Cuatro entrevistas a ANTONIO VECIANA
Programa: La noche Se Mueve.
Director Edmundo García.
Fecha: entrevistas realizadas el martes 19 de junio, jueves 21 de junio, martes 26 de junio y martes 3 de julio de 2007
EG: Edmundo García
AV: Antonio Veciana
El programa La noche Se Mueve se puede escuchar en internet, en la siguiente dirección electrónica: http://www.lanochesemueve.us/
EG: Para mi agrado, y me imagino que para el agrado de la audiencia, ayer comencé este programa, hablando de una entrevista realizada por el periodista de origen francés Jean Vilar, quien realizó esta entrevista, que yo la encuentro en la versión de Granma Internacional, al general de división Fabián Escalante Fons, ex jefe de la contrainteligencia y de los servicios especiales cubanos en la época de los años 60 y 70. Escalante estuvo activo hasta 1996, cuando pasó a escribir libros a lo que pudiera ser un departamento de historia, de la Dirección de Seguridad del Estado de Cuba. En esta entrevista, que a mi me llamó mucho la atención, Escalante hace una serie de aseveraciones. Señala con su nombre, por actos, por hechos a un grupo de personas. Es muy difícil contactar a estas personas. Por ejemplo, Orlando Bosch, Albin Ros, los hermanos Guillermo e Ignacio Novo Sampol. Por supuesto, también menciona a Luis Posada Carriles, Ricardo, el Mono Morales, Navarrete, que ya murió. Se encuentra en esta lista también Antonio Veciana Blanch. Ayer pude hablar con Antonio Veciana. Le remití la entrevista, y él hoy por la mañana me contestó que iba a responder a mis preguntas y que iba a participar En la noche se mueve. Yo le doy la bienvenida y las gracias a Antonio Veciana por estar en este estudio esta noche. Gracias.
AV: Gracias a ti, Edmundo, por invitarme.
EG: Veciana, yo voy a ir tomando párrafos, sobre todo, los que tienen que ver con estas alegaciones que hace el general de división Fabián Escalante, acerca de su participación en determinados hechos, de los cuáles usted pudo o no tener conocimiento. En el caso suyo seré muy puntual. No está obligado a responder las preguntas que yo le hago. Usted le da la interpretación que entienda. Independientemente de eso, si hay una pregunta que simplemente por sus razones, por las razones que usted quiera tener, si la quiere declinar, me dice: no comentario. Yo respeto eso y paso a la siguiente pregunta. Vamos a comenzar, por lo que sería más agudo, por la declaración donde lo incluyen a usted. Según Fabián Escalante Fons, en el atentado que le planean realizar a Fidel, durante su visita a Chile, en el año 1971, donde él asistía, por invitación del presidente Salvador Allende, algo que yo nunca había oído, se hablaba de ese atentado donde, había un arma dentro de una cámara de cine o de televisión. Agrega Fabián Escalante que esos pistoleros que iban a disparar contra Fidel Castro, viajaban con pasaportes de periodistas venezolanos a Chile. Iban a estar acreditados como parte de la prensa venezolana. Dice Fabián Escalante que habían sido reclutados por Luis Posada Carriles, que entonces era segundo jefe de la DISIP en Venezuela, la policía política; que incluso en ese momento ya se trabajaba en una campaña mediática para darle una connotación política de otro tipo al asesinato de Fidel Castro. Según Fabián Escalante, había en ese momento en Caracas, un periodista de la Agencia de noticias TASS, la agencia soviética de noticias, que se sabía que era un oficial operativo de la KGB, y que Posada logró que sus hombres, las personas que llevaban la cámara con el arma, serían fotografiados o fueron filmados en lugares neutrales con este periodista, en caso de que cuando terminara el atentado se pudiera lanzar una campaña mediática, de que la muerte de Fidel Castro se había llevado a cabo por la KGB, a partir de diferencias políticas, en ese momento entre Fidel Castro y la entonces Unión Soviética. Alega además Fabián Escalante que Posada Carriles y usted, Antonio Veciana, habían estado ya en Chile, y que usted tenía dos funciones en Chile. Una de estas funciones era: ustedes se habían entrevistado con un coronel de la policía de carabineros de Chile, de apellido Sepúlveda, que estaría en la protección a Fidel Castro. Para que cuando se produjese el disparo desde la cámara, y muriera Fidel Castro, los asesinos no fueran arrestados, sino que serían ultimados allí por los propios carabineros, en el mismo instante en que mataran a Fidel Castro. Según Fabián Escalante, éstas son las dos personas que estaban con el periodista soviético, que era agente del KGB. Aquí tenemos la foto. Que además usted tenía, que si fracasaba este atentado a Fidel Castro en Chile en 1971, usted organizaría algún otro tipo de atentado contra Fidel Castro. O sea, usted era una de las figuras claves, que venía de Bolivia, donde tenía una base de operaciones. Hasta ahí, ¿qué opinión le merecen estas alegaciones, del general de división Fabián Escalante?
