Mientras escucho a Noel Nicola
Emir García Meralla • La Habana
La discografía cubana ha hecho de los recopilatorios uno de sus grandes ganchos creativos y comerciales en los últimos tiempos. La mayoría de estos recopilatorios abarcan la obra de aquellos que alguna vez llenaron espacio y tiempo dentro del gusto popular. Hacer un disco recopilatorio de quien está vivo puede ser presagio de una "muerte próxima después", según la visión popular; o es una forma de suplir el olvido voluntario o no, a que nos hemos acostumbrado con el paso de los años, de ciertas figuras de nuestra música.
Recopilar tiene la particularidad de poder ajustar lo que será escuchado, influidos por el gusto personal del compilador; el que no siempre es errado; económicamente los recopilatorios son, por momentos, una menor carga para los productores; mas tengamos claro que hay recopilatorios y recopilatorios.
Ahora que el Premio y la Feria Cubadisco se acercan por obra y gracia de la suerte y las nuevas tecnologías llega a mis manos el disco Noel Nicola: 37 canciones. Digo por obra y gracia de la suerte dado el hecho de que el fonograma en cuestión no se encuentra en la red comercial cubana aún; involucro a las nuevas tecnologías en mi goce estético, pues me sumo al carro de la piratería, en grado menor. Para obtener tal fonograma, —nadie se ha de escandalizar— un amigo de un amigo hizo una copia para que yo lo escuchara; aún así que me declaro inocente del delito de piratería al compartir estas líneas.
La producción general, musical y la compilación de Noel Nicola: 37 canciones, corre a cuenta del Sello Ojalá y del la Factoría de Autor, división de la SGAE; y en los créditos supongo que estarán muchos nombres involucrados, todos de amigos, lo que nos hará larga la relación, pues mi copia solo trae los títulos de las canciones. Este es en poco más de cinco años el segundo disco de la música de este compositor e intérprete cubano del que se tenga noticia; pero Noel estuvo al menos 20 años sin entrar a un estudio de grabación para registrar sus canciones, a pesar de que "Pasión y Prejuicios", en la voz de Miriam Ramos y "El son oscuro", interpretado por Sara González fueron hit en el gusto popular y ayudaron a que la memoria colectiva fluyera en su bien.
Son 37 canciones de Noel Nicola quien a diferencia de muchos músicos, compositores e intérpretes nunca fue popular, al menos en la gran acepción de la palabra. En los años 80, cuando ocurrió el cenit de la Nueva Trova (NT) rara vez se convocaba a un concierto de este compositor; ello redundó en el hecho de que muchos llegaran a considerar que la NT eran Pablo y Silvio; y ese pensar se ha extendido por el mundo de los seguidores de esta forma de hacer canciones.
EN MP3
37 canciones de Noel Nicola
1.Nana para despertar a una muchacha - Luis Eduardo Aute 2.58
2.Intensidad y altura - Leo Brower y Silvio Rodríguez 3.12
3.Sobre el dato falso - Sexto sentido 5.21
4.Tema del miedo - Pablo Milanés 1.36
(p) Ojalá. SGAE, 2007
Desde el primer tema de …37 canciones se nota la voluntad de entregarnos a Noel Nicola en toda su dimensión musical y humana; una dimensión que contrasta con la imagen discreta de la misma figura del trovador/músico que algunos recuerdan; y es que Nicola no era hombre de grandes poses ni de apariciones estrepitosas, todo lo contrario; su proverbial modestia lo hacía dejar lugar a sus colegas y a disfrutar como suyos sus éxitos.
Son 37 canciones, cada una es una crónica urbana hecha por un hombre que vivió su tiempo y espacio, hasta que un buen día se nos refugió en el anonimato creativo y he llegado a pensar que, además de la cuota de voluntad propia, ese anonimato fue impulsado y/o consecuencia de haber asumido otros deberes. Noel fue durante años el "coordinador" del Movimiento de la Nueva Trova, hasta que de coordinador pasó a presidente; durante este tiempo sus esfuerzos fueron en pos de articular un movimiento que lo habría de trascender y a la vez lo excluiría, y lo más triste de esa exclusión es que se ha convertido en un dogma insuperable: cruzando los mares, la Nueva Trova cubana son Pablo Milanés y Silvio Rodríguez; contra esa definición y fenómeno de masas es doloroso luchar; tal vez sea esta la causa que motiva a los productores del disco a intentar romper una barrera creada y alimentada por el mito.
