“Voy detrás de la dignidad”
Cobertura Especial de La Jiribilla
GALERÍA DE Imágenes: León Gieco en la Habana
Una vez más pareciera que el mismo Lezama se convirtiese en el ángel de La Jiribilla y condujera hasta sus predios al cantautor argentino León Gieco, llegado a La Habana para participar en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. El estreno en Cuba de su documental Mundo alas llenaba de nervios a este hombre tan habituado a los escenarios del mundo entero; pero con una humildad tan grande que a pesar de los 45 discos grabados que acumula en su historial, fue capaz de pegar en los cristales de los cines y otras paredes, el cartel promocional de la película. Justo el día antes del estreno llegó León Gieco hasta la sede de la revista para encontrarse con su equipo y cantar un par de temas en el Patio de Baldovina, porque “me gustó mucho la idea de La Jiribilla. Una muchacha me dijo: ‘es una revista cultural, de la juventud cubana’. Y para mí la palabra juventud cubana significa un montón de cosas”.
“La juventud es lo nuevo, y lo nuevo es tan importante como lo viejo, la juventud es inexperta, y la inexperiencia es un acto de creatividad. Me nutro de eso que traen los jóvenes en todas partes del mundo, se debe entender que en realidad ningún tiempo pasado fue mejor y creer que lo mejor va a ser el porvenir.
“Quiero mostrarle al público joven cubano que puedo tener relación con ellos, quisiera conocer a los jóvenes trovadores cubanos, porque conozco hasta la generación de Carlos Varela y me falta llevarme material de la nueva trova cubana. Quiero venir más seguido para tener un contacto más directo porque para mí es una fuente muy grande de inspiración. Cuba es un reservorio de cultura, y nosotros quienes vivimos de la cultura, debemos venir permanentemente acá. No puede ser que lleve cinco o seis años sin estar acá, debo venir todos los años, o al menos una vez cada dos años.
“Creo que va a ser muy importante mostrar Mundo alas aquí en el cine, porque de una forma u otra va a ser una presentación otra vez a la prensa de Cuba. Voy a estar otra vez entre la juventud cubana, me va a hacer mucho bien para poder regresar otra vez en marzo o abril a hacer un recital con un par de artistas de Mundo alas y pasar la película.”
¿Cómo nació Mundo alas?
Es un proyecto surgido de estar en movimiento, no nació por tener una idea concreta de hacer “esto”. A los músicos de Mundo alas los conozco hace 15 años, es decir, si hubiese existido la intención de hacer algo, lo hubiese hecho hace 15 años. Maxi, un pibe de San Luis, por ejemplo, escuchaba los discos míos con sus padres, un día viene a saludarme al aeropuerto y me dijo: “yo conozco tus canciones”. Le respondí, “bueno, canta”. Y se puso a cantar ahí en el aeropuerto. Le dije, “dentro de unas semanas vengo otra vez a San Luis y tenés que subir a cantar”. Él subió y tenemos un corto de eso, lo pusimos en la película para que la gente vea que no es un proyecto de ahora. Es una cosa que vengo haciendo desde hace mucho tiempo.
Pancho, otro de los chicos, nació sin piernas ni brazos, un día estaba tocando en Rosario y lo veo en una silla. Le dije a mi representante que lo quería conocer porque cantaba mis canciones desde abajo, yo lo veía. Lo mandé a llamar al camerino y me dijo: “¿Cómo puedo hacer para ser famoso como vos?”. Yo saqué la armónica y se la puse. Le dije, “esto lo puedes tocar y puedes cantar”. A la semana estaba tocando conmigo en conciertos. Allá había una persona, Juan Alberto Padilla, que hacía un programa de TV llamado Corazón Corazón, el cual consistía en hacer un concierto a beneficio de un hospital, un hogar, etc. Elegías una canción y se pasaba un teléfono para que la gente donara cosas. Le dije: “vamos a hacer una cosa para este hogar del que soy padrino”. Hicimos un concierto y cantamos “Solo le pido a Dios” con Pancho, él con armónica y voz, y yo guitarra, armónica y voz. La canción dura 3 minutos, y durante ese tiempo donaron todos los aires acondicionados para el hogar, ropa y comida para un año, y un minibús que valió como cien mil dólares. En esa canción nada más. Cuando llegó el minibús al hogar, todos pasaron a hacer otras personas. Imagínense como se sentía Pancho de haber conseguido un minibús de cien mil dólares. Eso pasó hace 15 años.
