POR JEAN-GUY ALLARD
El terrorista Luis Posada Carriles no sólo NO vivió clandestino en El Salvador después de la operación de tráfico de armas y droga que dirigió en Ilopango por cuenta de la CIA, sino que la propia Agencia lo colocó entre los asesores venezolanos que controlaban oficialmente entonces la Policía Nacional (PN), bajo las órdenes del agente Víctor "Zacarías" Rivera y "en conexión" con la Embajada yanqui.
El propio "Zacarías" afirmó, en marzo último, en una entrevista con el diario Prensa Libre de Guatemala, que llegó a San Salvador "a finales de 1982 y principios del 83", luego de "apartarse" de los servicios de inteligencia venezolanos, para "gerenciar" lo que llamó un "esfuerzo de asesoramiento "de los organismos de seguridad pública.
"En aquel entonces, en El Salvador todos los organismos policiales estaban bajo el Ministerio de la Defensa y el país vivía una coyuntura difícil. Precisamente por esa coyuntura difícil se crearon grupos de ejecución extrajudicial", añadió el policía hoy radicado en Guatemala.
A la pregunta: "¿Colaboró con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los EE.UU.?", el mercenario confesó que su grupo estaba "en conexión" con la Embajada de Estados Unidos y luego dio esta respuesta que lo dice todo: "Un agente de inteligencia jamás lo dice. Cuando un bocón por ahí dice que es de la CIA, es que no es cierto. Había un apoyo internacional que no es ningún secreto".
Otras fuentes revelan que Rivera llegó a Ilopango, donde se encuentra entonces Posada, en 1983, en el marco de un convenio entre el gobierno de Napoleón Duarte y un tal Instituto Venezolano de Educación Popular (IVEPO), una cobertura CIA.
Al sumarse a la fuerza represiva, Posada se reunió con su ex colega-torturador de la DISIP venezolana Hermes Rojas Peralta.
Documentos de la época indican que los agentes de origen cubano y venezolano infiltraron asesores en todas las estructuras claves de los órganos de represión del gobierno de Duarte, con un financiamiento oculto del IVEPO/CIA.
Por otro lado, el ex agente de la DEA Celerino Castillo vincula directamente, en su pagina web, a "Zacarías" con la operación que administraba Posada Carriles por cuenta de la CIA en la base aérea de Ilopango.
Víctor "Zacarías" Rivera "era un agente encubierto que tenían ellos (la CIA)", precisa y añade una información inédita: "Estaban entrenando a los escuadrones de la muerte".
Una investigación publicada por el diario salvadoreño El Mundo en julio del 2007 relata cómo Posada llegó al país en 1985, después de su evasión de una cárcel venezolana, arreglada por la propia CIA, en una pequeña avioneta Cessna 310 de dos motores que hizo escalas en Panamá y Costa Rica.
Un tal "capitán Roberto Leiva", enviado por "El Gato" Rodríguez, le proporciona entonces varias piezas de identificación civil y militares bajo el nombre de Ramón Medina Rodríguez, uno de los alias que usó luego en el país.
El propio Posada identificará más tarde como uno de sus "más estrechos colaboradores" al entonces jefe de la fuerza aérea, general Juan Rafael Bustillo.
Meses más tarde, el derribo en Nicaragua de uno de los aviones que maneja Posada provoca un escándalo político en Estados Unidos y el agente CIA se pasa tres meses en Xanadú, una lugar de descanso cercano a El Sunzal.
Es entonces que la CIA reubica a Posada como "asesor de investigaciones" de la PN con la tropa de "Zacarías" y Rojas que trabaja en contacto directo con el presidente José Napoleón Duarte.
Posada recibe entonces un salario de 2 000 dólares mensuales, con casa, carro y gasolina.
"Pronto Posada llegó a ser importante y a tener un alto perfil, se reunía con el entonces ministro del Interior en su propia casa para resolver casos de alto nivel", recuerda el reportaje de Prensa Libre.
"Según Posada, Duarte lo llamaba a su propia casa y se volvió su asesor personal, al grado que el mandatario le puso guardaespaldas", precisa.
Todo con la bendición de la antena CIA desde "la Embajada".
EL SALVADOR, BASE DE OPERACIONES DE LA FNCA/CIA
Posada dejó El Salvador en 1989 y se convierte en asesor personal de investigaciones del presidente guatemalteco Marco Vinicio Cerezo Arévalo.
Reaparecerá, sin embargo, en San Salvador en 1997, ejecutando un contrato de la Fundación Nacional Cubano Americana para desarrollar atentados contra el Presidente de Cuba y realizar una campaña de terror en instalaciones turísticas de la Isla.
Mantuvo desde entonces en El Salvador una base de operaciones para sus actividades contra Cuba con la complicidad evidente de las autoridades del país centroamericano.
Es en territorio salvadoreño que recluta entonces a quien será su brazo derecho, el pandillero Francisco "El Panzón" Chávez Abarca, así como a varios mercenarios salvadoreños, entre ellos Raúl Ernesto Cruz León y Otto Rodríguez Llerena. Cruz León pondrá en el hotel Copacabana de la capital cubana el artefacto que provocará la muerte del visitante italiano Fabio DiCelmo.
