RT – El poeta chileno Pablo Neruda, quien falleció el 23 de septiembre de 1973 de cáncer de próstata, según el certificado de defunción, fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet, afirma Manuel del Carmen Araya, chofer personal del Neruda durante sus últimos meses de vida.
Neruda era amigo y uno de los férreos partidarios del Gobierno de Salvador Allende. Según el relato que Araya diera en mayo pasado, “después del 11 de septiembre, el poeta iba a exiliarse a México junto a su esposa Matilde”. El plan era “derrocar al tirano desde el extranjero en menos de tres meses. Le iba a pedir ayuda al mundo para echar a Pinochet. Pero antes de que tomara avión, aprovechando que estaba ingresado en una clínica, le pusieron una inyección letal en el estomago”, añadió.
Tras estos testimonios el Partido Comunista de Chile, en el que militaba Neruda, entabló una querella para esclarecer las causas de su muerte. Demanda que fue acogida por la justicia al considerar “la existencia de elementos que permiten determinar que existen grados de veracidad en el relato de Araya”, por lo que se estudia la posibilidad de exhumar los restos del reconocido poeta para esclarecer el caso.
En una entrevista concedida al periódico español ‘El País’, Manuel Araya, secretario personal y hombre de confianza del escritor, afirmó que la tarde del 23 de septiembre recibió una llamada telefónica de Neruda, en el que le dijo que “se sentía muy mal, que mientras dormitaba, un médico (de la clínica Santa María de la capital chilena en la que se encontraba internado) había entrado a su habitación y le había puesto una inyección. Cuando llegué, lo encontré afiebrado, rojo, hinchado”, dijo.
Además, el chofer mencionó que, en ese instante, uno de los médicos se le acercó para pedirle que saliera de la clínica para comprar un fármaco necesario para el poeta, y que solo podía encontrarlo en la periferia de la ciudad. “Aunque me extrañó, seguí las instrucciones. Estaba en juego la vida de Neruda”, dijo. Pero en medio del camino, un grupo de hombres interceptaron el vehículo y lo sacaron a la fuerza, donde lo golpearon y le pegaron un tiro en la pierna, para luego ser llevado a uno de los centros de detención y tortura instalados por la dictadura.
Manuel se enteró del deceso del poeta varios días después, en prisión. “Durante todo este tiempo toqué mil puertas y nadie me quiso escuchar. Tras el retorno a la democracia, fui muchas veces al Partido Comunista de Chile. Pero nunca me hicieron caso. Lo único que quiero es que el mundo sepa que Neruda fue asesinado”, aseveró.
De acuerdo con el Partido Comunista Chileno, hicieron circular la versión de que el poeta estaba grave y que por motivos de seguridad, fue internado en la clínica el día 19 septiembre “para esperar en paz la salida hacia México, programada para el 22” de ese mismo mes. Sin embargo, por razones desconocidas el viaje fue aplazado para el día 24.
Antes de su muerte a Neruda se le diagnosticó un cáncer de próstata, pero no era de gravedad afirma Araya. “Pesaba cerca de 100 kilos. Recibía y visitaba a sus amigos intelectuales y políticos. Nunca dejó de escribir. Eso no hubiese sido posible estando grave”, dijo.
De hecho, el poeta terminó sus memorias ‘Confieso que he vivido’ el 14 de septiembre de 1973, nueve días antes de su muerte. “Escribo estas rápidas líneas de mis memorias a solo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende”, señaló Neruda en su último texto.
En julio pasado, la justicia chilena determinó que el ex presidente Salvador Allende se suicidó en el palacio de La Moneda. Mientras que en el caso Neruda, continúan las investigaciones para determinar si hay la necesidad de exhumar su cuerpo.
Tras estos testimonios el Partido Comunista de Chile, en el que militaba Neruda, entabló una querella para esclarecer las causas de su muerte. Demanda que fue acogida por la justicia al considerar “la existencia de elementos que permiten determinar que existen grados de veracidad en el relato de Araya”, por lo que se estudia la posibilidad de exhumar los restos del reconocido poeta para esclarecer el caso.
En una entrevista concedida al periódico español ‘El País’, Manuel Araya, secretario personal y hombre de confianza del escritor, afirmó que la tarde del 23 de septiembre recibió una llamada telefónica de Neruda, en el que le dijo que “se sentía muy mal, que mientras dormitaba, un médico (de la clínica Santa María de la capital chilena en la que se encontraba internado) había entrado a su habitación y le había puesto una inyección. Cuando llegué, lo encontré afiebrado, rojo, hinchado”, dijo.
Además, el chofer mencionó que, en ese instante, uno de los médicos se le acercó para pedirle que saliera de la clínica para comprar un fármaco necesario para el poeta, y que solo podía encontrarlo en la periferia de la ciudad. “Aunque me extrañó, seguí las instrucciones. Estaba en juego la vida de Neruda”, dijo. Pero en medio del camino, un grupo de hombres interceptaron el vehículo y lo sacaron a la fuerza, donde lo golpearon y le pegaron un tiro en la pierna, para luego ser llevado a uno de los centros de detención y tortura instalados por la dictadura.
Manuel se enteró del deceso del poeta varios días después, en prisión. “Durante todo este tiempo toqué mil puertas y nadie me quiso escuchar. Tras el retorno a la democracia, fui muchas veces al Partido Comunista de Chile. Pero nunca me hicieron caso. Lo único que quiero es que el mundo sepa que Neruda fue asesinado”, aseveró.
De acuerdo con el Partido Comunista Chileno, hicieron circular la versión de que el poeta estaba grave y que por motivos de seguridad, fue internado en la clínica el día 19 septiembre “para esperar en paz la salida hacia México, programada para el 22” de ese mismo mes. Sin embargo, por razones desconocidas el viaje fue aplazado para el día 24.
Antes de su muerte a Neruda se le diagnosticó un cáncer de próstata, pero no era de gravedad afirma Araya. “Pesaba cerca de 100 kilos. Recibía y visitaba a sus amigos intelectuales y políticos. Nunca dejó de escribir. Eso no hubiese sido posible estando grave”, dijo.
De hecho, el poeta terminó sus memorias ‘Confieso que he vivido’ el 14 de septiembre de 1973, nueve días antes de su muerte. “Escribo estas rápidas líneas de mis memorias a solo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende”, señaló Neruda en su último texto.
En julio pasado, la justicia chilena determinó que el ex presidente Salvador Allende se suicidó en el palacio de La Moneda. Mientras que en el caso Neruda, continúan las investigaciones para determinar si hay la necesidad de exhumar su cuerpo.
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