Pancho era anti Menem, un presidente nefasto que tuvimos en Argentina. Cuando vino Kirchner, abrió la casa de gobierno para tocar. En aquel momento nos dijo: “en este lugar asumieron tantos corruptos que quiero que ustedes mistifiquen este lugar. Empezamos a tocar allí y Pancho, al enterarse de esto, quiso conocer a Kirchner. Le conseguí una entrevista y Kirchner lo recibió. Lo primero que hizo fue sentar a Pancho en el sillón presidencial y sentarse él atrás, para sacarse una foto. Lo hizo recorrer toda la casa de gobierno, pero cometió un tremendo error: le dio su número privado. Así que Pancho, quien con su muñoncito lo maneja todo: escribe, habla por teléfono… lo llamó el teléfono y le dijo: “Néstor, quiero tocar en la casa de gobierno, como hace León Gieco, como hizo Mercedes Sosa”. Y Kirchner le decía: “sí, voy a ver si lo arreglo”, pero luego se olvidaba. Al día siguiente nuevamente Pancho lo llamaba: “Néstor, soy Pancho, quiero tocar en la casa de gobierno” y así fue durante una semana. Entonces de la presidencia llaman a mi representante para decirme que le organizara rápidamente un concierto a Pancho en la casa de gobierno. Yo lo tomo en serio y me digo: “¿cómo hago para que él toque ahí, si él sabe dos ó tres canciones mías nada más?”.
Me acordé entonces de todos los chicos discapacitados que alguna vez habían subido a un escenario mío, porque siempre ofrezco mi escenario, siempre tengo artistas invitados, dentro de ellos una gran cantidad eran artistas con discapacidades, unos fueron a pintar, otros a bailar, otros a cantar… Los llamé e hicimos un concierto en la casa de gobierno llamado Un salón blanco diferente. Lo pasamos por TV, lo grabaron y salió el 1ro. de enero de 2007 a las 10 de la noche. Produjo una conmoción enorme en el público. Me llamó el presidente del Instituto de Cinematografía Argentina (INCAA), y me dijo: “acabo de ver una cosa linda, nosotros debemos hacer algo así en cine”. Le dije: “dame plata, me busco una productora pequeña y salimos de gira”. Lo que se ve en el documental es la gira. No saben la cantidad de cosas que pasaron. Mundo alas es un libro, un disco, una película, diez capítulos del Canal Encuentro, lo mejor que tenemos en Argentina. Empezamos a recibir llamadas de todo el mundo y los chicos empezaron a recibir plata.
Nosotros creíamos que iba a quedar en un documental para pasar por televisión, pero no fue así, hemos recibido primeros premios en Barcelona, en Pamplona, en Ecuador, en Toronto, en Suecia. Hemos recibido una gran cantidad de distinciones de muchas instituciones que trabajan con la discapacidad a favor de la integración o en contra de la discriminación. Mundo alas además es solidario, en Argentina existe un hospital maravilloso llamado Garraham con unos médicos que hacen patria realmente y hasta allí llegan unas alas para que cientos y cientos de chicos se puedan sanar por año en Buenos Aires.
¿Cuántos artistas son en total?