Tan buenas eran sus "conexiones" con las más altas autoridades que Posada Carriles viajó a Estados Unidos el 26 de agosto de 1997 (vuelo 730 de Taca Internacional con destino a New York) con un pasaporte salvadoreño 547378 a nombre de Franco Rodríguez Mena. Unos días antes de que empezara la cadena de atentados en La Habana.
El 5 de octubre de 1999, el Gobierno cubano entregó a San Salvador un amplio informe sobre Posada Carriles, quien se encontraba entonces en ese país preparando nuevas acciones terroristas. Sin resultado alguno.
El 26 de abril del 2000, Posada viaja a Miami con su falso pasaporte salvadoreño, el mismo que usaba cuando fue capturado en Panamá, en noviembre del 2000, procedente de El Salvador, cuando conspiraba para volar el anfiteatro universitario de la capital itsmeña donde iba a hablar el Presidente cubano, en el marco de la Cumbre Iberoamericana.
Al salir rumbo a Panamá, Posada Carriles dejo un lujoso apartamento, en un barrio exclusivo de la capital, a unos minutos de la Embajada norteamericana.
"NO VOY A ECHAR PA'LANTE A NADIE"
En una entrevista con el diario Prensa Gráfica, realizada en el 2003 en su celda de Panamá, Posada se negó a hablar de sus contactos con el Gobierno de Duarte: "Oyeme… me la está poniendo dura… ¿eh?… no voy a echar 'pa'lante' a nadie porque usted está ahora aquí", lanzó con su habitual prepotencia al reportero que lo interrogaba.
El coordinador parlamentario del FMLN, Salvador Sánchez, reveló hace unos meses que el terrorista cubanoamericano tuvo entre sus amigos en El Salvador a Rodrigo Ávila, director de la Policía Nacional Civil. También se sabe que estuvo asociado a Mario Acosta, ministro del Interior de los gobiernos de Armando Calderón Sol y Francisco Flores.
El primero de octubre del 2005, la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador reportó la captura de 22 miembros de una banda internacional de ladrones de autos cuyo líder era Francisco Antonio Chávez Abarca, el principal cómplice de Luis Posada Carriles en la campaña de terror de La Habana.
En varias oportunidades, el opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) reclamó una investigación para establecer las circunstancias exactas de la presencia de Posada Carriles en El Salvador y, más precisamente, esclarecer cada detalle de la alianza del terrorista, asesino y torturador con los dirigentes de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
La férrea oposición de ARENA —hoy huésped de la Cumbre Iberoamericana— hizo en cada ocasión que las iniciativas del FMLN se convirtiesen en un instrumento legal.
El propio "Zacarías" afirmó, en marzo último, en una entrevista con el diario Prensa Libre de Guatemala, que llegó a San Salvador "a finales de 1982 y principios del 83", luego de "apartarse" de los servicios de inteligencia venezolanos, para "gerenciar" lo que llamó un "esfuerzo de asesoramiento "de los organismos de seguridad pública.
"En aquel entonces, en El Salvador todos los organismos policiales estaban bajo el Ministerio de la Defensa y el país vivía una coyuntura difícil. Precisamente por esa coyuntura difícil se crearon grupos de ejecución extrajudicial", añadió el policía hoy radicado en Guatemala.
A la pregunta: "¿Colaboró con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los EE.UU.?", el mercenario confesó que su grupo estaba "en conexión" con la Embajada de Estados Unidos y luego dio esta respuesta que lo dice todo: "Un agente de inteligencia jamás lo dice. Cuando un bocón por ahí dice que es de la CIA, es que no es cierto. Había un apoyo internacional que no es ningún secreto".
Otras fuentes revelan que Rivera llegó a Ilopango, donde se encuentra entonces Posada, en 1983, en el marco de un convenio entre el gobierno de Napoleón Duarte y un tal Instituto Venezolano de Educación Popular (IVEPO), una cobertura CIA.
Al sumarse a la fuerza represiva, Posada se reunió con su ex colega-torturador de la DISIP venezolana Hermes Rojas Peralta.
Documentos de la época indican que los agentes de origen cubano y venezolano infiltraron asesores en todas las estructuras claves de los órganos de represión del gobierno de Duarte, con un financiamiento oculto del IVEPO/CIA.
Por otro lado, el ex agente de la DEA Celerino Castillo vincula directamente, en su pagina web, a "Zacarías" con la operación que administraba Posada Carriles por cuenta de la CIA en la base aérea de Ilopango.
Víctor "Zacarías" Rivera "era un agente encubierto que tenían ellos (la CIA)", precisa y añade una información inédita: "Estaban entrenando a los escuadrones de la muerte".
Una investigación publicada por el diario salvadoreño El Mundo en julio del 2007 relata cómo Posada llegó al país en 1985, después de su evasión de una cárcel venezolana, arreglada por la propia CIA, en una pequeña avioneta Cessna 310 de dos motores que hizo escalas en Panamá y Costa Rica.
