Carta abierta a Mercedes Sosa
Conocemos el anuncio de su próxima visita a Israel con motivo de ofrecer conciertos en distintas ciudades. Conocemos su trayectoria como mujer comprometida políticamente con la justicia social
Red Solidaria con Palestina (Comite Solidaridad Causa Arabe)
[27.07.2008 12:30]
A la atención de la Sra. Dña. Mercedes Sosa:
Estimada Sra.:
Conocemos el anuncio de su próxima visita a Israel con motivo de ofrecer conciertos en distintas ciudades.
Conocemos también los lazos familiares que la unen a personas que viven en territorio israelí.
Conocemos su trayectoria como mujer comprometida políticamente con la justicia social y la denuncia de las situaciones de violencia y desigualdad, que siempre perjudican a la población más vulnerable frente al abuso del poder.
No dudamos de que, por su parte, Vd. conozca la celebración que, en este año de 2008, Israel hace del 60 aniversario de su creación, en la que posiblemente se enmarquen sus próximos conciertos en ese territorio. Pero creemos que estas celebraciones no deben ocultar que también desde hace 60 años el pueblo palestino viene sufriendo los efectos de la violencia israelí a lo largo de estas seis décadas.
El desastre, el Nakba, que supuso para Palestina el año 1948 sigue hoy prolongándose en un proceso de limpieza étnica que pretende deshacerse de la población árabe. No le daremos detalles aquí acerca de la situación del pueblo palestino sometido a la brutal fuerza de Ocupación sobre el territorio de Cisjordania, o de los más de 5 millones de personas que viven actualmente en los campos de refugiados sin que se respete su derecho de retorno a la tierra de donde fueron expulsadas; ni siquiera le pedimos que piense en el más de millón y medio de personas que, aisladas del mundo, resisten en Gaza, la mayor cárcel del mundo al aire libre. Esto sería demasiado para una simple carta.
Le pedimos que, con su presencia en Israel, no respalde la política de apartheid que mantiene el gobierno contra la población árabe. Como Vd. bien sabrá, Israel se define como estado judío pero, al mismo tiempo, pretende mostrarse también como democrático. Basta un solo segundo para descubrir la incompatibilidad de ambas definiciones y su profunda incoherencia.
Israel, carente de Constitución y de derechos de ciudadanía para sus habitantes, a menos que sean de religión judía, impone a la población árabe leyes y restricciones basadas en el origen étnico. Históricamente no ha cumplido con ninguna de las resoluciones de la onU, ni las Convenciones de Ginebra, ni el dictamen del Tribunal Internacional de La Haya acerca del Muro del Apartheid que construye sobre tierras palestinas encerrando a sus aldeas y arrebatando las tierras de cultivo y los pozos de agua.
Es relativamente fácil plantear estas quejas desde el lado palestino porque hay razones más que suficientes para ello, ya que los responsables de la política internacional son incapaces de frenar esta situación de injusticia reconocida por la onU en innumerables ocasiones. Como Vd. muy bien supone, los compromisos económicos todo lo empañan. Y la industria de Hollywood contribuye a profundizar en el tópico de que los árabes son los terroristas, mientras el brutal terrorismo de estado marca su ritmo ante el silencio y la complicidad internacional. Y no justificamos ninguna muerte, porque todas nos duelen.
Pero también son las propias voces de personas judías las que se alzan, conscientes de la situación creada a lo largo de estos años, y piden a la comunidad internacional y a la población civil que actúe y denuncie la situación, como así lo hicieron las personas firmantes del artículo que le remitimos adjunto.
Desde la Asociación Mujeres por la Paz, integrada en la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina, le rogamos que reconsidere su presencia profesional en un Estado que viola sistemáticamente los Derechos Humanos y desprecia la Ley Internacional, basando su expansión en el sufrimiento de un pueblo que sigue sometido a la violencia de la política israelí.
Esperamos de Vd. una respuesta comprometida con el logro de una paz JUSTA porque silenciar responsabilidades supone convertirse en cómplice de la injusticia.
Reciba nuestro respetuoso saludo, 20 de julio de 2008
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