11-07-2008
El imperio quieren guerra en Cochabamba
Carlos Alejandro Lara Ugarte
www.Rebelión.org
Apenas unos cuantos días atrás los comentaristas y presentadores de noticias en las redes televisivas mas difundidas de Bolivia ocuparon espacios considerables para atacar al presidente Evo Morales por reclamarle al presidente del Perú su intensión de permitir la instalación de un aeródromo militar norteamericano en la región de Ayacucho - Perú. La ceguera interesada de nuestra prensa no quiere percatarse lo que en la revista "Página 12" el experto en temas militares y de narcotráfico, Ricardo Soberón, denuncia al respecto, quien da por hecho la instalación de la base militar. [1] "Desde esta base, Estados Unidos operaría en toda la región. Con su instalación el Perú se estaría involucrando peligrosamente en un conflicto regional"
Paralelo a este primer comentario no podemos dejar de mencionar la existencia de todo un plan norteamericano para paliar su crisis económica desde el Keynesianismo Militar entendida esta como "la determinación política de mantener una economía de guerra permanente, utilizándola como elemento activador y sostenedor de la economía del país; un criterio utilizado desde los primeros años de la guerra fría y establecido por el gobierno de Harry Truman como política económica pública, a partir septiembre de 1950, que, aún hoy, continúa aplicándose " [2]
Keynesianismo militar mas base militar de norteamericana en Ayacucho, una región equidistante a Colombia y Bolivia nos da pautas para entender la geopolítica diseñada por el imperialismo en América Latina, pero el diseño por si sola no transparenta su plan hacia Bolivia a corto plazo.
Un hecho que se denuncia a si misma, en su accionar a corto y mediano plazo, es la reaparición de Philip Golberg Embajador de EE UU en Bolivia, y desde sus relaciones con el CONALDE es fácil deducir que lo que se vienen tramando es el enfrentamiento entre cochabambinos. Esto para empezar.
El Imperio y el CONALDE aparentemente, han hecho ajustes a sus planes iniciales, los primeros enfrentamientos armados de la Guerra de Baja Intensidad [3] ya no los quieren en Santa Cruz ni en Sucre debido a una ligera baja del ambiente de belicosidad en la nueva configuración política del país. Sucre fue un buen acercamiento a la conflictividad político militar, y Cochabamba será un nuevo ensayo, con posibilidades de sostenibilidad, (con apoyo externo desde la Base Militar de Ayacucho) con pretextos construidos mejor que en los anteriores intentos y encender el foco de violencia en pleno centro cochabambino, desde el cálculo probabilística de la defensa o ataque a la prefectura ante un eventual revocatorio del prefecto de Cochabamba y la negativa de este.
Ya nadie duda que en el referéndum revocatorio el prefecto de Cochabamba será uno de los que deberá ser cambiado por el voto popular, pero en sus gira por el oriente boliviano, Manfred Reyes Villa fue tajante y reiterativo al afirmar que no aceptará el resultado del Referéndum y que sea cual sea el resultado él terminará su gestión. Es decir se sublevará al mandato del pueblo y al y a la institucionalidad del poder central.
Nadie puede darse esa arrogancia y tampoco negar que los movimientos sociales intentarán persuadirlo primero de que respete el mandato del referéndum, y posteriormente asuman actitudes de hecho. Bajo esta lógica de comportamiento el sangriento ex edecán del Dictador García Mesa, Manfred Reyes Villa tiene un plan de resistencia diseñado por el imperialismo norteamericano.
Y que no vengan los del CONALDE con la falsa postura de que respetan las decisiones de sus integrantes, al no insistir en que Reyes Villa acepte el resultado del Referéndum "bien calladito". Es claro que ellos también son parte de un plan de desestabilización y serán parte responsable de que campesinos, cocaleros y gente afín al gobierno se enfrenten a jóvenes paramilitares de Cochabamba y otras regiones preparadas anticipadamente para este fin.
Reiteramos, el Imperio quiere hacer de Cochabamba el foco central del conflicto para instrumentalizar la acción militar y de invasión a la fortaleza política del MAS: el Chaparé. El pretexto de la guerra contra el narcotráfico y el terrorismo no será más que eso: un pretexto construido con las élites reaccionarias para complotar contra el gobierno, y al mismo tiempo será la realización del sueño inconcluso norteamericano, impulsar la Guerra de Baja Intensidad en el trópico cochabambino con apoyo de paramilitares locales.
Pero acá no termina todo, el Imperio necesita presionar a la región desde el manejo de los recursos energéticos, principalmente a Brasil y Argentina países cuyas industrias y familias de algunas regiones dependen en cierta manera del gas que Bolivia les provee.
Todo se configura para ver como el imperio norteamericano aprovecha la crisis política boliviana para recuperar su hegemonía y su poder en América del Sur. Y aunque por ahora es una hipótesis, en dos meses valdrá la pena tener un seguimiento al curso de la ofensiva imperial en América Latina y dependerá de que tanto la población esté alerta y cada paso de la reacción y el imperialismo.
Finalmente, no por intereses económicos solamente, sino porque somos una misma familia latinoamericana (Venezuela y el Presidente Chávez vienen contrarrestando en embate imperial), Alan García no debía permitir la instalación de una base militar norteamericana en Ayacucho, y claro, en este mismo sentido de hermandad, será prudente que el pueblo cochabambino no salga a defender al necrófilo Reyes Villa en caso de que el veredicto final sea un NO a la continuidad de su mandato. La paz para bien de lo bolivianos la estamos construyendo con nuestra propias manos, y aun la podemos construir en lo ámbitos concertados de la legalidad y la constitucionalidad. Y jamás sublevándose al mandato del soberano y sometidos al imperialismo norteamericano.
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