Manifiesta una gran urgencia comunicativa que tensa las canciones hasta casi la fractura, canciones (las nuevas) que se alejan del estereotipo.
JUAN JESÚS GARCÍA | Granada, 28/01/2012
FRAN FERNÁNDEZ y Fede Comín compartieron (muchas) ilusiones en el disco que hicieron juntos en el proyecto 'Abran paso', aunque la muralla (¡toc-toc!) no cediese y contra ella se estampó también gran parte de su inocencia y entusiasmo. Ambos han vuelto a pisar el mismo escenario de tantas noches, pero no juntos sino en noches sucesivas, y con otras compañías: Comín con su trío y Fran con el mítico cantautor sevillano Alfonso del Valle. Una lástima porque el humor y la finura de uno complementa perfectamente con la intensidad y la fuerza expresiva del otro.
En cualquier caso, ambos son dos grandes conocedores del oficio, del arte de la comunicación y la complicidad. Habilidades adquiridas con el entrenamiento continuo en el escenario de La Tertulia, con la amplificación más natural del mundo: ninguna, y a un metro de las primeras miradas. Nos son los únicos, porque bajo el fileteado porteño donde se lee la marca de la casa se han hecho algunas de las mejores artistas de Granada, como ambos.
Fran además eligió hace un par de años una dieta intensiva de líneas discontinuas y se trota continentes de arriba abajo con su guitarra, porque no hay plaza pequeña siempre que te escuchen. Se le nota mucho más tiroteado que cuando salió, inquietísimo en la preceptiva banqueta donde parece que le electrocutan porque lucha por salir de su envase de la canción de autor y ponerse por delante de un grupo entero, aunque sea invisible. Manifiesta una gran urgencia comunicativa que tensa las canciones hasta casi la fractura, canciones (las nuevas) que se alejan del estereotipo en forma (¡y afortunadamente también en fondo!), que encuentran apoyo a cualquier altura del mástil en su notable habilidad buscando la nota imposible, y hasta en el taping, algo insólito en la canción de autor. Son fruto "de la locura por sentir cosas nuevas", dice, y a juzgar por lo que cuenta en 'Vorágine' se le acumulan las experiencias que contar, que cantar o más bien que arrojar escenario abajo para uso y disfrute del oyente. Generación Tertulia, pero con "te" mayúscula.
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