viernes, junio 12, 2009

La asamblea de los músicos



CORRIENTES MÚSICA VIVA

Otros se reúnen para "sacar ganancias", ellos para compartir el ritmo que nace del otro. Al calor del escenario del Corrientes Música Viva, Liliana Herrero y Lisandro Aristimuño, hablaron de que la música popular es la que apela a “la capacidad de combate dormida en la memoria de los pueblos” en contraste a “la del mercado” que “estadariza, rutiniza, y esclaviza el oído”. Además dijeron que los festivales, en realidad, deberían ser asambleas de músicos.

Aristimuño siempre está buscando discos y gente que pueda nutrirlo de nueva y buena música, porque sabe que crear no es más que juego, por ello se anima a todos los estilos, desde los que le influyeron durante la niñez hasta los que adquirió con nuevas tendencias. “Tuve la suerte de que en mi casa en Viedma, pude escuchar mucho folclore del norte y del sur, de Latinoamérica en conjunto. Y todo se mezcla a la hora de hacer canciones: la música de la PC, la que llevo adentro; cosas medio extrañas a las que no me gusta ponerle título”, señala. El cantautor rionegrino fue abordado por la prensa unos minutos detrás del escenario; la primera pregunta, siempre una tediosa de reportero televisivo, ¿cómo definís? Pero Aristimuño está “cansado de que la gente ponga título a todo” y dice que “la música no tiene títulos: pop, rock, electrónica, folclore, lo importante es que llegue al alma de la gente. Musicalmente no sé si tengo un estilo preciso”.

Es que para este joven las verdaderas definiciones pasan por otro lado. “Si tuviera que definirme lo haría como un artista independiente que autogestiona sus conciertos y que saca sus discos por un sello independiente porque cree que las multinacionales y los sellos discográficos no son viables. Soy un músico independiente que no transa con las cadenas a las que no les importa si están vendiendo una lata de coca cola o a un músico”, dijo. Y sabe que con eso hace ruido. “Esta forma de pensar, este movimiento está teniendo mucha fuerza”.

Pero además cree que en realidad el nivel de creación musical en la Argentina de hoy está subestimado por el discurso público. “A veces creemos que todo pasa por Buenos Aires, pero ese es un grave error. Vengo de Rio Negro y en el interior hay muchos artistas me han recibido. Y eso es muy valioso. A veces salir a tocar sólo está en la entrega, yo amo lo que hago. El gran problema de los músicos a veces es el ego y decir a ese lugar no voy, y bueno… yo hago lo contrario: voy a todos lados”.

Luego sale Liliana, y habla con los periodistas mientras una pequeña muchedumbre se reúne a su alrededor. “Estoy feliz de estar en Corrientes, he venido mucho a Resistencia pero poco a esta ciudad. Hoy voy a hacer muchos temas, algunos de mi último disco, otros de otros lados. Liliana siempre cambia la lista de temas para no aburrirme tocando porque, “cuando eso sucede, la música se convierte en algo muy rutinario y se pierde esa capacidad maravillosa de pensar en el país… una de mis preocupaciones más fuertes”.

Para esta artista de Entre Ríos, que supo incluir a su repertorio una canción del poeta Aledo Luis Meloni y del músico Coqui Ortíz, “la alianza musical entre los medios y el mercado es una alianza que estandariza el oído, que lo rutiniza, que está libre de todo pedido de innovación y de sorpresa cultural y musical”. Liliana no recorre ese camino, “yo ando por otro que recorre Lisandro Aristimuño, Coqui Ortiz, donde también esta Teresa [Parodi] aunque ella también está en el mercado, pero sus últimas composiciones fueron bellísimas. Mi camino nada tiene que ver con los preceptos que a veces plantea el mercado”.

“Todo Estado tiene que hacerse cargo de la música, del arte de los pueblos, pero también creo que en un sentido o el otro en todos los países son injustos con sus artistas, así que yo preferí no quejarme más y solo hacer, hacer, hacer y hacer: hacer discos y lograr que esa persona que salió de un concierto mío diga “ese tema lo aprendí en la secundaria y recién ahora lo escucho por primera vez”. Esas ganas ciertas de que alguien se va del concierto”.

Pero para Liliana no sólo eso es importante, sino también diferenciar entre lo que es popular y de lo que es masivo en términos de mercado. “Mercedes Sosa es popular pero no masiva. Para mí la música popular es la que, no directamente porque no es panfleto, para eso está al alta poesía, se sitúa en su territorio y rememora con algún canto o gestos o en la elección del repertorio a la memoria de combate dormida en que tiene todo país. Lo demás es estandarización un poco vacía y hueca que a mí no me trae ni me interesa. Como si yo estuviera mirando todo el día Tinelli”, ironiza. “No podría hacerlo”.

Liliana se encuentra promocionando su último disco que sacó en abril de 2006, un disco bello que “todavía le gusta”. “Hay un sin número de invitados, es que yo soy de las partidarias de la asamblea de los músicos, que nos veamos y que nos escuchemos. Un festival también es eso. Hay que venir a escuchar al otro. No en el momento en el que voy a estar. Un festival es venir y escuchar a los otros”. ¿En qué cree que ayuda internet a derribar las barreras del mercado?, le preguntó Momarandu.com. “Internet democratiza cierto horizonte de la música. Es indetenible, lo que obliga nuevas formas de pensar la música, lo que no me parece mal, pero que quede claro, Internet no va a sustituir jamás a un concierto de nuestro tiempo o a un disco en cuanto a objeto cultural. Pero bueno, celebremos que es un golpe duro a la industria monopólica.

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