Los dúos con Charly García, Cerati y Calle 13 no decepcionan en esta segunda entrega.
Por: Federico Monjeau
Imágenes de la grabación junto a Fito Páez, René de Calle 13, Gustavo Cerati, Daniela Mercury y Charly García, entre otros.
En el mundo de la música popular los dúos constituyen un género tardío, mezcla de despedida, homenaje y celebración de la amistad que generalmente convoca a las figuras más diversas, aunque en este caso los participantes están enhebrados no sólo por la admiración hacia Mercedes Sosa sino, lo que es más decisivo desde el punto de vista musical, por los arreglos y la dirección de Popi Spatocco.
Spatocco es un finísimo pianista, pero no siempre acierta en los arreglos orquestales; la cuerda se le suele ir un poco de las manos para asumir la forma de un revestimiento empalagoso, lo que en este disco se vuelve particularmente notorio en Zamba del cielo, ese hermoso eco de Zamba de mi esperanza que Mercedes Sosa entona con Liliana Herrero y el autor, Fito Páez, como también es notorio en las colaboraciones con Gustavo Cerati (Zona de promesas), con Charly García (Desarma y sangra) y con Lila Downs (Razón de vivir). Aunque conviene agregar que en la pieza de Cerati el arreglo explora ingeniosamente la zamba que late en el original, y que lo de Charly García es lo más conmovedor de todo el disco: su parte está grabada en el estudio "Los pájaros" de Luján, en medio de su recuperación en la quinta de su amigo Palito Ortega; Charly intercala los versos de Desarma y sangra con un lirismo insospechado, como una melodía rezada.
El género dúo proporciona a veces grandes choques, como en esta versión de Canción para un niño en la calle con la intervención de René Pérez, de Calle 13, dos mundos que no podrían ser más opuestos: el de Tejada Gómez, patético a más no poder; el de Calle 13 (que aquí asume la perspectiva misma del niño en la calle), de una irreverencia formidable. Destacan también Canción de las cantinas, de Valladares y Castilla, con el músico (y reconocido físico) tucumano Alberto Rojo, donde la cuerda no traiciona la parquedad de la baguala; Misionera, el chamamé a dúo con el gaúcho Luiz Carlos Borges; e Insensatez, la pieza de Jobim que Mercedes Sosa hace a dúo con Luis Salinas, quien no canta con la voz sino con una inspiradísima guitarra.
Completan el disco las colaboraciones con Marcela Morelo, Daniela Mercury, Gustavo Cordera, Franco de Vita, Rubén Rada, Coqui Sosa y Luciano Pereyra. El charlista musical Joaquín Sabina se suma a la lista con Violetas para Violeta, una demagógica reinterpretación de La carta, de Violeta Parra.
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