El sello Ojalá y la Factoría de Autor apuestan por la diversidad estilística y genérica para presentarnos a un Noel Nicola distinto al que habíamos conocido. Después de escuchar este disco reencontramos a Noel Nicola como parte de una diversidad sonora, imbricado en ella de modo deslumbrante; intentando abrir un espacio en el parnaso popular de estos tiempos en que tanta mala canción se hace, se radia y se imprime en discos.
Esta compilación de canciones de Noel Nicola, en la que aparecen los otros tres participantes del proceso de modificación de la canción cubana en los 60 —me refiero a Juan Formell, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez—; permite asimilar hasta qué punto todos los géneros de la música cubana están interconectados y a la vez son independientes; y cómo ese decir trovadoresco no nos ha abandonado y cabe en ellos.
Noel Nicola es un hombre realista, sus canciones reflejan lo atinada de su visión sobre sí mismo, sobre el mundo que le rodea y sobre sus amores, tan comprometidos y contradictorios; al llamar a las cosas por su nombre rompe con parte del tabú creativo que ha definido a parte de la Nueva Trova y a las generaciones posteriores. Las imágenes de Noel Nicola se nos fijan en la memoria porque nos están pasando, su lenguaje es el del hombre de a pie. Tal vez por eso hoy en Cuba amemos más a Joaquín Sabina que a Noel Nicola y no es que el madrileño sea impuesto, he aprendido a amarlos a los dos con los desfases del tiempo y, como siempre ocurre, a este Noel Nicola lo descubro hoy cuando ya no está.
La crónica urbana es una forma de hacer la canción que debe mucho a los movimientos sociales y musicales de los años 60; pero esta forma de hacer la música, de contar historias cotidianas con buen gusto también cruzo a otras formas de hacer música propias del continente nuestro y el ejemplo notable de ello son Rubén Blades y Juan Formell; el primero desde la realidad americana, el segundo desde la óptica de nuestra cotidianidad. Por ello, la versión de "Se fue a bolina", bien pudiera ser un hit bailable y es una crónica tan trascendente como "Maestra Vida", del panameño; o que una canción como "¡Ay, no sabes!" motive a una adolescente a repensar sus amores y por qué no a reinventarse la vida y la adolescencia a todos los que no le habíamos conocido tales canciones. Estos son de los tantos temas, de esos 37 restantes que es obligado escuchar si se quiere reinventar la Nueva Trova desde la perspectiva de Noel Nicola.
Noel Nicola se nos murió cierta tarde de este comienzo de siglo y milenio, aún era un hombre joven y creativo según recuerdan sus amigos y allegados; Noel fue, de alguna manera, el vocero de su propia muerte física, tal vez para burlarse finamente del proceder humano de estar prestos a dar el golpe final, de anticipar la noticia sorprendente, tal y como alguna vez hiciera Villena en su "Canción del sainete póstumo".
Vuelvo a escuchar 37 canciones de Noel Nicola; está lo mejor del talento musical cubano de hoy, nadie quiso quedar fuera, y los excluidos, los ausentes, los que no cupieron, se estarán preparando para una segunda entrega que nadie sabe cuándo llegará. El disco no estará de moda, no generará ventas millonarias ni entrará en las listas de éxitos; es más, pienso que nunca oiré alguno de esos temas en la radio, en uno de esos programas que más audiencia convoca.
Noel Nicola sigue siendo hombre de pocos espacios, de sus amigos y como los padres fundadores de la trova, aquellos a los que de alguna manera siempre veneró; no le importan las loas. Noel nos debía estas canciones, estas primeras 37, las otras… las otras llegaran cuando él deje de ser el objeto de una compilación y alguien decida cantarlo, hacerlo propio, y amarlo… y amarlo…
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