Se los canta en tono de relectura o de homenaje, se los canta para llegar a más gente a través de la fuerza que tiene la música. Versos se hacen melodías desde una guitarra y una voz; así llegan a otra dimensión. Son los poemas que se han hecho canción. Para hablar de ellos se intentará condensar todo un inventario.
Ahora salta el nombre de Joan Manuel Serrat, quien se presenta esta noche en Quito dentro de su gira ‘Hijo de la luz y de la sombra’, nombre del extenso poema de Miguel Hernández. Ya antes hizo otro disco con los versos del poeta pastor –soldado– amante... En la voz del catalán también han sonado las palabras de otros españoles, Antonio Machado (Cantares, Las moscas, La saeta, entre las más conocidas) y Rafael Alberti (Se equivocó la paloma).
Además, Serrat ha versionado los textos del uruguayo Mario Benedetti, quien en 1988 publicó una compilación de poemas adaptados a la música bajo el título de ‘Canciones del más acá’.
Entre las adaptaciones a sonidos más actuales están los conseguidos por bandas españolas. Extremoduro y Platero y Tú, con los poemas de Manolo Chinato, armaron el proyecto Extrechinato y Tú. Mientras que el tono épico de la banda de heavy metal, Tierra Santa, retomó pasajes de ‘El Cid’ y dio música al poema insigne de José de Espronceda, Canción del pirata. Asimismo en clave de rock, Marea versionó el Romance de la Guardia Civil española, de Federico García Lorca, en una canción llamada Ciudad de los Gitanos.
Como ese texto, otros de García Lorca alcanzaron popularidad dentro de la música; lo demuestran las adaptaciones del Pequeño vals vienés, del canadiense Leonard Cohen, y de Gacela de la muerte oscura, de Joan Baez. Además, el poeta estrechó las relaciones entre ambos géneros con su ‘Poema del cante jondo’, y con él, el flamenco ingresó al mundo de las letras, para que luego la música hiciera el camino en reversa, pues los textos de García Lorca han sido cantados por Manzanita, Camarón de la Isla y Enrique Morente. En las gargantas de los dos últimos también los poemas de Hernández hallaron proyección.
Latinoamérica, además de con Benedetti, suena con los versos de Pablo Neruda, Nicolás Guillén (De qué callada manera), José Martí (Guantanamera) y, la recientemente fallecida, María Elena Walsh (La cigarra).
En decenas de ritmos y estilos, los poemas de Neruda llegaron a la música por sus compatriotas Violeta Parra y Víctor Jara, o el argentino Víctor Heredia; mientras que Los Jaivas le dieron un sonido de rock a ‘Alturas del Machu Picchu’, del ‘Canto general’.
Asimismo, la trova y el folclor hispanoamericano han puesto en escena a una tropa de cantautores e interpretes que adaptaron poesías a la música popular. Entre ellos, Nacha Guevara, Alejandro Filio, Eugenia León, Silvio Rodríguez o Amaury Gutiérrez. De España, algunos son Paco Ibáñez, Pedro Guerra, Víctor Manuel y Ana Belén.
En el caso ecuatoriano, son notables los textos de los poetas modernistas que se llevaron al pasillo. De Medardo Ángel Silva, el más interpretado es ‘El alma en los labios’; y de José María Egas, ‘Invernal’. También se podría mencionar el legendario poema ‘Vasija de barro’, escrito en una noche de bohemia por los poetas Carrera Andrade, Hugo Alemán y Jorge Enrique Adoum, junto a otros artistas.
Por su parte, la canción francesa ha sido prolífica en cuanto a las adaptaciones de poesías, no solo de aquellas que comparten el lenguaje coloquial y cercano al público como en los textos de Boris Vian y Jacques Prévert (la desoladora versión de Marlene Dietrich, sobre Déjeuner du matin o las cantadas por Yves Montand), sino de las de sus vanguardistas, como Charles Baudelaire, Guillaume Apollinaire, Paul Verlaine o Arthur Rimbaud, en las voces de Leo Ferré, Charles Trenet o Marc Lavoine.
En cuanto a los interpretes actuales, los 12 temas del segundo disco de Carla Bruni, ‘No promises’, están basados en poemas de los anglosajones W. B. Yeats, W. H. Auden, Dorothy Parker, Walter de la Mare, Emily Dickinson y Christina Rossetti.
La poesía en habla inglesa tiene a Edgar Allan Poe como el autor más musicalizado. Entre las discografía con textos de Poe está el álbum ‘Tales of Mystery and Imagination’, de Alan Parson’s Project, con textos como ‘The Raven’ y ‘Dream within a dream’. Y el irlandés Dylan Thomas no se queda atrás pues fue seguido por los ‘folk singers’, entre ellos Jhon Cole con una versión de ‘Do not go gentle into that good night’.
