sábado, junio 28, 2008

La geografía (otra) de la trova cubana

La geografía (otra) de la trova cubana

Por Alfonso del Rosario Durán



Un joven cantautor holguinero con apellido de pila y nombre por demás poético, Rubén Darío Pérez, motivó que reflexionáramos sobre los aspectos geográficos que sostienen los preceptos actuales de la trova cubana. En Moa nos reuníamos bajo la sombra del encuentro nacional Trova Viva, y decía el bardo que no era ni de aquí ni de allá.

Precisamente, más allá de la desidia o el cuestionamiento, los participantes en la octava edición del encuentro trovadoresco coincidieron en que lo inefable de la actual canción comprometida cubana, como la ha dado en llamar Silvio Rodríguez, está dado por la dispersión (que no anarquía) con que encontramos por toda la Isla representantes dignos de tener en cuenta y que subrayan el concepto de que no existen tantos adjetivos posibles para lo que es una unidad en sí misma.

Entonces el evento Trova Viva ha asumido como lema Porque la trova es una sola, y de ese modo evita también aquello de "tradicional+nueva+novísima+novisísima." porque en la esencia de las pasiones de los cantautores y en sus desamores radica su armonía.

Por ello coincido con los argumentos esgrimidos por los organizadores del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, quienes se sumaron a los moenses en el encuentro de trovadores, en aras de aunar a quienes desarman las utopías y le cantan a la vida nuestra.

Ellos han propiciado que en los espacios Puntal Alto y A Guitarra Limpia se vayan sumando, incorporando, insertando, fusionándose, trovadores que van desde aquellos "fundadores" como podrían ser Augusto Blanca, Silvio Rodríguez, Sara González, Vicente Feliú; los "intermedios" Carlos Varela, Polito Ibáñez, Frank Delgado, Santiago Feliú; y "los últimos" Pavel Poveda, Fernando Bécquer, Samuel Águila.

Pero también han sabido demostrar que no existen tales segmentos, sino que también la mirada aglutinadora y totalizadora predomina por encima de las tan falsas generaciones y sus exclusiones. Si tan solo un hecho sirviera para ilustrar cómo se entremezclan nuestros cantautores bastaría con mencionar aquel memorable concierto homenaje que más de cuarenta trovadores cubanos brindaran a Silvio Rodríguez bajo el pretexto de A Guitarra Limpia en noviembre de 2006.

Pero también lo son las intensiones de los trovadores de hacerse acompañar de aquellos otros que han llegado más tarde, o antes quizás, pero que coinciden en poéticas y perspectivas.

Es por ello que Ireno García canta junto a Heidi Igualada, Erick Sánchez junto a Frank Delgado, y Samuel Águila se uniera a Ihosvany Bernal, y así tantos otros en los conciertos de A Guitarra Limpia.

En Moa lo constatamos con los trovadores que participaron en el Trova Viva. Allí Alito Abad se mezcló con Yaima Orozco y con Ormán Cala y con Michel Portela y con Oscar Eduardo Sánchez y con Fernando Cabreja y con Edelis Loyola y con Saidel Madrazo.

Los participantes excluyeron en todos los sentidos términos generacionales o estéticos: todos fueron más allá, en busca de la autenticidad del arte. Por lo que la verdadera fiesta que devino el encuentro celebrado en una de las ciudades más importantes de la economía cubana y más distantes en nuestros afectos, lo fue en la medida en que compartieran los moenses con Augusto Blanca y Corina Mestre con su proyecto A golpe de canción, y que desde Cruces, en Cienfuegos, hasta Banes, en Holguín, existieran representantes en la cita de Trova Viva.

Es por ello que considero un motivo de espléndida alegría el homenaje que los organizadores del Trova Viva brindaran al décimo aniversario del espacio A Guitarra Limpia, que el próximo noviembre festejará el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.

Allí, junto a los trovadores invitados, estaban Víctor Casaus y María Santucho para escuchar aquello de que veo la primavera que viene ya, de Oscar Sánchez; o al trío banense Sueños de Trova musicalizando poemas de Paco Mir; o a la gran apoteosis que constituyó la interpretación de Raspadura con ajonjolí, de Michel Portela y con todos los participantes allí.

Si una virtud tiene el movimiento trovadoresco en Cuba en estos momentos es que agrupa y vindica a los verdaderos expositores del género, no importan los adjetivos que alguien quiera acuñarles.

La sabiduría está, y los dejo en manos de Pedro Luís Ferrer en aquel encuentro en A Guitarra Limpia: "La intención de crear y hacer desde la guitarra, por lo visto, es una constante en nuestro quehacer musical nacional".

Radio Angulo Digital/Lunes 23/06/08

FUENTE:

http://www.radioangulo.cu/diario/2008/06-junio/230608/geografia.htm

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