28 Enero 2010
La directora de la radio alternativa norteamericana Democracy Now! entrevistó en su programa de hoy, entre otros, a la escritora norteamericana Alice Walker, al filósofo y ensayista Noam Chomsky y a la escritora británica Naomi Klein para rendir homenaje a Howard Zinn, profesor y activista político, quien murio este miércoles en Santa Mónica, California.
Zinn fue un gran defensor de la liberación de los Cinco cubanos presos en Estados Unidos, cuyo encarcelamente consideraba “un ejemplo vergonzoso de injusticia en nuestro país” y “un acto de crueldad imperdonable”.
A continuación un resumen de las intervenciones en el programa:
ALICE WALKER: Mi ex profesor fue una de las personas más divertidas que he conocido, y con una capacidad de decir las cosas más extraordinarias en los momentos más sorprendentes.
Por ejemplo, en Atlanta una vez, llegamos a una Universidad de niñas blancas de clase alta, y Howie se levantó -no sé cómo se las arregló para que lo invitaran, pero de todos modos, allí estábamos. Y esto fue antes de los cambios que ocurrirían luego en Atlanta. Todavía estábamos luchando por entrar en los restaurantes. Así que él se levanta y se va al frente de la sala llena de gente, y comienza su discurso diciendo, “Bueno, yo estoy a la izquierda de Mao Zedong”. Fue un momento tremendo, porque la gente no podía imaginar que alguien en Atlanta diciendo algo semejante sobre una Revolución en China. Pues lo dijo, incluso marcando que él estaba a la izquierda de eso. Asombrosa.
Creo que sentí que él iba a vivir para siempre. Y siento mucha alegría por haber tenido la suerte de conocerlo. Y él tuvo un impacto tan maravilloso en mi vida y en la vida de mis compañeros en la Spelman College -donde lo conocí- y en la vida millones de personas. Hemos sido increíblemente afortunados de tenerlo durante todos estos años, ochenta y siete. Eso es un tiempo largo. No lo suficiente. Pero estoy muy agradecida.
La directora de la radio alternativa norteamericana Democracy Now! entrevistó en su programa de hoy, entre otros, a la escritora norteamericana Alice Walker, al filósofo y ensayista Noam Chomsky y a la escritora británica Naomi Klein para rendir homenaje a Howard Zinn, profesor y activista político, quien murio este miércoles en Santa Mónica, California.
Zinn fue un gran defensor de la liberación de los Cinco cubanos presos en Estados Unidos, cuyo encarcelamente consideraba “un ejemplo vergonzoso de injusticia en nuestro país” y “un acto de crueldad imperdonable”.
A continuación un resumen de las intervenciones en el programa:
ALICE WALKER: Mi ex profesor fue una de las personas más divertidas que he conocido, y con una capacidad de decir las cosas más extraordinarias en los momentos más sorprendentes.
Por ejemplo, en Atlanta una vez, llegamos a una Universidad de niñas blancas de clase alta, y Howie se levantó -no sé cómo se las arregló para que lo invitaran, pero de todos modos, allí estábamos. Y esto fue antes de los cambios que ocurrirían luego en Atlanta. Todavía estábamos luchando por entrar en los restaurantes. Así que él se levanta y se va al frente de la sala llena de gente, y comienza su discurso diciendo, “Bueno, yo estoy a la izquierda de Mao Zedong”. Fue un momento tremendo, porque la gente no podía imaginar que alguien en Atlanta diciendo algo semejante sobre una Revolución en China. Pues lo dijo, incluso marcando que él estaba a la izquierda de eso. Asombrosa.
Creo que sentí que él iba a vivir para siempre. Y siento mucha alegría por haber tenido la suerte de conocerlo. Y él tuvo un impacto tan maravilloso en mi vida y en la vida de mis compañeros en la Spelman College -donde lo conocí- y en la vida millones de personas. Hemos sido increíblemente afortunados de tenerlo durante todos estos años, ochenta y siete. Eso es un tiempo largo. No lo suficiente. Pero estoy muy agradecida.
NOAM CHOMSKY: Howard fue el primero en decir -en voz alta, públicamente, de manera muy convincente- que simplemente tenían que parar la guerra de Vietnam, que había que salir y punto, sin condiciones, no tenemos derecho a estar allí, era un acto de agresión, y había que retirarse.
Su libro (sobre Vietnam) inició un cambio en la manera como la gente miraba a la guerra. Se limitó a cambiar las perspectivas de las personas, tanto por su argumento y su valor y su integridad y su voluntad de estar en la primera línea todo el tiempo y su sencillez y, como Alice Walker dijo, su sentido del humor. Este es un caso, la guerra. Su libro A People’s History of the United States es otro caso. Quiero decir, simplemente, que él cambió la conciencia de toda una generación.
Ha habido algunos estudios, ya sabes, sobre cómo movilizar a la gente desde abajo, pero él revolucionó este modo de hacer. De hecho, la frase suya que siempre suena en mi mente es llamado a “las pequeñas e innumerables acciones de personas desconocidas” que conducen a esos grandes momentos que entran en el registro histórico, un registro que simplemente no se puede empezar a entender a menos que nos fijamos en las innumerables acciones pequeñas.
Y no sólo escribió sobre ellos de manera elocuente, sino que participó con ellos. Y él inspiró a otros a participar. Y el movimiento contra la guerra fue uno de los casos, como los movimientos a favor de los derechos civiles antes del inicio de las guerras en América Central en la década de 1980. De hecho, en las huelgas de los trabajadores de oficina o en cualquier acción significativa para la paz y la justicia, Howard estaba allí. La gente lo veía como un líder, pero en realidad era un participante. Su carácter extraordinario le hicieron un líder, aunque él estaba siempre en primera fila esperando a la policía para que lo sacaran a empujones como a todos los demás.
Sí, éramos amigos personales, íntimos amigos desde hace muchos años, más de cuarenta años. Por lo que es para mí, por supuesto, una pérdida personal. Pero más allá, incluso más allá de sus familiares y amigos cercanos, es sobre todo una pérdida trágica los millones de personas, quién sabe cuántos, cuyas vidas alcanzó, cambió y les ayudó a convertirse en mejores personas.
Su libro (sobre Vietnam) inició un cambio en la manera como la gente miraba a la guerra. Se limitó a cambiar las perspectivas de las personas, tanto por su argumento y su valor y su integridad y su voluntad de estar en la primera línea todo el tiempo y su sencillez y, como Alice Walker dijo, su sentido del humor. Este es un caso, la guerra. Su libro A People’s History of the United States es otro caso. Quiero decir, simplemente, que él cambió la conciencia de toda una generación.
Ha habido algunos estudios, ya sabes, sobre cómo movilizar a la gente desde abajo, pero él revolucionó este modo de hacer. De hecho, la frase suya que siempre suena en mi mente es llamado a “las pequeñas e innumerables acciones de personas desconocidas” que conducen a esos grandes momentos que entran en el registro histórico, un registro que simplemente no se puede empezar a entender a menos que nos fijamos en las innumerables acciones pequeñas.
Y no sólo escribió sobre ellos de manera elocuente, sino que participó con ellos. Y él inspiró a otros a participar. Y el movimiento contra la guerra fue uno de los casos, como los movimientos a favor de los derechos civiles antes del inicio de las guerras en América Central en la década de 1980. De hecho, en las huelgas de los trabajadores de oficina o en cualquier acción significativa para la paz y la justicia, Howard estaba allí. La gente lo veía como un líder, pero en realidad era un participante. Su carácter extraordinario le hicieron un líder, aunque él estaba siempre en primera fila esperando a la policía para que lo sacaran a empujones como a todos los demás.
Sí, éramos amigos personales, íntimos amigos desde hace muchos años, más de cuarenta años. Por lo que es para mí, por supuesto, una pérdida personal. Pero más allá, incluso más allá de sus familiares y amigos cercanos, es sobre todo una pérdida trágica los millones de personas, quién sabe cuántos, cuyas vidas alcanzó, cambió y les ayudó a convertirse en mejores personas.
NAOMI KLEIN: Howard nos demostró que la historia que se enseña no sólo siguiendo el hilo de la pérdida de las ilusiones, o investigando los nacionalismo y las figuras heroicas. Nos enseñó la historia diciendole a la gente que hay que creer en sí mismos y en su poder para cambiar el mundo. Fue un maestro maravilloso, que nos dejó a todos grandes lecciones.
Estamos en medio de un resurgimiento de Howard Zinn. Y esto habría sucedido de todos modos. Su prédica está hoy en la televisión, en el cine, sus libros están de vuelta en la lista de best-seller. Y es que el mensaje particular que Howard transmitió toda su vida, y dedicó su vida entera, al tema más relevante de este momento. Tenía que morir justamente el día en que Obama daba su primer discurso del día después del Estado de la Unión, quizás para recordarnos su gran mensaje: no creer en los grandes hombres; creer en ti mismo, porque la historia siempre se forja de abajo hacia arriba.
Estamos en medio de un resurgimiento de Howard Zinn. Y esto habría sucedido de todos modos. Su prédica está hoy en la televisión, en el cine, sus libros están de vuelta en la lista de best-seller. Y es que el mensaje particular que Howard transmitió toda su vida, y dedicó su vida entera, al tema más relevante de este momento. Tenía que morir justamente el día en que Obama daba su primer discurso del día después del Estado de la Unión, quizás para recordarnos su gran mensaje: no creer en los grandes hombres; creer en ti mismo, porque la historia siempre se forja de abajo hacia arriba.
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