Barnasants: nuestro motor es la trova

Barnasants: nuestro motor es la trova

Estrella Díaz • La Habana
Fotos: Kaloian (La Jiribilla)

Cada año se celebra en España el Festival Internacional de la Canción de Barcelona, Barnasants, considerado uno de los más importantes en la promoción y difusión de la música de autor de habla hispana y,afortunadamente, la trova cubana ha estado presente en su última edición y, parece, esa concordancia tendrá una continuidad.

En el festival catalán se presentaron este año los trovadores Ariel Díaz, Rita del Prado y Lázara Ribadavia, esta última radicada hace un tiempo en Madrid, porque los organizadores del evento decidieron festejar los diez años del espacio A guitarra limpia, proyecto del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, de La Habana, que se ha dedicado en la última década a promocionar todas las tendencias y
generaciones de la trova.

Pere Camps, director del Festival, visitó recientemente la capital cubana, ocasión que aprovechamos para conversar, en exclusiva para esta publicación electrónica, sobre diversos temas.

"Las redes culturales son imprescindibles para conocernos y reconocernos. Este es un aspecto al que le damos mucha importancia y, por eso, poco a poco, hemos ido consolidando las relaciones entre el Festival de Barnasants y el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.

"Consideramos que es estratégico que cada año en Barcelona esté presente una representación de la trova joven cubana. El año que viene, en marzo, viajará a Barcelona un grupo de trovadores acompañando la presentación del DVD A guitarra limpia, en estos momentos en fase de preparación.

"La continuidad es una lógica necesaria en la acción cultural del Festival de Barnasants y, precisamente, es uno de los criterios que rigen su funcionamiento.

"Lo que pretendemos es consolidar acuerdos con la mayor cantidad de lugares del mundo que permitan ese intercambio sumamente necesario. Es lamentable que no contemos con el respaldo de los grandes medios de comunicación, eso dificulta que se conozca lo que hacemos."

Hace unos meses aquí, en La Habana, se realizó un gran homenaje a Luis Eduardo Aute y en ese sentido el Festival de Barnasants tuvo mucho que ver…

Lo que marcó la clausura del Festival de Barnasants en La Habana, más allá del homenaje a Eduardo, es que fue la primera vez que se ponía punto final en otro lugar.

Históricamente, Barnasants se ha desarrollado en Barcelona y otras ciudades de Cataluña, y el homenaje a Aute lo interpretamos como uno de los grandes puntos de referencia de la canción de autor o de la trova.

Otro elemento importante, además del aspecto artístico, es que en Cuba se le reconoció su intensa obra cinematográfica, poética y plástica. Aute es, sin discusión, un punto de referencia cultural.
Hay que decir y reconocer que el pueblo cubano se volcó, absolutamente, en ese homenaje y fue muy emocionante en todos los terrenos. Eduardo salió totalmente emocionado, igual que todos nosotros. El recibimiento que nos dieron y ese gran amor que pone el pueblo cubano en todos los actos, es algo conmovedor.

En Cuba la trova, lamentablemente, no se encuentra entre los géneros más privilegiados por los medios de comunicación. ¿Qué sucede en la península?, ¿cómo funciona la llamada canción de autor en los públicos españoles?

Si en Cuba, donde teóricamente tendría que haber mejores condiciones para un respaldo en la promoción no la hay, ¡imagínate! en los lugares donde el control neoliberal es total: las dificultades son mayores.
Hoy día no interesa la canción que hace pensar. Se tiene terror a que la gente reflexione por sí sola; entonces, si la canción ayuda, si la trova ayuda, si el texto de autor y de contenido contribuye a la reflexión, promueve la independencia, facilita que las cosas tengan una explicación, pues, sencillamente, no interesan.

Creo, de manera muy firme, que reflejar vivencias, compartir lo que piensas y anhelas, destapar los desamores, eso te hace más libre. El pensar te hace libre y es un estado de ánimo, no es un decreto. Los que controlan el poder y la burocracia son contrarios a cualquier tipo de revolución, a cualquier ejemplo de libertad. Es normal, dentro de su lógica, que se opongan a este tipo de canción.

Esa libertad de expresarse, de crear, de decir, ¿son algunos de los puntos esenciales que defienden los Festivales de Barnasants?

Barnasants defiende la libertad de creación. Es absoluta, pero preserva las canciones que muestran un pensamiento, reflexión, sentimientos; son lo que nos interesa porque hablan de los seres humanos, de nuestras pesadillas y sueños, de anhelos y desesperaciones. En otras palabras, se refieren a lo que nos interesa
y no a banalidades. En esa profundidad del pensamiento está la libertad.

Repito, la libertad es un estado de ánimo y no una ley, y el Festival preserva la independencia porque no se es libre si no se es independiente y no hay independencia y no hay libertad si no hay igualdad. Esos son los ejes fundamentales que forman parte del pensamiento humano y, en última instancia, las canciones de los
trovadores.

Este año celebramos el décimo aniversario de A guitarra limpia: una década defendiendo la misma canción que defiende Barnasants. ¿Cómo evalúas esa persistencia?

Me siento muy identificado con el Centro Pablo y con el activismo que tiene.

La acción cultural del Centro Pablo va mucho más allá de la promoción de la trova porque desarrolla otras aristas de la cultura y siempre con criterios de independencia que han sabido mantener.

Si viviera en La Habana, seguramente sería un colaborador cercano del Centro Pablo y contribuiría a impulsar todos sus proyectos. Al Centro Pablo lo siento muy cercano al Festival Barnasants, pero con la diferencia de que nosotros no somos una institución y, exclusivamente, nos dedicamos a celebrar un festival de trova.

No obstante, de manera colateral siempre aparece algún tipo de expresión como, por ejemplo, exposiciones, charlas, encuentros y conversatorios.
Nuestro motor es la trova. En Cuba tendría que haber más centros Pablo y en el mundo menos burócratas.