Simone y Zélia Duncan: amistad provechosa
Por Frank Padrón (Colaborador de Prensa Latina)
Si fuéramos a una rápida clasificación genérica, el álbum Amigo É Casa: Ao Vivo, latin pop y MPB (Música popular brasilera) fue grabado este mismo año en el teatro Ibirapuera en São Paulo, y registra el encuentro histórico de dos grandes intérpretes de la música brasileña: Simone y Zélia Duncan.
También lanzado en formato DVD (con varias piezas más), sus 18 temas son regrabaciones de canciones de ambas (a veces juntas, otras en solitario), además de relecturas de grandes éxitos escritos por diversos compositores.
Simone Betancourt de Oliveira no necesita presentación en Cuba: además de visitarnos varias veces a fines de los 70, lo hizo brevemente, de nuevo en 1993 para grabar con Pablo Milanés un clip sobre la canción Yolanda, todo un éxito en su voz en Brasil. Lo ha hecho también a través de los clips, la radio o los CD que se copian y pasan de mano en mano sus muchos admiradores.
No pocos sucesos han sido interpretaciones suyas también por acá, desde Começar de novo (Iván Lins/Vitor Martins) hasta É Festa (Lins/ Paulo César Pinheiro) ambos temas de telenovelas vistas en Cuba, el primero de ellos el central de la popularísima Malú; sin olvidar la pieza que identifica un filme de no menor impacto O que será (A flor da idade, de Chico Buarque, portada de Doña Flor y sus dos maridos, de Bruno Barreto). Otro gran momento en su estilo resultó Se fue, del compositor cubano Raúl Torres, que incluyera en uno de sus CD en español en el que el joven trovador le hizo la segunda.
De Zélia Duncan no conocíamos mucho. Se trata de una cultora del pop que, sin embargo, ha cantado samba, choro o algo que ha llamado, según reza en uno de sus álbumes, pre-post bossa-soul, con lo cual pone de manifiesto la variedad de géneros y ritmos -más allá de su país-, en que ha incursionado.
Su colaboración con Simone se inició cuando fue invitada especial del show Simone ao vivo en el año 2005, tras dedicarle la versión al portugués de un hit norteamericano procedente del cine, Entao me diz, utilizado para la telenovela Bellísima.
En ese mismo concierto, que el programa Bravo! pasará en dos partes durante este verano, Zelia y Simone cantan sendas piezas, una de las cuales es la formidable Idade do Ceu (La edad del cielo), de Jorge Dréxler (el músico uruguayo autor de la canción tema del filme Diarios de motocicleta, Oscar a la mejor canción original), y Paulino Moska, preciado compositor brasileño.
Espaciosa casa musical (subtítulo)
El CD Amigo é casa muestra a las dos cantantes en plenitud artística. La crítica local ha señalado que, sin bien revela las conocidas bondades musicales de Simone, es Duncan quien logra el protagonismo gracias al criterio orquestal y la calidad de los músicos acompañantes, aportados por ella. Sin embargo, la estructura del fonograma es balanceado, tanto en las piezas que hacen a dúo como en las que interpretan en solitario, sin que las peculiaridades estilísticas de las participantes choquen, sino más bien se complementen y engarcen a la perfección, como evidencian, por ejemplo, las piezas Grávida (Marina Lima/Arnaldo Antúnez), Maos Atadas (Simone Saback) o Petúnia Reseda, clásico de Gonzaginha que grabara Betancourt de Oliveira en los 80.
Otros momentos que las muestran juntas y notablemente empastadas son Gatas extraordinarias (Caetano Veloso), Agito e Uso (Angela Ro Ro), Meu ego (Roberto Carlos/Erasmo Carlos) y Tó voltando (Tapajós/ P.C Pinheiro), que cierra el concierto-CD y que fuera todo un himno en la voz de La Cigarra.
En cuanto a tendencias y poéticas musicales, también hay un eclecticismo orgánico, en el que se conjugan, sin excluirse, el comercialismo elegante de los Carlos, el lirismo filosófico de Luiz Tatit (en una "Compañheira" excepcional por parte de Zélia) o el desaliño ingenioso de Angela Ro Ro.
Lo cierto es que a lo largo y ancho del disco encontramos, haciendo honor al título, votos por la grandeza de la amistad, de la cual son símbolos estas dos intérpretes de generaciones y estéticas diversas unidas aquí en cálido abrazo artístico y humano. La paleta conceptual es amplia, y en ella figuran el amor, la naturaleza femenina que trasciende el parto natural ("Eu tó grávida (…) E vou parir/ Uma montanha, um cordao umbilical…), la propia canción ("Alguém cantando"), la amplitud y belleza existencial ("Kitnet") y muchos temas más.
Grato, por demás, escuchar -un tanto más incisiva en el registro grave de esa contralto plena de ternura que es Simone-, viejos éxitos suyos como Medo de amar no 2 (Sueli Costa/ Tite Lemos"), Encontros e despedidas (Milton Nascimento/ Fernando Brant), reciente tema de una telenovela en la voz de María Rita, pero lanzada originalmente por la propia Simone; o la conflictiva Vou ficar nu para chamar sua atençao, que tanto se demoró en aprobarle Roberto Carlos.
