BITÁCORA DEL PARAPERIODISMO
"YO SOY EL QUE SOY"
Los 10 + 2 mandamientos del paraperiodista
Rafael Grillo
1. No acabamos de inventar una nueva forma de encender el fuego sin fósforos. Cuando reincidimos en el Nihil novi sub sole no es por empatía con el consabido agobio postmoderno, sino porque tiempo ha Eclesiastés dixit y ya desde entonces con mucha razón. Fíjense en que si historiadores y arqueólogos no acaban de comprobar que Troya sí ardió bajo la antorcha aquea, habrá tenido la Antigüedad en Homero, clarividente o ciego, al primer paraperiodista. Y a Platón como su continuador histórico, si es que este inventó todito el cuento de la Atlántida o cuando "reportó" escrupulosamente los andares, diálogos y muerte de Sócrates, sin llevar en mano laptop, grabadora o libreta de notas y buen bolígrafo.
2. No hay corriente alterna sin mainstream. Como mismo la Psicología, con su catálogo de eventos subjetivos, "científica y objetivamente comprobados", tiene su Parapsicología: esa biblioteca bastarda de fenómenos psi o detritus paranormales, que los doctos ceden a los crédulos y traficantes de milagros; asimismo el Periodismo puede tener su Para, donde cabrían todos los sucesos que nadie confirmó que acontecieran, nadie certifica que están pasando, ni nadie meterá la mano en la candela con la convicción de que ocurrirán mañana.
3. No hay producto que dure cien años ni marca que lo resista.El "Paraperiodismo" es apenas un cartelito, una etiqueta para no estar fuera de moda o por el caprino empecinamiento de los humanos de clasificarlo todo. También podría llamársele "Periodismo paraliterario", "Literatura paraperiodística" o, nos da igual, si se le antojara a alguien considerarlo "Perioliteporquerismo", o "Porquería" a secas.
4. No todo lo irreal es incierto ni todo lo real es verdadero: consigna básica que el gremio paraperiodístico traduce jocosamente como "una mentira vale más que mil palabras" o "mil y una noches de sueño absurdo revelan lo mismitico que el premio de la World Press Photo". El Paraperiodismo es cofrade de la Literatura en su culto politeísta por todo lo meramente "verosímil", en contraposición al "De facto", ese Dios único de la religión periodística.
5. No hay noticias sin medios que las cultiven y gente que se las coma.Todo lo que "es" y "no es" --vulgar pero no ontológicamente hablando-- puede constituirse en "noticia" o hecho resaltado para atraer a los comunes. Sólo basta que un medio de comunicación lo infiltre en su Agenda por intereses intrínsecos o de superiores, para "manipular" --"orientar" podría usarse como eufemismo si le escandaliza el verbo anterior-- a las audiencias. El Paraperiodismo también cuenta con Agenda propia, así como con su propia guerra.
6. No leerá aquí "lo que no le contó" otro medio de comunicación, aclaran los paraperiodistas, para que no se reactive el síndrome de la sospecha y los sistemas de vigilancia. La onda NO es ser asumidos como "un medio de información alternativo", que propala la Agenda oculta o distorsionada por los medios reputados y/u oficiales. Ya está dicho antes: lo nuestro no es periodismo al raso, del objetivo, puro y duro. Somos sinceros, no como Orson Welles; si mañana describimos una invasión marciana a La Habana, no es para que cunda el pánico y salgan a nado en busca de playa promisoria.
7. No queremos tampoco hacer un remake o reload del Nuevo Periodismo. Ni aspirar a los nombreticos de Nuevo Postperiodismo o Postnovísimo periodismo. ¡Ya nos gustaría a los paraperiodistas contar las historias de la realidad de manera tan exquisita que lucieran de mentiritas y se nos tomara como novedad! Más, con los yankees Wolfe, Capote, Mailer, Thompson & Co., o los latinoamericanos Walsh y García Márquez, es suficiente. Si bien no descartamos totalmente el acudir, de vez en vez, al maquillaje literario de eventos ciertos y personajes de verdad.
