Novedad editorial
La flamante biografía Jorge Rojas, cantautor. En nombre del amor, escrita por el periodista Luis Digiano, recorre una ajetreada línea de tiempo que vincula desde la humilde infancia del músico en una desolada comarca salteña hasta la actual carrera solista tras el exitoso paso por el grupo Los Nocheros, que integró durante doce.
28/02/2012 AGENCIAS
Télam - Conocedor del entorno de Jorge Rojas desde hace más de una década, Digiano reconstruye con minucia los hitos que ayudaron a moldear la carrera y la personalidad del autor de temas como Cuando me dices que no y Marca borrada: el amor por la música, la influencia paterna y su educación en una escuela del Chaco Salteño, donde llegó a compartir las clases junto a aborígenes de cinco etnias diferentes.
"Creo que hay dos artistas que dentro del folklore marcan hoy la diferencia a partir de su talento y su apertura a nuevas formas. Uno es Jorge Rojas y el otro es Abel Pintos —señala el autor a Télam—. Estos dos cantautores han demostrado que pueden aportan mucho al género: Abel está más próximo al rock, pero ambos comparten la audacia a la hora de investigar y animarse con otros ritmos”.
“Con Jorge somos amigos desde hace muchos años y además trabajé con él en producción y prensa. Me parece que tiene una vida interesante para contar en un libro, no sólo por su labor artística sino también por su historia y la manera en que no olvida su pasado, a partir de un trabajo solidario constante con los poblados cercanos a Tartagal”, indica Digiano.
Gran parte de la biografía, publicada por el sello Corregidor, se concentra en el surgimiento y apogeo de Los Nocheros —que Rojas integró desde 1993 a 2005—, una agrupación que contribuyó a la renovación del folklore tradicional a partir de un aggiornamiento estético y de la incorporación de nuevas formas de expresión en términos de lenguaje.
“’Los Nocheros` marcaron un hito en la historia del folklore, aunque los cultores más conservadores del género los resistieron porque en este género todo aquel que intenta introducir variantes no es bien recibido. Algunos los han criticado por incorporar una veta entre melosa y erótica al folklore, pero su aporte a esta música es indiscutible", explica Digiano.
"Jorge ha continuado por esa línea pero además le ha adicionado a sus presentaciones un concepto de espectáculo inédito para el género —indica—. En sus shows hay un despliegue escénico con más de 30 personas en escena, pantalla, escenografía y un sistema de luces impresionante. Lo más importante igual es que no ha perdido su esencia ni olvida sus orígenes".
El periodista, autor también de las obras El folklore y sus protagonistas, Nocheros, el folklore de hoy y Cosquín vuelve a cantar, sostiene que los grupos y autores surgidos durante la década del 90 fueron cruciales para devolverle al género la convocatoria masiva y a su vez para ampliar la composición de su público.
"Después de la explosión de los 60 y 70, el folklore tuvo su gran época de oro, pero a partir de los 80 entró en una meseta y todo empezó a sonar igual. A partir de los 90, Los Nocheros fueron uno de los grupos que contribuyeron a la renovación del género. Lo hicieron a partir de la incorporación de algunos giros típicos de la balada, algo que por otra parte no es novedoso porque ya había utilizado por Los Cantores del Alba allá por los 60", analiza.
"La renovación de Los Nocheros pasó también por su cambio de estética, por haber impreso un toque juvenil: se sacaron los trajes de gaucho y los reemplazaron por camisas floreadas, jeans y zapatillas —asegura Digiano—. Dentro de esa corriente renovadora se enrolan también Alonsitos desde Corrientes, Los Tekis desde Jujuy, y Cuti y Roberto Carabajal, que por ejemplo incorporaron el saxo a la chacarera", acota.
“Esta corriente contribuyó a sacar al folklore del letargo en el que estuvo durante los 80. Actualmente, el género atraviesa por un ‘problema’ de otro orden, que tiene que ver con que hoy muchos grupos o solistas quieren sonar como Los Nocheros, Jorge Rojas o como Soledad”, explica Digiano.
Según el autor, de alguna manera se generó otra meseta. “Por eso la crítica especializada valora hoy a artistas de perfil bajo como Raly Barrionuevo, Liliana Herrero, Raúl Carnota o Franco Luciani, pero lo cierto que los más convocantes en los festivales del país siguen siendo Jorge Rojas, el ‘Chaqueño’ Palavecino, Los Nocheros y un poco por debajo, Soledad”.
Tanto el cancionero de Los Nocheros como el de Rojas en su etapa solista —que tuvo su gran consagración en 2006 y lleva editados cinco discos— están atravesados por la influencia de la canción melódica, que aportó una retórica más explícita y sentó las bases para la llamada “chacarera erótica”.
“Si hablamos del folklore tradicional, las letras solían aludir al acto sexual entre el hombre y la mujer de una manera muy velada y metafórica. Por eso no cuesta imaginar el revuelo que arma un grupo como los Nocheros cuando canta ‘Quiero comerte el corazón a besos’, o ‘ahora te sueltas el pelo y así descalza caminas’ o ‘quiero morder el anzuelo porque quiero lo que tu imaginas’”, apunta.
“Eso marca un quiebre en la poesía habitual del género, aunque también hay que marcar la diferencia entre un letrista y un poeta: hoy por hoy no se ha llegado a la dimensión poética de lo que fue (Hamlet) Lima Quintana, (Armando) Tejada Gómez o Manuel Castilla. Hay muchos letristas pero faltan esos poetas que marcaron un tiempo”, acota.
¿Cómo se perfila la carrera de Rojas para los próximos años? “Jorge va disco a disco. El de hecho se toma mucho tiempo entre un trabajo y otro. Ahora va a salir uno nuevo que se llama Uno mismo. Ahí se van a ver algunos cambios, entre ellos una nueva formación. Hay dos temas de Abel Pintos, de Néstor González y, por supuesto, de su propia autoría. Y creo que a lo que va a apuntar este año es a salir más al exterior”, concluye Digiano.
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