Un tal "capitán Roberto Leiva", enviado por "El Gato" Rodríguez, le proporciona entonces varias piezas de identificación civil y militares bajo el nombre de Ramón Medina Rodríguez, uno de los alias que usó luego en el país.
El propio Posada identificará más tarde como uno de sus "más estrechos colaboradores" al entonces jefe de la fuerza aérea, general Juan Rafael Bustillo.
Meses más tarde, el derribo en Nicaragua de uno de los aviones que maneja Posada provoca un escándalo político en Estados Unidos y el agente CIA se pasa tres meses en Xanadú, una lugar de descanso cercano a El Sunzal.
Es entonces que la CIA reubica a Posada como "asesor de investigaciones" de la PN con la tropa de "Zacarías" y Rojas que trabaja en contacto directo con el presidente José Napoleón Duarte.
Posada recibe entonces un salario de 2 000 dólares mensuales, con casa, carro y gasolina.
"Pronto Posada llegó a ser importante y a tener un alto perfil, se reunía con el entonces ministro del Interior en su propia casa para resolver casos de alto nivel", recuerda el reportaje de Prensa Libre.
"Según Posada, Duarte lo llamaba a su propia casa y se volvió su asesor personal, al grado que el mandatario le puso guardaespaldas", precisa.
Todo con la bendición de la antena CIA desde "la Embajada".
EL SALVADOR, BASE DE OPERACIONES DE LA FNCA/CIA
Posada dejó El Salvador en 1989 y se convierte en asesor personal de investigaciones del presidente guatemalteco Marco Vinicio Cerezo Arévalo.
Reaparecerá, sin embargo, en San Salvador en 1997, ejecutando un contrato de la Fundación Nacional Cubano Americana para desarrollar atentados contra el Presidente de Cuba y realizar una campaña de terror en instalaciones turísticas de la Isla.
Mantuvo desde entonces en El Salvador una base de operaciones para sus actividades contra Cuba con la complicidad evidente de las autoridades del país centroamericano.
Es en territorio salvadoreño que recluta entonces a quien será su brazo derecho, el pandillero Francisco "El Panzón" Chávez Abarca, así como a varios mercenarios salvadoreños, entre ellos Raúl Ernesto Cruz León y Otto Rodríguez Llerena. Cruz León pondrá en el hotel Copacabana de la capital cubana el artefacto que provocará la muerte del visitante italiano Fabio DiCelmo.
Tan buenas eran sus "conexiones" con las más altas autoridades que Posada Carriles viajó a Estados Unidos el 26 de agosto de 1997 (vuelo 730 de Taca Internacional con destino a New York) con un pasaporte salvadoreño 547378 a nombre de Franco Rodríguez Mena. Unos días antes de que empezara la cadena de atentados en La Habana.
El 5 de octubre de 1999, el Gobierno cubano entregó a San Salvador un amplio informe sobre Posada Carriles, quien se encontraba entonces en ese país preparando nuevas acciones terroristas. Sin resultado alguno.
El 26 de abril del 2000, Posada viaja a Miami con su falso pasaporte salvadoreño, el mismo que usaba cuando fue capturado en Panamá, en noviembre del 2000, procedente de El Salvador, cuando conspiraba para volar el anfiteatro universitario de la capital itsmeña donde iba a hablar el Presidente cubano, en el marco de la Cumbre Iberoamericana.
Al salir rumbo a Panamá, Posada Carriles dejo un lujoso apartamento, en un barrio exclusivo de la capital, a unos minutos de la Embajada norteamericana.
"NO VOY A ECHAR PA'LANTE A NADIE"
En una entrevista con el diario Prensa Gráfica, realizada en el 2003 en su celda de Panamá, Posada se negó a hablar de sus contactos con el Gobierno de Duarte: "Oyeme… me la está poniendo dura… ¿eh?… no voy a echar 'pa'lante' a nadie porque usted está ahora aquí", lanzó con su habitual prepotencia al reportero que lo interrogaba.
El coordinador parlamentario del FMLN, Salvador Sánchez, reveló hace unos meses que el terrorista cubanoamericano tuvo entre sus amigos en El Salvador a Rodrigo Ávila, director de la Policía Nacional Civil. También se sabe que estuvo asociado a Mario Acosta, ministro del Interior de los gobiernos de Armando Calderón Sol y Francisco Flores.
El primero de octubre del 2005, la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador reportó la captura de 22 miembros de una banda internacional de ladrones de autos cuyo líder era Francisco Antonio Chávez Abarca, el principal cómplice de Luis Posada Carriles en la campaña de terror de La Habana.
En varias oportunidades, el opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) reclamó una investigación para establecer las circunstancias exactas de la presencia de Posada Carriles en El Salvador y, más precisamente, esclarecer cada detalle de la alianza del terrorista, asesino y torturador con los dirigentes de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
La férrea oposición de ARENA —hoy huésped de la Cumbre Iberoamericana— hizo en cada ocasión que las iniciativas del FMLN se convirtiesen en un instrumento legal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario