Quito,
2 ago (PL) Joseph Wagner, un exmilitar y escritor estadounidense,
expresó en una carta al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, sus
temores de que Julian Assange sea víctima como él de los desmanes del
gobierno de su país.
La misiva, de dos páginas, explica, según el diario El Telégrafo, cómo
funciona la justicia estadounidense, de acuerdo a los intereses del
poder, para poder ocultar la información.
Wagner, de 60 años,
relató en su escrito a Correa que la Armada de Estados Unidos lo
obligaba a torturar soldados vietnamitas durante el conflicto con ese
país asiático.
También testimonia el trato que recibiera él
mismo en la cárcel por rebelarse ante la orden de que practicara
vejaciones a los detenidos en ese conflicto bélico.
El también
autor del libro titulado Killing communist for Jesus señala sus temores
de que Assange sea atropellado al igual que el soldado que le enviara
los documentos difundidos por Wikileaks.
Esta semana la
investigadora venezolana-estadounidense Eva Golinger afirmó en Ecuador
que existe una persecución política contra el comunicador australiano y
respaldó una eventual acogida del pedido presentado por éste al país.
Sin duda alguna, Assange, por ser la cara visible de Wikileaks, está
enfrentando grandes amenazas y su vida corre mucho peligro, porque
intereses muy poderosos de Estados Unidos quieren hacer para que pague
lo que ha hecho, señaló la también escritora.
Afirmó que se ha
hecho un montaje, con los supuestos delitos sexuales en su contra en
Suecia, para que Assange llegue a Estados Unidos y poder enjuiciarlo y
castigarlo, para lo cual ya ha sido invocado Gran Jurado secreto.
Tienen toda la intención del mundo de castigarlo de la manera que se
pueda y en Estados Unidos existe la pena de muerte, por lo que una
solicitud de esta persona merece el otorgamiento de asilo, enfatizó
Golinger.
Estas declaraciones se producen en medio de la visita a
Ecuador de Christine Assange, madre del periodista australiano, quien
busca comprensión aquí del peligro que enfrenta su hijo.
Assange
permanece en la embajada ecuatoriana en Londres desde el pasado 19 de
junio, fecha en que presentó su pedido para ser acogido en este país
suramericano para evitar ser condenado incluso a la pena capital por el
delito de espionaje.
Un catedrático ecuatoriano sugirió, sin
embargo, que el gobierno debería concederle la condición de refugiado y
no la de asilado, con lo cual recibiría también protección del Alto
Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (Acnur, por sus
siglas en inglés).
En el caso extremo de que Londres niegue el
salvoconducto para que pueda salir del recinto, la Acnur podría
intervenir y unirse a la petición de ese documento al Reino Unido, y
facilitar su viaje a esta nación suramericana.
El canciller
Ricardo Patiño anunció que su gobierno informará su decisión respecto al
caso una vez concluidos los Juegos Olímpicos de Londres.
mgt/yp |
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