Parece que EEUU desea exportar la fiesta de Halloween a toda costa. Para ello, el ejército norteamericano lanzó una serie de misiles al noroeste de Pakistán en la víspera de esta macabra fiesta, asesinando a 28 civiles en Mir Ali, sin contar los 21 muertos del misil enviado el día anterior a Waziristan. Los misiles han llevado el horror sin duda a la puerta de muchos hogares. ¿Truco o trato?
En muchos países el disfraz que causa terror cuando tocan a la puerta no es de vampiro ni el de bruja, si no de marine de las fuerzas especiales.
¿Se puede asesinar a 37 civiles impunemente sin la intervención de ningún tipo de justicia? Sí.
No sería la primera vez y no será la última. Pero lo peor, el verdadero horror no es la muerte o la destrucción si no la indiferencia con el "mundo libre" blanco y occidental se toma estas noticias. Si un misil árabe asesinara a 37 franceses, o a 37 noruegos, italianos o Norteamericanos…
Nos aterroriza pensar que a nuestra puerta pueda tocar Bin Laden; la máscara más vendida, más buscada, pero una máscara. Quizá la que usa el verdadero terrorista para cubrir su verdadero rostro para quedarse con nuestros caramelos.
EEUU justifica la matanza porque según ellos, tenían que eliminar a un líder de Al Qaeda llamado Abu Kasha, aunque su muerte, así como la de los demás ocupantes de la casa bombardeada no puede certificarse debido a que la explosión prácticamente ha incinerado todo rastro, incluido el de una posible equivocación. ¿Es justificable la muerte de 36 personas, mujeres y niños, para acabar con un terrorista?
Y éste Halloween interminable en que se ha convertido nuestro mundo continúa, aterrorizando a la banca internacional con la máscara de la crisis. "Truco o trato" y los bancos aceptan el trato, aún sabiendo que es un truco.
Parece que Bush, cansado de pasearse con la bolsa de caramelos de puerta en puerta, ha preferido llamarlos a todos a su casa, a EEUU, para que se los traigan y rubriquen en una cumbre surrealista llamada de los G-20, que el capitalismo pase lo que pase seguirá rigiendo el mundo.
Los 20 presidentes acuden a la cita como borregos, sintiéndose los lobos de la nueva economía. Se reunirán en esta nueva tabla redonda para discutir sobre el futuro de… ¿la economía? ¿del capitalismo? No saben si otro mundo es posible, porque se trata de ver qué podemos salvar del que tenemos.
¿Ha salido algo positivo, alguna solución palpable, una solución de alguna de estas cumbres borrascosas? No. Papel mojado y comilonas. Espléndidos banquetes para hablar del hambre y la pobreza. Escaparate de grandilocuencias absurdas y egos descomunales.
Si esta cumbre es tan importante todos los habitantes del planeta deberíamos ser invitados. Deberían retransmitirla via satelite en directo para que todos sepamos qué se está discutiendo, qué medidas se están tomando. ¿Acaso las olimpiadas o el fútbol es más importante? Será a nadie le interesa.
Esta crisis financiera que va y viene, que un día nos grita desesperada que ha llegado el fin, y a la mañana siguiente que todo está bajo control, que solo ha servido para que los gobiernos se adueñen de los bancos, puede ser solo una estrategia. Con el fantasma del terror cayeron las libertades civiles y se dominó al ciudadano medio. El terror como excusa máxima al totalitarismo encubierto.
Ahora la crisis es el siguiente fantasma, el otro jinete de este Apocalipsis mediático, que justificará cualquier medida económica a implantar en Europa en un futuro próximo, justificar las jornadas de 65 horas semanales o despedir a miles de empleados de empresas que no deberían ser despedidos.
Se justifica que los bancos queden en manos de los gobiernos, comprados con dinero de los ciudadanos, dinero público que se usa para "salvar" a bancos privados que luego prestaran ese dinero a esos mismos ciudadanos con intereses aun mayores… ¿obscenidad o locura?
Halloween, todo esto parece una gran fiesta de Halloween, donde todos llevan un disfraz, una máscara y una bolsa para pedir de puerta en puerta nuestro dinero, nuestras libertades… Un desfile de horrores que parecen juego de niños.
Y mientras vemos el mundo a través de una televisión manipulada, afuera, lejos, permitimos que se asesine a inocentes en aras de nuestra tranquilidad. El horror sin límites, totalmente adaptado a nuestra vida cotidiana.
¿Truco o trato?
Pablo Jato
Wordl Image Press
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