Zélia, por su parte, con un timbre menos matizado pero ideal para el pop, el rock y otros géneros que ha cultivado siempre, brilla además en Cuide-se bem o en Na próxima encarnaçao, que contiene una larga cita de "Cigarra" (el éxito indiscutido de Simone) en un estilo mucho más hard, original y auténtico.
Si algún reproche hay que hacerle al fonograma es de tipo técnico: no apreciamos la esperada limpieza en la grabación, las cantantes se escuchan como en segundo plano, se extravían algunos efectos instrumentales importantes, lo cual afecta la recepción de los arreglos y lo musical en general.
Bien se sabe que nunca discos en vivo se escuchan con la nitidez y la calidad sonora de los grabados en estudio, pero si comparamos éste con otros por ejemplo de la propia Simone (el excelente Brasil, O Show, de 1994, o el menor, pero sí muy nítido Feminino, de 2002) comprobaremos que éste no clasifica entre lo más acabado dentro de tan decisivo rubro.
Mención aparte merece el bien elaborado y sobrio blanco y negro (con varias letras en rojo) de la carátula e interiores para fotos y caracteres, que revelan un aceptado diseño.
Amigo é casa nos deja expectantes respecto a nuevas realizaciones de estas notables intérpretes cuya colaboración ha generado una convincente mixtura musical. Juntas de nuevo o cada una por su parte, sus próximas aventuras discográficas serán sin dudas buscadas por los muchos admiradores de la música brasilera, incluso fuera del gigante verde-amarillo. Lo confirma esta provechosa amistad de Simone y Duncan trasmutada en un hermoso disco.
lma/ag/fp PL-34
Otros momentos que las muestran juntas y notablemente empastadas son Gatas extraordinarias (Caetano Veloso), Agito e Uso (Angela Ro Ro), Meu ego (Roberto Carlos/Erasmo Carlos) y Tó voltando (Tapajós/ P.C Pinheiro), que cierra el concierto-CD y que fuera todo un himno en la voz de La Cigarra.
En cuanto a tendencias y poéticas musicales, también hay un eclecticismo orgánico, en el que se conjugan, sin excluirse, el comercialismo elegante de los Carlos, el lirismo filosófico de Luiz Tatit (en una "Compañheira" excepcional por parte de Zélia) o el desaliño ingenioso de Angela Ro Ro.
Lo cierto es que a lo largo y ancho del disco encontramos, haciendo honor al título, votos por la grandeza de la amistad, de la cual son símbolos estas dos intérpretes de generaciones y estéticas diversas unidas aquí en cálido abrazo artístico y humano. La paleta conceptual es amplia, y en ella figuran el amor, la naturaleza femenina que trasciende el parto natural ("Eu tó grávida (…) E vou parir/ Uma montanha, um cordao umbilical…), la propia canción ("Alguém cantando"), la amplitud y belleza existencial ("Kitnet") y muchos temas más.
Grato, por demás, escuchar -un tanto más incisiva en el registro grave de esa contralto plena de ternura que es Simone-, viejos éxitos suyos como Medo de amar no 2 (Sueli Costa/ Tite Lemos"), Encontros e despedidas (Milton Nascimento/ Fernando Brant), reciente tema de una telenovela en la voz de María Rita, pero lanzada originalmente por la propia Simone; o la conflictiva Vou ficar nu para chamar sua atençao, que tanto se demoró en aprobarle Roberto Carlos.
Zélia, por su parte, con un timbre menos matizado pero ideal para el pop, el rock y otros géneros que ha cultivado siempre, brilla además en Cuide-se bem o en Na próxima encarnaçao, que contiene una larga cita de "Cigarra" (el éxito indiscutido de Simone) en un estilo mucho más hard, original y auténtico.
Si algún reproche hay que hacerle al fonograma es de tipo técnico: no apreciamos la esperada limpieza en la grabación, las cantantes se escuchan como en segundo plano, se extravían algunos efectos instrumentales importantes, lo cual afecta la recepción de los arreglos y lo musical en general.
Bien se sabe que nunca discos en vivo se escuchan con la nitidez y la calidad sonora de los grabados en estudio, pero si comparamos éste con otros por ejemplo de la propia Simone (el excelente Brasil, O Show, de 1994, o el menor, pero sí muy nítido Feminino, de 2002) comprobaremos que éste no clasifica entre lo más acabado dentro de tan decisivo rubro.
Mención aparte merece el bien elaborado y sobrio blanco y negro (con varias letras en rojo) de la carátula e interiores para fotos y caracteres, que revelan un aceptado diseño.
Amigo é casa nos deja expectantes respecto a nuevas realizaciones de estas notables intérpretes cuya colaboración ha generado una convincente mixtura musical. Juntas de nuevo o cada una por su parte, sus próximas aventuras discográficas serán sin dudas buscadas por los muchos admiradores de la música brasilera, incluso fuera del gigante verde-amarillo. Lo confirma esta provechosa amistad de Simone y Duncan trasmutada en un hermoso disco.
lma/ag/fp PL-34
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