14.12.11 - América Latina
Camila Queiroz
Periodista de ADITAL
Adital
México, Colombia, Ecuador y Bolivia registran un alto número de casos de abuso sexual contra niñas/os y adolescentes en el ambiente escolar. En el informe La violencia sexual en las instituciones educacionales, la ONG Women’s Link World Wide, la Fundación para la Defensa y Restitución de los Derechos Humanos de Bolivia, el Centro de Derechos Reproductivos y el Instituto Tecnológico Autónomo de México recopilaron datos sobre la situación, y también señalan a los grupos más vulnerables y algunas causas de la impunidad.
En Colombia, la Fiscalía recibió 542 denuncias por malos tratos y abusos sexuales cometidos en colegios públicos del país. A pesar del número elevado, solamente 32 casos tuvieron una resolución, o sea, cada 10 denuncias, sólo 1,5 son solucionados.
El Instituto Nacional de Ciencia Forense registró, solamente en 2007, 337 casos de abuso sexual en escuelas. De acuerdo con este órgano, sólo en la ciudad de Bogotá, la violencia sexual creció un 138% entre 2004 y 2008.
Entre 2004 y 2005, según el instituto, hubo 937 casos de abuso sexual contra estudiantes en centros educacionales públicos y privados (577 y 360, respectivamente), lo que daría una media de un caso por día. El número no expresa la dimensión exacta del problema, ya que muchas víctimas permanecen en silencio.
En México la situación se repite. En un estudio reciente, citado en el informe, se dice que solamente en la ciudad del México, entre 2001 y 2010, hubo 3.242 denuncias en la Unidad para la Atención del Maltrato y Abuso Sexual Infantil (Uamasi). El 85,78% fueron cometidas por profesionales de la escuela –directores, profesores, administradores y empleados– y el 15% se refieren a abuso o asedio sexual.
En Bolivia, un informe publicado en 2004 por el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem) afirma que más de 100 agresiones sexuales ocurren en el interior de las escuelas bolivianas.
Como uno de los factores que favorecen la impunidad, el presidente de la Junta Nacional de Padres de Familia señaló el castigo leve a los agresores. "El castigo máximo que conocemos por parte de las autoridades es el cambio de unidad de los profesores cuando ellos son acusados de violencia física o abuso sexual, y con esto todo queda resuelto. Solamente un profesor que violó a una niña está en la cárcel”, relata.
Ecuador, declarado por el Banco Mundial como país con una "grave crisis de violencia sexual en la población joven”, registra cada 4 estudiantes un caso de abuso sexual, mientras que uno de cada tres estudiantes sabía de algún caso de éstos. Entre los agresores se encuentran principalmente profesores, compañeros de clase y vecinos. En 2006, un informe del Banco Mundial señala que el 22% de las estudiantes relataron haber sido víctimas de abuso sexual.
En el mismo sentido, el Concejo Nacional de las Mujeres publicó un informe, en 2006, denunciando que cada 1000 jóvenes, 121 sufrieron besos y caricias no consentidas, 32 fueron violadas, 27 tuvieron experiencias de abuso sexual oral y genital. De acuerdo con el estudio, el 84,3% de las denuncias se señala a mujeres como víctimas.
Como factor que favorece las violaciones, en el informe se cita la infraestructura y seguridad precarias en escuelas públicas de América Latina y del Caribe, lo que afecta aún más a niñas/os y adolescentes pobres.
"Las escuelas con menores sistemas de seguridad, mayormente están ubicadas en barrios pobres, marginales, rurales o indígenas donde los factores de riesgo de la violencia sexual aumentan”, se señala.
También es posible percibir a grupos que corren mayor riesgo de sufrir violencia sexual de acuerdo con la etnia, la condición indígena, la inmigración, la orientación sexual o el hecho de ser una persona con deficiencia. "Los niños, niñas y jóvenes inmigrantes, tanto internos como externos, en su gran parte son más vulnerables al no contar con documentos o por miedo de ser deportadas, o poner en peligro a sus familias inmigrantes o sin documentos”, se ejemplifica.
De acuerdo con el documento, el miedo a perder el prestigio, nutrido por las instituciones, las hace ocultar los casos de abusos, así como la falta de interés y de priorización del asunto por parte de las autoridades judiciales corrobora la impunidad.
El informe La violencia sexual en las instituciones educacionales se encuentra aquí: www.womenslinkworldwide.org/wlw/new.php?modo=detalle_proyectos&dc=53
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