De Europa, de Portugal en específico, hay un caso particular, por la correspondencia entre la música y la poesía. Se trata de la obra de Fernando Pessoa, en cuyos textos la ‘saudade’ se multiplica al escucharlos junto a un fado de José Afonso, Mariza, María Bethania o Joana Amendoeira.
Además, Serrat ha versionado los textos del uruguayo Mario Benedetti, quien en 1988 publicó una compilación de poemas adaptados a la música bajo el título de ‘Canciones del más acá’.
Entre las adaptaciones a sonidos más actuales están los conseguidos por bandas españolas. Extremoduro y Platero y Tú, con los poemas de Manolo Chinato, armaron el proyecto Extrechinato y Tú. Mientras que el tono épico de la banda de heavy metal, Tierra Santa, retomó pasajes de ‘El Cid’ y dio música al poema insigne de José de Espronceda, Canción del pirata. Asimismo en clave de rock, Marea versionó el Romance de la Guardia Civil española, de Federico García Lorca, en una canción llamada Ciudad de los Gitanos.
Como ese texto, otros de García Lorca alcanzaron popularidad dentro de la música; lo demuestran las adaptaciones del Pequeño vals vienés, del canadiense Leonard Cohen, y de Gacela de la muerte oscura, de Joan Baez. Además, el poeta estrechó las relaciones entre ambos géneros con su ‘Poema del cante jondo’, y con él, el flamenco ingresó al mundo de las letras, para que luego la música hiciera el camino en reversa, pues los textos de García Lorca han sido cantados por Manzanita, Camarón de la Isla y Enrique Morente. En las gargantas de los dos últimos también los poemas de Hernández hallaron proyección.
Latinoamérica, además de con Benedetti, suena con los versos de Pablo Neruda, Nicolás Guillén (De qué callada manera), José Martí (Guantanamera) y, la recientemente fallecida, María Elena Walsh (La cigarra).
En decenas de ritmos y estilos, los poemas de Neruda llegaron a la música por sus compatriotas Violeta Parra y Víctor Jara, o el argentino Víctor Heredia; mientras que Los Jaivas le dieron un sonido de rock a ‘Alturas del Machu Picchu’, del ‘Canto general’.
Asimismo, la trova y el folclor hispanoamericano han puesto en escena a una tropa de cantautores e interpretes que adaptaron poesías a la música popular. Entre ellos, Nacha Guevara, Alejandro Filio, Eugenia León, Silvio Rodríguez o Amaury Gutiérrez. De España, algunos son Paco Ibáñez, Pedro Guerra, Víctor Manuel y Ana Belén.
En el caso ecuatoriano, son notables los textos de los poetas modernistas que se llevaron al pasillo. De Medardo Ángel Silva, el más interpretado es ‘El alma en los labios’; y de José María Egas, ‘Invernal’. También se podría mencionar el legendario poema ‘Vasija de barro’, escrito en una noche de bohemia por los poetas Carrera Andrade, Hugo Alemán y Jorge Enrique Adoum, junto a otros artistas.
Por su parte, la canción francesa ha sido prolífica en cuanto a las adaptaciones de poesías, no solo de aquellas que comparten el lenguaje coloquial y cercano al público como en los textos de Boris Vian y Jacques Prévert (la desoladora versión de Marlene Dietrich, sobre Déjeuner du matin o las cantadas por Yves Montand), sino de las de sus vanguardistas, como Charles Baudelaire, Guillaume Apollinaire, Paul Verlaine o Arthur Rimbaud, en las voces de Leo Ferré, Charles Trenet o Marc Lavoine.
En cuanto a los interpretes actuales, los 12 temas del segundo disco de Carla Bruni, ‘No promises’, están basados en poemas de los anglosajones W. B. Yeats, W. H. Auden, Dorothy Parker, Walter de la Mare, Emily Dickinson y Christina Rossetti.
La poesía en habla inglesa tiene a Edgar Allan Poe como el autor más musicalizado. Entre las discografía con textos de Poe está el álbum ‘Tales of Mystery and Imagination’, de Alan Parson’s Project, con textos como ‘The Raven’ y ‘Dream within a dream’. Y el irlandés Dylan Thomas no se queda atrás pues fue seguido por los ‘folk singers’, entre ellos Jhon Cole con una versión de ‘Do not go gentle into that good night’.
De Europa, de Portugal en específico, hay un caso particular, por la correspondencia entre la música y la poesía. Se trata de la obra de Fernando Pessoa, en cuyos textos la ‘saudade’ se multiplica al escucharlos junto a un fado de José Afonso, Mariza, María Bethania o Joana Amendoeira.
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