Bután es un pequeñísimo reino hereditario en las faldas del Himalaya, entre la China, la India y el Tibet. No tiene más que dos millones de habitantes. Su mayor ciudad es la capital Timbu con cerca de cincuenta mil habitantes. Está amenazado de desaparecer casi totalmente dentro de pocos años si los lagos del Himalaya, que están creciendo por el deshielo, se desbordan avasalladoramente. Gobernado por un rey y por un monje, que tiene casi la autoridad real, está considerado uno de los países menos desarrollados del mundo. Aún así es una sociedad extremadamente integrada, patriarcal y matriarcal simultáneamente, dado que el miembro más influyente se transforma en jefe de familia.
Bután posee algo único en el mundo que todos los países deberían imitar: el «índice de felicidad interna bruta». Para el rey y el monje gobernante lo que cuenta en primer lugar no es el Producto Interno Bruto medido por todas las riquezas materiales y servicios que el país ostenta, sino la Felicidad Interna Bruta, resultado de las políticas públicas, del buen gobierno, de la distribución equitativa de la renta que resulta de los excedentes de la agricultura de subsistencia, de la ganadería, de la extracción vegetal y de la venta de energía a la India, de la ausencia de corrupción, de la garantía general de una educación y salud de calidad, con carreteras transitables en los valles fértiles y en las altas montañas, pero especialmente fruto de las relaciones sociales de cooperación y de paz entre todos. Esto no ha llegado a impedir conflictos con Nepal, pero tampoco ha desviado el propósito humanístico del reinado. La economía, que en el mundo globalizado es el becerro de oro, aparece como un elemento del conjunto de factores a ser considerados.
Por detrás de este proyecto político funciona una imagen multidimensional del ser humano. Supone al ser humano como un nudo de relaciones orientado hacia todas las direcciones, que posee, sí, hambre de pan, como todos los seres vivos, pero principalmente se mueve por el hambre de comunicación, de convivencia y de paz que no pueden ser compradas en el mercado o en la bolsa. Función de un gobierno es atender a la vida de la población en sus múltiples dimensiones. Su fruto es la paz. En la comprensión inigualable que la Carta de la Tierra elaboró de la paz, ésta «es la plenitud que resulta de las relaciones correctas consigo mismo, con otras personas, con otras culturas, con otras vidas, con la Tierra y con el Todo mayor del cual somos parte» (IV, f).
La felicidad y la paz no se construyen con las riquezas materiales ni con las parafernalias que nuestra civilización materialista y pobre nos presenta. En el ser humano ésta ve solamente un productor y un consumidor. El resto no le interesa. Por eso tenemos tantos ricos desesperados, jóvenes de familias acomodadas que se suicidan por no ver más sentido en la superabundancia. La ley del sistema dominante es: quien no tiene, quiere tener; quien tiene, quiere tener más; quien tiene más dice: nunca es suficiente. Olvidamos que lo que nos da felicidad es la relación humana, la amistad, el amor, la generosidad, la compasión y el respeto, realidades que valen pero que no tienen precio. Lo dramático está en que esta civilización humanamente pobre está acabando con el Planeta en su afán por ganar demasiado, cuando debería esforzarse para vivir en armonía con la naturaleza y con los demás seres humanos.
Bután nos da un bello ejemplo de esta posibilidad. Qué sabia fue la observación de un pobre de nuestras comunidades que comentó: «Aquel hombre es tan pobre, pero tan pobre que solamente tiene dinero». Y era claramente infeliz.
Leonardo Boff
Proutista Universal es una organización educacional social e internacional sin fines de lucro que lucha por la espiritualidad, los derechos humanos, la democracia economica y la ecología .
Con sede en Copenhague Dinamarca esta registrada en la ONU como organización no gubernamental .
Sus objetivos son promover los principios de PROUT como alternativa socioeconomica para solucinar los problemas economicos y promover una salud mental equilibrada en la sociedad creando una conciencia ecologica humanista y espiritual, organizar conferencias y debates , grupos de estudio, enseñar yoga y meditacon, realizar trabajo social con poblaciones carenciadas , publicar revistas , libros , dar respuestas a los problemas económicos locales, crear movimientos locales , fundar cooperativas y unidades maestras ( comunidades ecológicas agrícolas autosuficientes ) con el objetivo de mostrar PROUT en funcionamiento
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