Son como 15. Hay cinco que bailan tango. Pancho, Carina que es invidente, Fabio el chico hidrocefálico, Maxi, los dos pintores, la chica que filma y que hace parte de la película. Organizamos un guión que tiene sus sorpresas. Soy uno más de Mundo alas. Es la primera vez que un grupo de artistas me hacen sentir uno más. Cuando presento una conferencia de prensa normalmente soy yo. Y ahora somos 15 personas hablando con la prensa. Decidí no cobrar nada por este trabajo, ni por el disco, ni el libro, nada. El libro habla de la enfermedad de cada uno y enseña a relacionarse con las personas que las padecen. Y los capítulos son 12, de cada uno de los artistas y charlas con especialistas. Me encantaría que vean la película a ver si ganamos una portada, si la ganamos es porque valió la pena... ¿Quedamos en esa?
EN MP3
LEÓN GIECO
MUNDO ALAS (EL DISCO)
1. Canción para Beto (Francisco Ramón Chévez)-1.07
2. Familia Rodante (Alejandro Davio) - 1.36
3. Solo le pido a Dios (León Gieco) - 1.30
4. Todos los días un poco (Carina Spina) - 0.56
5. Carito (Maci Lemos) - 1.29
Quedamos. Si nos gusta usted viene y lo presentamos aquí con ellos, o con un grupo de ellos. ¿Lo hacemos?
Sí. Sería buenísimo y podemos montar además una exposición de fotos. Quiero hacer cosas aquí en un teatro y en el interior. Me parece que cinco años fue demasiado tiempo sin venir a Cuba. Yo venía muy seguido, pero estuve trabajando mucho. Conozco toda Cuba, he venido a tocar dos veces en el Karl Marx, vine al Festival de Varadero, vine a tocar a la Plaza de la Revolución en un concierto con Chico Buarque, Pablo y Mercedes Sosa. Vine también dos veces por mi cuenta con un tour pagado para recorrer las provincias del país, porque venir con un guía te hace estudiar la historia y quería eso. El interior de Cuba es de una virginidad sin tocar, es algo increíble que me encantó.
El último contacto artístico que tuvimos fue el comienzo de un disco a beneficio de las inundaciones de Santa Fe, una provincia argentina, y empezamos tocando acá en la Casa de las Américas junto con Silvio Rodríguez, los hermanos Feliú, Carlos Varela, Frank Fernández, y fue tan emotivo el comienzo de este disco que me empezaron a llamar artistas de todo el mundo: Ismael Serrano, de España y Tania Libertad, de México; lo completé con artistas argentinos e hicimos un disco que se llamó Canciones con Santa Fe, título de Silvio Rodríguez.
¿Y venir a Cuba, no a cantar sino a presentar una película en el Festival de La Habana, qué le ha parecido?
Estoy muy emocionado de conocer este Festival, en la presentación voy a hablar de la película y a tocar un par de canciones. Para la gente de acá que ya me escuchó cantar alguna vez sería un detalle regalarles estas dos o tres canciones antes de comenzar el documental que es un musical también, está lleno de canciones, de amor, de humanidad y de espiritualidad.
Quería conocer el Festival desde hace 15 años porque tenía un amigo, Teo Cofman, cineasta argentino, que me decía que este era diferente, yo le preguntaba por qué y me decía: “porque está en Cuba”. También Rapi Diego me decía siempre: “tienes que conocer el Festival de Cine de La Habana”, y en efecto lo que he visto y me parece increíble.
Por ejemplo el día de la inauguración se quedaron cinco mil personas después de la presentación mirando una película, y luego todo el mundo aplaudió, eso no pasa en el mundo desde hace 40 años, hay que verlo acá. Ahora que estoy aquí me dicen que debo conocer la Feria, que esto se queda chiquitito. ¡En Cuba siempre hay algo más grande en La Habana, no se puede creer!
