jueves, agosto 13, 2009

¿Qué está detrás de las nuevas bases militares yanquis en Colombia?


miércoles 5 de agosto de 2009
ELN

De nuevo el Presidente Uribe pisotea la Constitución Nacional, cuando acepta el paso de tropas extranjeras por territorio colombiano, desplazamiento que tiene que ser autorizado previamente por el Senado de la República; violación que es aún más grave por tratarse de la instalación de bases militares gringas en el país.

Hay que recordar que las Fuerzas Armadas colombianas son las mayores de Suramérica, superiores a las del Brasil que tienen un territorio 7 veces mayor y una población 5 veces superior. Ellas consumen el 6 por ciento del PIB, mientras el gasto del Ejército de los Estados Unidos sólo asciende al 4 por ciento de su PIB. Este nuevo Tratado militar con EEUU, las FFAA se refuerzan con 6 nuevas bases militares, que apuntan estratégicamente hacia la hermana República Bolivariana de Venezuela: Palanquero y Tolemaida en el interior, Malambo en la Costa Atlántica; Apiay y Larandia en los Llanos Orientales y Saravena ubicada en la línea fronteriza sobre el río Arauca. Además está prevista la entrega de la Base de Bahía Málaga en la Costa Pacífica para los marines gringos.

Según este Tratado, los soldados invasores gozaran de inmunidad, pues la justicia colombiana queda impedida para investigar y juzgar los delitos que cometan éstos en el territorio nacional; tampoco la Corte Penal Internacional podrá juzgarlos cuando cometan crímenes de guerra. El gobierno está justificando este Tratado violatorio de la soberanía y dignidad nacional, recurriendo a mentiras y ocultando la verdad del propósito estratégico de la fuerza invasora.

Argumenta que la presencia de la fuerza gringa obedece a un acuerdo de cooperación para combatir al narcotráfico y el terrorismo, y que ella no representa ninguna amenaza para los países vecinos. Lo cual está en abierta contradicción con las reiteradas declaraciones del Presidente, en las que suele exaltar los éxitos de su política de Seguridad Democrática -o doctrina de Seguridad Nacional que es lo mismo-, en las que niega la existencia del conflicto interno y afirma que el paramilitarismo desapareció y que la guerrilla está en extinción. Entonces, si es cierto lo que dice el mandatario, ¿qué necesidad hay de reforzar los 400 mil soldados que tiene el Estado colombiano, con nuevas Bases gringas que se suman a las que venían de tiempo atrás?

Es evidente que el gobierno colombiano de ultraderecha es parte de un plan de guerra andino, con la entrega del territorio como cabeza de playa para el avance de los invasores; infamia que camufla tras un supuesto acuerdo para pacificar el país, acabando con el conflicto social y armado interno.

La instalación de nuevas Bases militares son parte del actual despliegue imperialista contra Venezuela, para destruir el proceso revolucionario que lidera el Presidente Chávez; es el Plan B, ante el fracaso del golpe que patrocinó en abril del 2002.

El conflicto del gobierno colombiano con el Ecuador, es otra razón más para que el Presidente Uribe permita la instalación de las bases gringas en nuestro territorio.

Esta estrategia viene andando desde hace rato, la prolongación de la guerra interna sirve de pretexto a éste plan contra los países vecinos que se han distanciado de las imposiciones de la potencia del Norte. Por tal razón, la agenda del Presidente Uribe no tiene espacio para buscar la paz por el camino de los diálogos y el intercambio humanitario.

El imperialismo norteamericano se siente herido y disminuida su influencia, con el liderazgo de Chávez y el proyecto ALBA en los pueblos y gobiernos del continente. El Presidente Uribe, como servil lacayo del imperio, tiene la tarea de seguir afianzando a Colombia como el Israel suramericano, al servicio de los intereses estratégicos de los EEUU.

Las colombianas y colombianos que soñamos con la construcción del nuevo país donde impere la paz, el bienestar general con desarrollo sostenible, la democracia real y se recupere la dignidad y soberanía de la nación, no podemos quedarnos callados ni quietos ante esta grave situación, que anuncia vientos de guerra entre países hermanos, en beneficio de los intereses estratégicos del imperio, que subyuga y explota los pueblos del Sur.

Unamos fuerza todos y como un solo pueblo que somos, rechacemos y enfrentemos la invasión gringa al territorio colombiano y la amenaza contra nuestros hermanos de Venezuela y Ecuador. Sumemos fuerzas y combatamos por todos los medios al régimen lacayo del imperio, que entrega la soberanía de la nación y conspira contra los países vecinos.

Y todos a una sola voz y en la misma dirección gritemos:

¡FUERA EL INVASOR GRINGO Y SUS LACAYOS APÁTRIDAS!

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