi próximo álbum no regrese a la temática social.

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