8. No hay buen texto sin chino detrás, o al comienzo, o lo que es lo mismo: no hay reportaje sin cuento del bueno en la trastienda ni novela excelsa sin investigación acuciosa o crónica de vida por delante. En fin, que el Paraperiodismo se propone formalmente derribar el Telón de Hierro entre Literatura y Periodismo, y liberar los géneros apresados dentro de uno y otro estanco. Se valen las entrevistas apócrifas, las semblanzas ejemplares o nefastas de escritores, artistas, obreros y políticos inexistentes, las reseñas o ensayos sobre obras de arte, libros, conciertos o películas que nunca se hicieron, la descripción detallada al estilo reporteril de eventos ficticios, la misiva del lector que no tiene Internet, el cuento de la pipa mala, las crónicas de la mujer loba, el diario de un analfabeto, etc, etc & etc...
9. No hay cierres felices fuera de Hollywood ni cataclismo o resultado de elecciones con que no arranque un noticiero: esta es la manera que tienen los paraperiodistas para explicar que no les interesa la apariencia de "apocalípticos" ni la de "integrados". Que no escriben para brindar consolación o para ser didácticos, pero tampoco para incitar al despelote aguerrido o condenar a la desesperanza. Ni condón ni VIH.
10. No caerás en la doble tentación: ni sacarás bostezos ni venderás palomitas de maíz. Ingenio y lucidez, sarcasmo y responsabilidad; tonterías no, así no se vale, que no queremos ser tildados de "banales" o "frívolos". Tampoco saltaríamos de contento con el mote de "amarillistas", más sería peor si no logramos superar el modelo del "periodismo bucólico pastoril". De sólo entretenerse el lector con lo que hacemos, pues ya 7 puntos en la escala Mercalli (hasta 12). Más, si alcanzamos que "sienta" (seáse que se ofenda, cuestione, reniegue, o tolere, simpatice, admire) y que "piense" --Oh, Logos, manifiéstate-- sobre su individualidad y patio particular o en la humana esencia y ancho universo en general, entonces: Terremoto máximo y viaje por tiempo irrestricto y precios módicos a Never Land o Andrómeda (para ambos: paraperiodista y lector).
11. No hay límites ni punto al final. La eternidad, por fin, comienza hoy(utopía privada del paraperiodista). No hay Abu Ghraib que contenga a la (ir)realidad toda. Lo único irreal es la reja: nos dicta en la oreja el poeta y periodista Urondo. Dentro de la mente de cada hombre no cabe implantar ratoneras. Ni hay filo suficiente en la espada de Damocles como para que corte la imaginación y el anhelo. La Revolución no culmina con la muerte de Neo en Matrix III. Paraperiodistas sin fronteras, digamos: "No habrá Holocausto(s)". Y no cesemos de repetirlo: no habrá Holocausto(s), no habrá Holocausto(s), no habrá Holocausto(s), no habrá Holocausto(s)...
12. No están cegados los paraperiodistas por el autoritarismo del Señor y su enviado Moisés como para no aceptar modificaciones a sus Tablas de la Ley. Por tal razón, y en un gesto de amplia y legítima democracia, además de invitar a cualquiera para que envíe textos de su autoría que cumplan las reglas del Club, también promueven la posibilidad de que se les sugiera la adición o la sustracción de mandamientos y la introducción de cuerdas reformas a los ya existentes.
3. No hay producto que dure cien años ni marca que lo resista.El "Paraperiodismo" es apenas un cartelito, una etiqueta para no estar fuera de moda o por el caprino empecinamiento de los humanos de clasificarlo todo. También podría llamársele "Periodismo paraliterario", "Literatura paraperiodística" o, nos da igual, si se le antojara a alguien considerarlo "Perioliteporquerismo", o "Porquería" a secas.
4. No todo lo irreal es incierto ni todo lo real es verdadero: consigna básica que el gremio paraperiodístico traduce jocosamente como "una mentira vale más que mil palabras" o "mil y una noches de sueño absurdo revelan lo mismitico que el premio de la World Press Photo". El Paraperiodismo es cofrade de la Literatura en su culto politeísta por todo lo meramente "verosímil", en contraposición al "De facto", ese Dios único de la religión periodística.
5. No hay noticias sin medios que las cultiven y gente que se las coma.Todo lo que "es" y "no es" --vulgar pero no ontológicamente hablando-- puede constituirse en "noticia" o hecho resaltado para atraer a los comunes. Sólo basta que un medio de comunicación lo infiltre en su Agenda por intereses intrínsecos o de superiores, para "manipular" --"orientar" podría usarse como eufemismo si le escandaliza el verbo anterior-- a las audiencias. El Paraperiodismo también cuenta con Agenda propia, así como con su propia guerra.
