Deseos de escuálido
Roberto Malaver - www.aporrea.org 21/12/07
E l hombre, después de leer la prensa, se dirige a la mesa de comedor donde la célula fundamental de la sociedad -o sea, la familia- lo espera ansiosa. Se planta ante la mesa y comienza a decir: "Querida esposa.
Queridos hijos.
Estimada suegra.
Pueblo en general.
Antes de degustar este plato que nos hemos ganado con nuestro trabajo, quiero dejar claros mis deseos.
Deseo que baje el precio del petróleo. Para que vuelva la miseria y para que seamos nosotros una de las pocas familias que pueda darse ciertos lujos. Deseo que se acabe la educación gratuita. Que no sigan estudiando esa cuerda de pobres que antes nos servían en la casa y que ahora pretenden codearse con nosotros.
Deseo que se acaben de una buena vez esos Centros de Diagnóstico y la Misión Barrio Adentro que están salvando la vida de esos marginales que antes se morían en todo el país porque no tenían con qué pagar un médico, y que ahora se están salvando para seguir estorbando los buenos proyectos que nosotros hemos tenido.
Deseo y espero que no se sigan dando concesiones a radios comunitarias y a televisoras regionales, porque eso empobrece la comunicación. Una cuerda de marginales que no estudiaron nunca, ahora están por todas partes escribiendo y saliendo en radio y televisión y dando opiniones.
Deseo que las tierras sigan siendo nuestras, así como estaban, sin producción, sin ganado. Únicamente con el rancho donde invitar a los amigos. Deseo que no se acaben las roscas para que subamos los precios y podamos seguir ganando más del cien por ciento. Deseo que se acaben las escuelas y liceos bolivarianos para que los que puedan estudiar sean únicamente los de nuestra clase. Que no haya más universidades sino las pocas donde puedan ir nuestros hijos y los hijos de nuestros amigos.
En fin, deseo que se acabe de una vez este gobierno excluyente, que está metiendo a los pobres en todas partes y se está olvidando de que nosotros fuimos criados y educados para gobernar este país.
Procedamos a comer en paz, y esperemos que la chusma no nos invada los apartamentos en la playa ni la finca ni la casa de campo. Disfrutemos hoy este manjar, antes que los -pata en el suelo aprendan a comer y comiencen a acaparar el caviar y el buen vino".
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