Acá se consume cultura permanentemente, en los países capitalistas se consumen boberías, es increíble la cantidad de cosas que compras y no sabes para qué, lo que menos tienes para comprar son libros, artesanías y cosas artísticas. Acá la gente se reúne para comprar pósters, libros, artesanías, para ir al cine, eso es cultura, y en el mundo no pasa más porque se ha comercializado tanto que el cine pasó a ser salitas chiquitas para 200 ó 300 personas donde pasan películas digitales que no sirven para nada como las norteamericanas que están haciendo en este momento cuando están escasos de guión. Ahora para mí y para la gente que piensa como yo, pasó a tener mucho valor el cine europeo, si ves una película francesa por ejemplo ellos tienen guiones, tienen historia, tienen humanidad, cosa que los americanos perdieron.
¿Va a seguir haciendo cine?
Por lo pronto lo único que se me ocurre con respecto al cine es escribir un par de guiones, de todos modos tengo un motivo para venir el año que viene al Festival de La Habana: tengo un trabajo llamado De Ushuaia a La Quiaca, una recopilación de música folclórica por toda Argentina que hice producido por Gustavo Santaolalla, un productor argentino que tiene ganado 35 Granmys más o menos y dos Oscar consecutivos. Cuando en el año 85 hicimos este trabajo el video quedó sin verse, por un problema de permisos. El proyecto va a cumplir 25 años en el 2010, lo están compaginando para pasarlo en el canal estatal cultural de Argentina, Encuentro, lo mejor que tenemos en la televisión de allá, y ya tengo el motivo como para venir el año que viene invitado especialmente a pasar algo de folclor argentino aquí en Cuba.
Antes de la inauguración del Festival usted recordaba aquellos casetes clandestinos de Silvio y Pablo que se pasaban en su juventud, pero a lo largo de estos años ha compartido escenarios con muchísimos otros artistas de la Isla, ¿cómo ha sido la relación de León Gieco con la música cubana?
Tengo relación con la música cubana desde casi siempre, desde que tengo 17 años conozco a Beny Moré gracias a unos discos que me prestaron y a los 18 años nos pasábamos unos casetes de Silvio y Pablo a escondidas porque era considerada música subversiva por aquel gobierno militar, entonces podías ir preso por tener un casete de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés y los envolvíamos en sábanas, toallas, los llevábamos escondidos en los bolsos, era trabajo subversivo, desde ahí viene mi relación con la música cubana. Cuando viene el advenimiento de la democracia en el año 83 Pablo y Silvio empezaron a tocar en Buenos Aires y no terminaban nunca de tocar porque la gente no los dejaba. Es increíble la cantidad de actuaciones que hicieron en un estadio que se llamaba Obras Sanitarias donde cabían 5000 personas, ahí tocaron más o menos 25 shows. Fue entonces cuando tuve la oportunidad de conocerlos personalmente y cantar con ellos, con Pablo canté “Canción para Carito” y con Silvio “Solo el amor”. Después por supuesto tengo una lista de músicos cubanos con los que he tocado, nosotros allá escuchamos mucha música cubana, cuando van grupos cubanos a tocar a Argentina llenan estadios, teatros, los adoramos, el público argentino adora la música cubana, como los cubanos adoran el tango y a los también.
¿Está al tanto de la más reciente creación de la música cubana?
Más o menos, porque no se edita mucha música allá. Hace 6 años que no venía así que estoy acá para llevarme todo el último material que alguien se encargará de mostrarme cuál es para que yo me lo lleve.
¿Por qué decía que aquellos conciertos de Silvio y Pablo habían sido una especie de desquite?
Porque que en el 83 comenzara la democracia y enseguida se llenaran tanto los conciertos de Silvio y Pablo fue retroceder a cuando me pasaba los casetes envueltos y dije, yo tenía razón, la juventud argentina tenía razón, teníamos que escuchar estos tipos, porque si no, no hubiesen llenado tantos conciertos. De todos modos la canción se toma su revancha siempre porque los militares son tan estúpidos que se creen que pueden prohibir la canción, los militares pueden matar la juventud, pueden cortarle las alas, pero la juventud siempre va a estar peleando por las cosas nuevas, y la canción siempre va a estar con las cosas nuevas, porque la canción es como agarrar la arena con las manos. Pasó con “Solo le pido a Dios”, cuando la guerra de Malvinas en el 82, los militares la declararon como la canción de la guerra, a mí me dio un asco que paré de cantarla porque la habían decretado de interés nacional, en el año 83 quise ir a tocar en el festival Víctor Jara que se hace en Londres y la embajada no me dio la visa porque yo era el creador de “Solo le pido a Dios”, el año pasado un grupo dinamarqués la grabó y estuvo cuatro semanas de primero en el ranking de Londres, o sea que la canción se tomó su revancha.
En el año 92 se conmemoraba el 5to. centenario del descubrimiento en América, que yo acostumbro a festejar el 11 como último día de libertad en América con los indígenas, el año anterior compuse la canción “Cinco siglos igual”, y ese año me invitan al festejo en España del 5to. centenario. Yo les dije: ¿ustedes están locos o con quién se creen que están tratando? Por supuesto, en ese momento estábamos con el gobierno de Menem, que era un rotundo neoliberal y el más corrupto presidente de la historia argentina, a él lo que le importaba precisamente era ir a festejar eso con los españoles para que Telefónica comprara toda la telefonía. Yo no podía creer que me invitaran a mí y a Mercedes Sosa, que era una indígena, ¿le íbamos a ir a cantar? Los capitalistas son brutos, no tienen conciencia de nada, son unos ignorantes, el fascismo también, eso es una ignorancia total.
Este año se cumplen 50 años del triunfo de la Revolución Cubana, ¿cree que esta sigue siendo un centro de resistencia para América Latina y el mundo?
Sí, de resistencia y de admiración. Que estemos mirando todo el tiempo en las pantallas las imágenes del Che Guevara, los cortos de Oliver Stone me parece increíble, me parece que la cosa no ha fallado. Cuba es en estos momentos para los que pensamos como pensamos nosotros, la República mimada, es parte de nuestro pensamiento, este es un país que nosotros adoramos y lo vamos a defender.
¿Qué lo sigue inspirando para componer?
Todo puede ser fuente de inspiración para componer, la inspiración está en todos lados, lo que hace falta es tener ganas, leer mucho, escuchar nuevas músicas, ampliarte todos los horizontes, es lo que hice toda mi carrera, por eso tengo una carrera que nunca abandoné y que tampoco me abandonó. Cuando actúas histéricamente y lo haces por algo en especial es muy probable que te pegues un golpe de éxito impresionante pero luego el golpe de la caída también es impresionante, en cambio si actúas coherentemente, tomas las cosas con calma siempre tu carrera va a ser tuya y va a estar ahí permanentemente.
Cuando comenzó en los años 70 usted defendía su estilo diciendo que era “entender el destino de los pueblos, el por qué de las injusticias”, más de 30 años después, ¿cómo definiría León Gieco su estilo?
El mismo. Yo levanto la bandera de los sin tierra, de los indígenas, de Latinoamérica india. Sigue siendo exactamente el mismo, yo hablo de los pueblos, estoy con el pueblo, lo único que ha cambiado es la fisonomía, después de 30 años se le han agregado a esta carrera muchos discos, tengo acá el disco número 45, soy creador de 300 canciones, he compartido el escenario con artistas maravillosos que he respetado toda mi vida como Chico Buarque, Iván Lins, Milton Nascimento, Tania Libertad, Mercedes Sosa, Charly García, con los artistas cubanos que contaba, con Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén, con Luis Eduardo Aute, con gente que es próxima también a los artistas cubanos, me parece que sigo defendiendo exactamente lo mismo.
La música para mí es ser solidario, hacer este tipo de trabajos, yo no sirvo para hacer canciones y meter plata en un banco de Miami, nunca lo hice, no lo sé hacer, antes de hacer eso me voy a sembrar papas en el campo, es más digno, yo voy detrás de la dignidad, por eso las canciones mías siempre hablan de dignidad, hablan de justicia, hablan de paz, de amor, de educación, de cultura, de revolución.
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