6. No leerá aquí "lo que no le contó" otro medio de comunicación, aclaran los paraperiodistas, para que no se reactive el síndrome de la sospecha y los sistemas de vigilancia. La onda NO es ser asumidos como "un medio de información alternativo", que propala la Agenda oculta o distorsionada por los medios reputados y/u oficiales. Ya está dicho antes: lo nuestro no es periodismo al raso, del objetivo, puro y duro. Somos sinceros, no como Orson Welles; si mañana describimos una invasión marciana a La Habana, no es para que cunda el pánico y salgan a nado en busca de playa promisoria.
7. No queremos tampoco hacer un remake o reload del Nuevo Periodismo. Ni aspirar a los nombreticos de Nuevo Postperiodismo o Postnovísimo periodismo. ¡Ya nos gustaría a los paraperiodistas contar las historias de la realidad de manera tan exquisita que lucieran de mentiritas y se nos tomara como novedad! Más, con los yankees Wolfe, Capote, Mailer, Thompson & Co., o los latinoamericanos Walsh y García Márquez, es suficiente. Si bien no descartamos totalmente el acudir, de vez en vez, al maquillaje literario de eventos ciertos y personajes de verdad.
8. No hay buen texto sin chino detrás, o al comienzo, o lo que es lo mismo: no hay reportaje sin cuento del bueno en la trastienda ni novela excelsa sin investigación acuciosa o crónica de vida por delante. En fin, que el Paraperiodismo se propone formalmente derribar el Telón de Hierro entre Literatura y Periodismo, y liberar los géneros apresados dentro de uno y otro estanco. Se valen las entrevistas apócrifas, las semblanzas ejemplares o nefastas de escritores, artistas, obreros y políticos inexistentes, las reseñas o ensayos sobre obras de arte, libros, conciertos o películas que nunca se hicieron, la descripción detallada al estilo reporteril de eventos ficticios, la misiva del lector que no tiene Internet, el cuento de la pipa mala, las crónicas de la mujer loba, el diario de un analfabeto, etc, etc & etc...
9. No hay cierres felices fuera de Hollywood ni cataclismo o resultado de elecciones con que no arranque un noticiero: esta es la manera que tienen los paraperiodistas para explicar que no les interesa la apariencia de "apocalípticos" ni la de "integrados". Que no escriben para brindar consolación o para ser didácticos, pero tampoco para incitar al despelote aguerrido o condenar a la desesperanza. Ni condón ni VIH.
10. No caerás en la doble tentación: ni sacarás bostezos ni venderás palomitas de maíz. Ingenio y lucidez, sarcasmo y responsabilidad; tonterías no, así no se vale, que no queremos ser tildados de "banales" o "frívolos". Tampoco saltaríamos de contento con el mote de "amarillistas", más sería peor si no logramos superar el modelo del "periodismo bucólico pastoril". De sólo entretenerse el lector con lo que hacemos, pues ya 7 puntos en la escala Mercalli (hasta 12). Más, si alcanzamos que "sienta" (seáse que se ofenda, cuestione, reniegue, o tolere, simpatice, admire) y que "piense" --Oh, Logos, manifiéstate-- sobre su individualidad y patio particular o en la humana esencia y ancho universo en general, entonces: Terremoto máximo y viaje por tiempo irrestricto y precios módicos a Never Land o Andrómeda (para ambos: paraperiodista y lector).
11. No hay límites ni punto al final. La eternidad, por fin, comienza hoy(utopía privada del paraperiodista). No hay Abu Ghraib que contenga a la (ir)realidad toda. Lo único irreal es la reja: nos dicta en la oreja el poeta y periodista Urondo. Dentro de la mente de cada hombre no cabe implantar ratoneras. Ni hay filo suficiente en la espada de Damocles como para que corte la imaginación y el anhelo. La Revolución no culmina con la muerte de Neo en Matrix III. Paraperiodistas sin fronteras, digamos: "No habrá Holocausto(s)". Y no cesemos de repetirlo: no habrá Holocausto(s), no habrá Holocausto(s), no habrá Holocausto(s), no habrá Holocausto(s)...
12. No están cegados los paraperiodistas por el autoritarismo del Señor y su enviado Moisés como para no aceptar modificaciones a sus Tablas de la Ley. Por tal razón, y en un gesto de amplia y legítima democracia, además de invitar a cualquiera para que envíe textos de su autoría que cumplan las reglas del Club, también promueven la posibilidad de que se les sugiera la adición o la sustracción de mandamientos y la introducción de cuerdas reformas a los ya existentes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario