Literatura épica

Literatura épica
Publicado por Julián Pérez Porto

Los hechos legendarios han sido el terreno propicio para el desarrollo de la literatura épica, un género donde el autor presenta las acciones en un tiempo y espacio determinados. Con un tono objetivo, el literato ofrece un relato que puede presentar elementos verídicos o de ficción en forma indistinta.

El escritor de literatura épica suele utilizar como forma de expresión la narración en tiempo pasado, aunque también puede combinar otros recursos como la descripción y el diálogo. Cabe destacar que, en ocasiones, la épica no se desarrolla por escrito, sino que se transmite oralmente.

Entre las características de la literatura épica, puede mencionarse que el narrador no está siempre presente en la obra (como en el género lírico), aunque tampoco desaparece por completo (como en el género dramático). La épica se desarrolla en prosa o en verso largo, y es normal que incluya divisiones internas como capítulos y epígrafes.

Pueden mencionarse distintos subgéneros dentro de la épica, como la epopeya, el cantar de gesta, el romance, el mito y la leyenda.

La epopeya, por ejemplo, es una narración extensa de acciones trascendentales que son importantes en la memoria colectiva de un pueblo y que tienen su epicentro en la figura de un héroe. Este protagonista encarna los valores y las virtudes compartidas por el pueblo.

La Iliada y la Odisea de los griegos, Gilgamesh de los sumerios y la Eneida de los romanos son algunas de las epopeyas más conocidas de la historia.

En la Edad Media europea, la epopeya derivó en el cantar de gesta, un relato épico con menor presencia de los elementos fantásticos o divinos. El Cantar de Mío Cid y el Beowulf son ejemplos de estas narraciones.

Con el avance de la modernidad, la literatura épica acentuó la tendencia de reflejar hazañas protagonizadas por personas comunes y corrientes, cuyos logros se limitaban a mejorar su posición social o a la mera supervivencia. El Quijote de Miguel de Cervantes es el texto clave donde se desacredita la base de la epopeya de la Edad Media y se da nacimiento a la novela moderna realista.