AV: Fabián Escalante, que fue jefe de la Seguridad y trabajó muy arduamente en el Ministerio del Interior cubano, ha tejido una novela con medias verdades. Es decir, el gobierno cubano, no supo absolutamente nada hasta después que fracasa. Pero ellos, no se habían enterado. Todo lo que él dice, de que tenía un control y que sabía lo que iba a suceder, etc., eso es falso completamente y cuando incluye a Posada Carriles, el famoso Bambi, Posada, también es incierto completamente. Yo quiero hacer una pequeña historia, del intento de atentado a Fidel Castro en Chile.
EG: O sea, ¿usted me está diciendo que Luis Posada Carriles, cuando era segundo jefe de la DISIP, de donde parten los dos periodistas venezolanos que iban ha hacer el atentado, no tiene ninguna relación con estos periodistas?
AV: Déjeme explicarle la relación siguiente. Nosotros supimos casi con 10 meses de anticipación, yo estaba en Bolivia, trabajando para USAID, como asesor del Banco Central. Había un grupo de cubanos trabajando en Bolivia por USAD. En el Banco Central estaba yo, como asesor bancario. En el Banco Minero estaba Rafael Dalmau. En el Banco Agrícola estaba Charles Bacon, que a pesar de que tenía nombre norteamericano por su ascendencia. Pero él era cubano de nacimiento. Y la CIA tenía a varios personajes dentro del Ministerio del Interior, del gobierno...
EG: ¿En aquel momento usted era agente de la CIA?
AV: Yo no fui agente de la CIA, aunque fui colaborador de la CIA.
EG. Y la información que a usted le llega, de que Fidel estaría en Chile, 10 u 11 meses antes, ¿se la entrega la CIA?
AV: Me la entrega un funcionario de la CIA y me dice que Fidel va a ir a Chile y si yo estoy dispuesto a organizar...
EG: Eso es muy importante. Repítame eso, por favor. Un funcionario de la CIA le informa que Fidel estará en Chile 10 meses antes. ¿Y que usted está dispuesto a participar en qué?
AV: En la organización del atentado.
EG: ¿Usted me está diciendo que la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos está organizando este atentado?
AV: A través de mí sí, sin la menor duda. En aquel momento yo dije que sí. Yo estuve 4 años con pase en Bolivia. No había leído nunca que Castro iba a Chile y por eso me extrañaba, pero efectivamente la fuente de información fue buena, hasta que me llama desde Perú, alguno de la CIA, y me informa que podía tener confianza en dos personas que me iban a visitar de parte de los carabineros de Chile. Yo no puedo asegurar si era Sepúlveda o era alguien más.
EG: ¿Es cierto entonces lo que dice Fabián Escalante, que hubo un contacto entre usted y los carabineros chilenos? Vamos a entrar después en materia, para que me diga ese contacto.
AV: Yo no fui a Chile, por eso te digo que él tiene ciertas informaciones de novela. Esos señores me visitaron a mí en La Paz, Bolivia, y tuvimos dos reuniones. Entonces ellos me informaron que efectivamente, había proyectado un viaje de Fidel Castro a Chile y que probablemente sería un viaje bastante extenso. No sería un viaje de algunas horas. Duró un mes. Ellos suponían que iba a estar dos semanas en Chile. Que estaban dispuestos a cooperar sin comprometer al gobierno de Chile, porque en aquel momento estaba Salvador Allende de presidente y ellos tenían temor de que pudieran ser apresados y encarcelados por el gobierno. Yo les solicité cierto apoyo que nunca me dieron. Yo solicité que me dieran uniformes de carabineros, que me dieran más facilidades. Ellos me dijeron que simplemente me iban a dar la información. Va a venir y te lo vamos a decir con tiempo suficiente para que te prepares.
EG: ¿Qué se supone que usted prepararía?
AV: En aquel momento yo estaba trabajando en La Paz y estaba bastante desconectado de Miami. Yo mandé un cable. Aquí hay personas todavía que pueden corroborar eso, en clave al Alpha 66, para ver si había hombres de acción dispuestos a funcionar.
EG: Usted fue fundador con Menoyo de Alpha 66. Me imagino que ya murió Nazario Sargent.
AV: Realmente, Andrés Nazario era secretario de organización del Segundo Frente del Escambray. Armando Fleites era el coordinador principal y después de varias entrevistas que propició Rufo López Fresquet aquí en el exilio, el que fue Ministro de Hacienda, trazamos la idea de hacer un frente diferente al Segundo Frente del Escambray, que se llamara Alpha 66. Mandamos el cable aquí a Miami en clave. Andrés Nazario me recibió. Entrevistamos a varias personas de Alpha 66, y en honor a la verdad los hombres de acción de Alpha 66, o el aparato militar que estaba en ese momento, ya que Menoyo estaba preso, me dijeron que no, que no estaban dispuestos a sacrificar sus vidas. Porque aunque les diéramos todas las garantías, ellos sabían que iban a perder su vida por la vida de Castro. Y que no estaban dispuestos. En esa situación me marché. Yo tenía que regresar, porque estuve apenas 4 días en Miami. Cuando regresé a La Paz, recibí un cable. Incidentalmente, entre las muchas actividades que he hecho, he sido empresario deportivo, empresario de artistas. Fui el empresario que trajo por primera vez a Raphael Martos aquí a Estados Unidos. Me mandaron un cable que decía: Raphael dispuesto a cantar.
EG: ¿Qué quería decir Raphael dispuesto a cantar?
AV: Era en clave. Que había gente...
EG: Para llevar a cabo el atentado.
AV: Yo regresé a Miami, y las dos personas que se habían comprometido pertenecían al grupo de Orlando Bosch.
EG: Ahora que usted menciona a Orlando Bosch. Aquí dice el general Fabián Escalante: Orlando Bosch estaba en Chile.
AV: No sé si estaba en Chile, pero Orlando Bosch...
EG: No, perdón. Dice que Orlando Bosch se incorpora. Se pone al servicio de Pinochet, en Chile, para la implementación del plan Cóndor. A eso llegaremos. ¿Usted no tuvo contacto con Orlando Bosch?
AV: Dos personas que habían trabajado con el poder cubano, que son el isleño Domínguez, muy conocido aquí en los medios anticastristas, y Marcos Rodríguez, se comprometieron a ir. Sobre la base de eso yo los trasladé y les propicié todas las formas para ir a Venezuela, y allí con ciertos funcionarios de Venevisión, que me dieron todas las facilidades, fueron entrenados para ser camarógrafos y conseguimos las credenciales de Venevisión, para que estos señores fueran. Hubo que entrenarlos, porque como ellos eran cubanos tenían que aprender a hablar el lenguaje venezolano.
EG: Estas personas que tenían pasaportes venezolanos, realmente eran cubanas.
AV: Eran cubanos, salidos de Miami. Los sacamos de Miami. Cuando llegaron a Caracas, estuvieron alrededor de 60 o 90 días entrenándose, en que no fueran detectados como cubanos, sino pasaran como venezolanos. Tratando de que dominaran el lenguaje, los modismos. Además aprendiendo a usar una cámara, etc. Hubo personas de Venevisión que nos ayudaron.
EG: ¿Ya en esa época Venevisión, era del señor Cisneros?
AV. Siempre fue de Cisneros. Pero estaba manejado por cubanos.
EG. ¿En esa época a la que usted hace referencia, estas dos personas sí tenían entrenamiento como killers, como asesinos?
AV: Yo no les diría asesinos.
EG: En ese sentido, quien mata comete un acto de asesinato.
AV: Sí, sí, por supuesto.
EG. Estoy traduciendo la palabra killers.
AV: Hombres de acción, del poder cubano, y que habían trabajado con Orlando Bosch. Pero en aquel momento, si mal no recuerdo, éste estaba fuera de los Estados Unidos, porque había violado el parole y se había ido del país. No sé si estaba en Chile o estaba en algún lugar. Pero Orlando no tuvo que ver con eso. Después que esos están preparados...
EG: Y la preparación, para puntualizar, es sobre un arma encubierta dentro de una cámara.
AV: Nosotros utilizamos a personas que eran expertos, conocían cómo se desarrollaban las conferencias de prensa que daba Cuba. Nos informaron que posiblemente, las personas que fueran al acto, iban a tener que dejar las cámaras en la antesala y las van a revisar. Pero usando un arma pequeña, y escondiéndola en ciertos sectores de la cámara, cuando ellos las pongan a correr no va a ser detectada el arma. Las credenciales eran correctas, porque ellos llegaron con credenciales de Venevisión. Llegaron a Santiago de Chile mucho antes de que Castro estuviera llegando a Chile. Es decir, ellos estaban allí, y empezaron ha hacer entrevistas a funcionarios del gobierno de Chile, como si fueran periodistas venezolanos.
EG. Montaron toda una cobertura. ¿Usted estuvo en esa organización, Veciana?
AV: Sí, cómo no. Yo estuve en Chile. Yo aprendí desde el primer momento. Fui entrenado para eso. Ya hablaremos, quizá, en otra oportunidad. Fui entrenado a tener un círculo muy pequeño, muy reducido.
EG: ¿Quién lo entrenó para eso? ¿La CIA?
AV: La CIA me entrenó.
EG: ¿Y el arma que estaba allí? La idea, que es una idea evidentemente de factura profesional. Esa idea. ¿Es una idea de la CIA el poner un arma en la cámara?
AV: Ellos me dejaron mucho espacio a mí. Ellos sugirieron lo de la cámara. Es decir, sugirieron hacer el atentado aprovechando la conferencia, donde iba a haber 700 o 600 periodistas. Después se fue cumplimentando con las personas, que como expertos fueron recomendando hacer esto o esto no se puede hacer. Estas personas llegaron a Chile, por diferentes formas y vías. Por ejemplo, yo salí de La Paz a Lima, en un carro diplomático de la Embajada de Estados Unidos. No llegué a Lima. La persona sí entró a Lima, donde había otras personas que iban a darle el necesario respaldo, a darle los recursos para encontrarse conmigo en Tacna. Porque yo salí en el carro diplomático, con las armas. Ya nosotros habíamos rentado en la calle Huérfanos, en Santiago de Chile, el apartamento donde ellos se iban a hacer pasar como unos simples periodistas. Y nos encontramos en algún lugar de la frontera, entre Chile y Perú, e hicimos todo un recorrido, ya que Chile es un país muy angosto, desde Arequipa, Tacna, y llegamos a Santiago con esa persona.
EG: Déjeme volver a la etapa de Venezuela, con las dos personas, cuyos nombres no se revelan nunca, Veciana. ¿No se pueden revelar los nombres de las dos personas que iban a disparar?
AV: Sí, yo lo acabo de decir ahora. Fue el Isleño, Antonio Domínguez...
EG: ¿Ya murió o aún vive?
AV: No sé. Ellos dos se han perdido. Yo no sé dónde están en este momento. Hace muchos años de eso.
EG. El Isleño ¿y quién era el otro?
AV: Antonio Domínguez, que le decían el Isleño, y Marcos Rodríguez.
EG: ¿Y qué edad tendrían en el año 71?
AV: Eran hombres de 30 años, más o menos.
EG: ¿Así que estarían ahora en los 70 y tantos?
AV: Ellos habían trabajado muy estrechamente...
EG: Con Orlando Bosch.
AV: Como yo no encontré a nadie en el Alpha 66, nadie dispuesto a ejecutar esa acción.
EG: Entonces, ¿fue el doctor Orlando Bosch quien suministró a las personas?
AV: No, Orlando no sabía. Estaba fuera del país.
EG: Podría estar fuera del país y saber.
AV: No, no lo sabía.
EG: En el caso de la etapa de Venezuela, estas personas son acreditadas por Venevisión. Son entrenadas para el uso de este tipo de arma, dentro de una cámara. En ese momento, ¿es el segundo jefe de la policía política Luis Posada Carriles? ¿No hubo contacto entre esas personas y Posada Carriles, como afirma Fabián Escalante? ¿Y entre esas dos personas, que irían allí, en su territorio, en su jurisdicción, ambos cubanos? Objetivo: Fidel Castro, en Chile. Muerte. Posada Carriles. El es un hombre de acción. Vamos a ponerlo así. ¿No hubo contacto?
AV: Déjame explicarte la historia, porque estoy hablando con la verdad. Porque la verdad es el camino para hacer la historia. Yo conocí a Posada. El tenía un cargo en la DISIP.
EG: Segundo jefe de la DISIP.
AV: Yo no sé si era el segundo jefe. A él se le conocía con el nombre de comisario Basilio. Una o dos veces que hablé con él. Era un poquito alardoso de su actividad anticastrista. El llegó en una época a ser... El estaba en el equipo del Partido COPEI. Y llegó a ser guardaespaldas del presidente Caldera. Yo lo vi en unas dos ocasiones. O coincidía, por lo menos, con ese grupo. En aquel momento, el Bambi Posada, dentro de las autoridades venezolanas, la DISIP, era el hombre de la CIA. El contacto que tenía la CIA con la DISIP.
EG: Si la CIA, como usted ha dicho, conocía este plan, suministró la información, entrenó la táctica allí, estuvieron estos dos cubanos en Venezuela, Posada es un hombre de la CIA en ese momento. Está allí al frente de la DISIP. ¿Entonces usted descarta que Posada está detrás de estas dos personas? Incluso Escalante agrega que hay una campaña mediática preparada a partir de fotografías con un periodista de la agencia soviética TASS, que era oficial del KGB y que esto lo propició Posada, con las dos personas que iban a dispararle a Fidel Castro.
AV: Déjeme explicarle. Primero, históricamente, Posada, en ese momento, no estaba en el cuadro del atentado a Fidel en Chile. ¿Por qué? Porque yo aprendí a hacer compartimentos dentro de mis actividades anticastristas.
EG: ¿Me está diciendo con eso que usted es la figura cubana de más alto nivel de organización en el atentado a Fidel en Chile?
AV: Sí. Seguro, Yo fui el organizador. Pero si me permite seguir con la historia. Estando allí, yo tenía una base de apoyo mínima de tres personas, que solamente sabían lo que se estaba preparando, porque yo necesitaba, cuando yo no estaba, ciertos movimientos y alguien me sugirió: ¿quién va a cargar con la culpa después de la muerte de Castro? Y yo le dije: Bueno... Porque siempre los cubanos quieren ser los líderes de las acciones.
EG: ¿Eso se lo sugirió la CIA?
AV: No, no. Era el grupo de apoyo que yo tenía. Alguien preguntó: ¿Quién va ha hacer el anuncio público de la muerte? Y yo dije: Señores, vamos a estar muy claros. La muerte de Castro significa la represalia de los castristas hacía los que participaron, y hacia sus familiares. No se equivoquen. Y es verdad, porque así ocurrió con la muerte de Guevara, que desaparecieron... Podemos hacer historia. La historia que no se ha contado, de la represalia.
EG: De eso me parece interesante hablar. Porque en algún momento, entre las cosas que dice Fabián Escalante, afirma que usted está dentro de los cubanos que están en Bolivia, en los años de la muerte de Guevara.
AV: Yo estuve posteriormente. En otra oportunidad podemos hablar de esto. Entonces, ¿quién va a cargar? Pero alguien me sugiere en el grupo: Vamos a echarle la culpa a la Unión Soviética. A mí me pareció buena idea, cosa que después disgustó mucho a las autoridades de este país, cuando se enteraron.
EG: O sea, que la CIA, no tenía conocimiento de esto. Eso fue un libretazo cubano.
AV: No, no lo tenía. Eso fue un libretazo cubano. Me fui por la libre, en ese caso. Lo que dice Fabián, él oyó campanas. Y te voy a decir después cómo oyó campanas. En esa situación, se manda al Isleño, que vaya a una casa. Simplemente a preguntar por una dirección. Y había un fotógrafo, que le tomó fotografías, para si había muertos, por parte nuestra, decir que esas personas habían estado trabajando para la KGB. Pero no era un periodista, era un profesor de la Universidad Central de Caracas, que era un agente de la KGB.
EG: Cuando Escalante dice, que usted tuvo contacto con jefes de carabineros, y él vuelve a mencionar que Posada, sabe de esto, para que cuando se produzca el disparo y mate a Fidel Castro, sean ejecutados en el lugar, las dos personas y esto daría pie a la campaña mediática, ¿qué responde?
AV: No es verdad. Por eso digo que él ha tejido una novela. Entre las cosas que yo obtuve de los carabineros, que no sé los nombres, porque ellos vinieron clandestinamente.
EG: ¿El apellido Sepúlveda, no le recuerda nada? ¿Era un coronel carabinero?
AV: No, porque yo también usaba un nombre falso. Eran oficiales de los carabineros. Podía ser Sepúlveda, pero yo no conocía a Sepúlveda. Ellos se negaron a darme uniformes oficiales. Que si los queríamos, los inventáramos. Pero ellos sí se comprometieron, y exploramos qué pasaría después. La idea era que cuando ellos estuvieran en la conferencia de prensa, donde iba a haber más de 500 personas, fueron 700, en la oscuridad, cuando de pronto se encienden las luces para enfocar, era que uno sacara el arma, se abalanzara y matara a Castro. Que ellos iban a impedir que los cubanos matasen a los cubanos. Que iban a sufrir cárcel, pero de que ellos iban a tratar de que esos cubanos salvaran sus vidas. Y eso fue lo que yo le dije a Domínguez y le dije a Marcos. Hay el compromiso de que ustedes van a salir con vida de ese hecho, porque ustedes se van a convertir en personas tan importantes, que lo mejor es que vivan, no que los maten allí.
EG: Usted dice que era el responsable de este atentado. ¿Nunca pactó la ejecución de los que iban a disparar?
AV: No. Nunca lo pacté, Es más, que había un acuerdo de que esos carabineros que iban a tener personal allí, iban a tratar de salvarles las vidas, sobre la base de decirle a los cubanos: Estos hombres son muy importantes, no se les puede matar.
EG: ¿No le recuerda, Veciana, esta descripción que hace el general Fabián Escalante, de la forma que él la describe, no le recuerda algo que había sucedido ya, diez años antes o nueve años antes, en la ciudad de Dallas, Texas. O sea, cuando asesinan al presidente Kennedy, y Oswald es inmediatamente ejecutado antes de ser interrogado?
AV: De acuerdo. Ese es otro capítulo, del cual podemos hablar después. Ese es un capítulo importantísimo, sobre la muerte de Kennedy, que yo quisiera tener la oportunidad algún día, de que usted me permitiera hablar sobre eso.
EG: Con muchísimo gusto.
AV. En otra oportunidad. Pero el problema es que, cuando ellos están en Chile...
EG: ¿Usted fue interrogado? ¿A usted lo citaron? ¿Creo que de alguna manera, usted ha prestado testimonio, creo que en el Congreso, alrededor de la investigación por la muerte del presidente Kennedy?
AV: Sí, cómo no.
EG: Y de alguna manera, sin entrar en la muerte de Kennedy, la forma en que muere Oswald, a quién se responsabiliza con el asesinato del presidente Kennedy, y lo que según Fabián Escalante, iba a suceder en Chile, ¿tiene similitud?
AV: Tiene similitud, pero no necesariamente es correcto esa similitud. Pero yo quiero ir más allá. Cuando estas personas están en Chile, Castro es un hombre, que podríamos hablar de él largamente. Yo le he estudiado como asignatura. Yo estudie por mucho tiempo, a Fidel Castro, Todas sus reacciones, desde niño, desde niño.
EG: ¿Usted lo estudió como autodidacta o tuvo unos tutores o una academia?
AV: No, yo me encargué, de estudiarlo. Igual que lo había hecho con Batista.
EG: ¿Porqué los hombres no dispararon? ¿Qué pasó?
AV: Por falta de valor. Lo que había pasado antes en Cuba, en el ataque al palacio presidencial, se repitió. Fidel Castro es un hombre, en mi opinión, él siempre ha tenido el alma de gángster. Ha crecido en él el gangsterismo. Y como gángster se cuida y sabe cómo cuidarse. El cuando lleva 100 hombres, la gente se pregunta: ¿Por qué? Porque intimida con esa presencia de 100 hombres armados, y dispuestos a defender la vida de Fidel, por supuesto. Y esas personas se dejaron impresionar. Porque estuvieron allí, en el momento. Pero la impresión, de la defensa que tenía Castro, 100 hombres, los amedrento. Se intimidaron y decidieron salir de Chile, sin hacer su cometido. ¿Cómo se entera Fabián Escalante de todo esto? Porque no sabían absolutamente nada. Cuando ellos huyen, uno de ellos, que era Marcos Rodríguez, tiene que regresar a Caracas. Marcos Rodríguez, tenía una condena pendiente, de 5 años, porque aquí le habían metido un bazukazo, a un barco polaco, con el grupo de Orlando Bosch. El estaba bajo fianza, cuando yo me lo llevo del país, Para Venezuela y para Chile. Cuando está allí, en Caracas, yo le aconsejo: ¿Vas a regresar a los Estados Unidos, para que tengas que cumplir 5 años de cárcel, que te echaron por el acto de terrorismo que hiciste en Miami? El al principio dudó, pero después me dijo: Yo quiero regresar. Y ahí es donde aparece Posada Carriles. El hombre que trae a Marcos Rodríguez aquí, que va a la Embajada Americana y explica, la situación que hay y le explica todos los detalles, y hace esos informes a la DISIP, es Posada Carriles. Y él fue el hombre que lo trajo en el avión y lo entregó aquí a las autoridades.
EG: Entonces, ¿por qué usted dice que Posada?
AV: Porque la copia del informe que hizo Posada, porque Marcos Rodríguez le reveló todos los detalles de la conspiración a Posada. Y Posada, hizo un informe para los archivos de la DISIP. Y alguno de la DISIP pasó todo ese informe al gobierno cubano, y por eso es que se entera el gobierno cubano. No antes, como hace ver Fabián Escalante, de que ellos eran tan inteligentes, tan capaces y tan organizados. No era así. Se enteraron porque alguno de la DISIP de aquel momento entregó copia del informe que había hecho Posada Carriles.
EG: ¿Usted estuvo vinculado al Plan Cóndor?
AV: Nunca, no tuve que ver nada con eso. Ah, perdón, hay otro detalle, que quizá no sabe, Fabián Escalante. O si lo sabe lo ocultó. Cuando fracasa y la gente huye, vengo a Estados Unidos. Decepcionado. Hemos fracasado. He fracasado por segunda vez, organizando un acto para matar a Castro. Y me reúno con cierta gente de Alpha 66. Con Osiel González, que es miembro en este momento. Es vice secretario general de Alpha 66. Y Osiel me dice: Está llegando a Miami, Posada Carriles. Vamos a hablar con él, porque es un gran tirador y odia mucho a Castro, y con él, podemos tratar de hacer algo. Sabíamos que el avión de Fidel Castro iba ha hacer una escala técnica en Ecuador. Almorcé con Posada y con Osiel González. Y él aceptó ser el tirador, bajo ciertas condiciones.
EG: ¿Quién iba a ser el tirador? ¿Posada?
AV: Posada Carriles. Pero no era en Chile. Era en Ecuador.
AV: ¿Qué condiciones puso Posada para tirar?
AV: Uno, que tenía que darle una vía de escape.
EG: El nunca le planteó: Yo me inmolo por mi causa. Yo soy un héroe. Yo soy un patriota.
AV: No, no se inmolaba. El pedía una salida. El dijo: A cierta distancia, yo practico tanto al tiro y soy tan buen tirador, que no dudo, que como Castro es un hombre alto, le ponga el tiro en la cabeza. Pero tengo que tener una vía de escape. Y además, ponerme tal arma allí. Porque yo tengo que llegar al aeropuerto de Ecuador sin armas. Y fui yo quien llevó el arma a Ecuador.
EG: Ese plan del arma, ¿era propio? ¿Era una iniciativa propia o fue un plan presentado desde Langley?
AV: ¿Cómo desde Langley?
EG: O sea, ¿detrás de este atentado de Ecuador estaba la CIA?
AV: No. Era la continuación de lo de Chile. En ese caso, Osiel González viajó y se entrevistó con 2 cubanos, que habían sido funcionarios de la aviación de Castro y que habían desertado. Eran hermanos. Los hermanos Verdaguer.
EG: Me quedan algunos tópicos por tocar, que yo creo importantes. Usted dice que no participó en el Plan Cóndor. Sin embargo, aquí hay una cita del general Fabián Escalante. Y cito textualmente: informaciones surgidas a raíz de las informaciones del Congreso de Estados Unidos, por los complots de la CIA para asesinar a Fidel, exponen que Antonio Veciana recibió en 1976, por parte de su oficial de caso de la CIA, un pago por 360 mil dólares. ¿Por qué ese pago —se pregunta Escalante—, si se supone que todas las operaciones en las que participó fueron financiadas puntualmente? ¿Es que acaso pretendían comprar su silencio sobre un delicadísimo asunto? Y termina, preguntando: ¿Qué otras sumas millonarias se habrán pagado, a Orlando Bosch, a Posada y a sus otros asociados, todos estos años de terror, cuando todavía no se había creado la Fundación Cubano Americana? Y esto lo empata, porque antes en un párrafo anterior, había afirmado que estos dineros, o las personas que de alguna forma recibían financiamiento de la Agencia Central de Inteligencia, para este tipo de operación, se habían vinculado o se vinculaban al narcotráfico para multiplicar ese dinero. Que en muchas ocasiones hubo operaciones de narcotráfico en este asunto.
AV: Déjeme explicarle lo siguiente. Cuando los hermanos Verdaguer, en Ecuador, le contestan a Osiel González, que está aquí en Miami. Le dicen que ellos no van a participar. Que eso es una inmolación, que no están dispuestos a participar. Además de que están muy vigilados, porque son cubanos, extranjeros, allá. Entonces se termina el plan ahí. Y por lo tanto, Posada no viaja a Ecuador, para cumplir esa misión. Todo esto es una novela que él teje, inventa y empata a veces cosas que no son verdad.
EG: Pero, ¿muchas de estas cosas son ciertas o no?
AV: Muchas cosas son ciertas, pero son medias verdades. Muchas veces él dice, haciendo ver al mundo que el servicio de inteligencia cubano es extraordinario. Yo le digo, si se le compara con el servicio de espionaje americano, son niños, son infantiles.
EG: Le pregunté el otro día a Bryan Latell, sobre que creía de los servicios de inteligencia cubano, que estuvo 30 años dentro de la CIA, y me dijo: Junto al Mosad, los mejores, dice Bryan Latell. Lo dice públicamente Latell, analista de la CIA. Déjeme volver con usted, estoy jugando con el tiempo, que es un castigador. Ahora mismo, hice una alegación, que sé que no le va a dar tiempo a contestar. ¿Usted puede continuar este programa mañana conmigo?
AV: Sí, cómo no.
EG: Creo que va a ser importante, porque podemos tomar algunas opiniones y mañana retomamos. Pero me pregunto así, como los locos, y lanzo esta interrogante: ¿Usted se sentaría a conversar, en cualquier lugar del mundo, como por ejemplo Cancún, con el general Escalante sobre estos hechos?
AV: Usted sabe algo, o lo adivino. Fabián Escalante me mandó un mensaje hace dos años, que él quería reunirse conmigo. Pero él quería reunirse conmigo en Cuba, y yo le dije que no. Yo no tengo miedo a dialogar con nadie, yo sé mis conceptos, mis principios, y el dialogar no significa nada malo. Le contesté que yo estaba dispuesto a dialogar, pero no en Cuba. El recado me lo mandó con alguien que había sido oficial rebelde, del grupo de Hubert Matos, y en un programa de televisión, A Mano Limpia, yo mencioné eso, y Hubert Matos me vino a visitar en mi oficina, y me pidió: Mira Antonio, yo tengo una posición muy clara, y esto de que un oficial mío estuvo en contacto con Fabián Escalante...
EG: Pero que yo sepa, Hubert Matos, ya no tiene ningún oficial actualmente. Es un señor casi en edad de jubilación.
AV: Estoy de acuerdo, pero él se vio comprometido ante la opinión pública, de que podía ser mal interpretado. Y yo aclaré quien era el ex oficial, y eso me costó un disgusto.
EG: Veciana, pero entonces en Cancún, en Montreal, en Ottawa, sí conversaría con el general Escalante.
AV: Yo donde quiera que haya garantías, menos en Cuba.
Oyente: Señor Veciana, usted trabajó con el magnate azucarero Julio Lobo, y lo más importante de esto es la necesidad que tienen los historiadores cubanos de que usted pueda explicarle al pueblo de Cuba su participación en el movimiento MRP, donde usted estuvo involucrado en el incendio de El Encanto, donde ahí perdió la vida Fe del Valle. Yo quisiera que usted sea sincero, y diga aquí a los oyentes si usted participó, porque quien lo delata a usted es el detenido Reynold González.
AV: Mire, en aquel momento yo era jefe de acción y sabotaje del MRP. Entonces, el MRP emprendió una serie de actividades, de resistencia contra el gobierno de Fidel Castro, y una de las cosas era quemar tiendas, para crear la atmósfera necesaria que ayudara a la sublevación y a la invasión que ya se hablaba que venía de exiliados cubanos.
EG: O sea, ¿usted está respondiendo que sí, usted estuvo implicado en el incendio de El Encanto?
AV: Sí, yo estuve implicado. Lamentablemente, la persona que lo hizo, con un gran valor, Carlos González, fue después apresado y fue fusilado. Su hermano y su familia viven aquí, Gonzalo González. La idea era destruir El Encanto y que no hubiera bajas. Pero la señora Fe, no sabemos por qué, se quedó en el edificio y pereció. Pero eso fue una baja accidental. No fue intencional su muerte.
Oyente: Buenas noches Edmundo, Muy buen programa, como siempre. Y esa persona que está tiene que tener mucho valor para estar hablando lo que él está hablando. Yo sé que hay muchas cosas más. Lo único que pongo en duda en lo que él está diciendo es en lo que expresa que la seguridad cubana hay muchas cosas que habla que las habla por hablar, que recuerde él que cuando venía la invasión en el 60 se infiltraron gente, se infiltraron gente en el Escambray, y siempre le han infiltrado gente en todos los lugares.
EG: Mire, eso está dentro de este artículo bastante extenso, donde Fabián Escalante habla como la seguridad cubana desarrolló una ofensiva de penetración, incluso contra la propia CIA. Eso lo vamos a hablar mañana.
Oyente: Buenas noches Edmundo. Muy interesante el programa y mi respeto al señor que tienes ahí, porque creo que está contando parte de la historia de Cuba, y tiene honestidad en decir las cosas como son. Y yo creo que eso es muy importante aquí en Miami.
JUEVES, 21 DE JUNIO
EG: El programa de hoy está concentrado en el invitado, que es el señor Antonio Veciana, vinculado a todo un proceso histórico, entre Estados Unidos, Cuba, la Agencia Central de Inteligencia, la Seguridad del Estado. Planes de asesinatos, acusaciones de actos terroristas, alegaciones de actos de guerra. Antonio Veciana, sorpresivamente para muchos, ha estado haciendo revelaciones, desde el martes. Está aquí y esta es la continuación del programa, como dije, de la pasada noche del martes. Le doy las gracias, una vez más por asistir, Veciana.
AV: No tiene porque darme las gracias. En primer lugar, buenas noches a todos los oyentes.
EG: El pasado martes, al final del programa, un oyente apuntaba, sobre la responsabilidad de la organización, a la cual pertenecía Antonio Veciana, con el incendio de la tienda El Encanto, una tienda simbólica de La Habana, donde murió Fe del Valle. Mi pregunta es: ¿se hizo con explosivos? ¿Quién suministró el explosivo para volar esa tienda?
AV: Edmundo, históricamente tengo que decir la verdad. No fue un explosivo. O sí, fue un explosivo, de acuerdo a como se quiera mirar. En aquel momento, todas las organizaciones contrarias al gobierno de Castro, lo que Castro llamaba organizaciones contrarrevolucionarias, teníamos equipos que llegaban a la capital especialmente, pero a otras provincias también, donde la CIA, enviaba armas, explosivos y petacas incendiarias. Petacas incendiarias que eran muy fáciles de utilizar, porque de acuerdo al color que tuviera la cinta, era el tiempo que demoraba en explotar. Fue una bomba incendiaria.
EG: Esto fue lo que explotó en El Encanto, una petaca incendiaria.
AV: Sí. Se hizo en varias tiendas. El gobierno había tomado también medidas y abortó varias veces los intentos. En el caso de El Encanto, yo recuerdo perfectamente que la sección obrera del MRP, específicamente Emilio Mayor, que era el coordinador, había recibido de parte nuestra las petacas incendiarias, para ponerlas en las tiendas, porque había personas que pertenecían al movimiento, pero que eran empleados de las tiendas.
EG: ¿Ustedes habían establecido que esas petacas incendiarias venían de la CIA, de los Estados Unidos?
AV: O sí, hombre. Nosotros no podíamos fabricar nada de ese tipo, esas cosas eran verdaderas armas industriales. No era nada incipiente.
EG: Llegó desde Estados Unidos, el explosivo. Allí murió Fe del Valle.
AV: Cuando pasó el hecho, como había diferentes organizaciones que tenían explosivos, empezaron a sonar bombas en La Habana. El gobierno tomó medidas y una de las medidas era registrar a las personas, a los empleados, que entraban en la tienda y varias de las personas que se habían comprometido, dijeron que ellos no se exponían, porque era mucho peligro y se estaban jugando la vida ante el paredón. Menos Carlos González, que dijo: Yo la voy a poner, y se la ingenió, para ponerla en una parte del aire acondicionado. El sacó la tapa y la introdujo ahí. Con buena suerte para el intento, porque inmediatamente que explotó, se distribuyó por toda la tienda, que fue destruida totalmente.
EG: Visto a la distancia y a su edad, ¿usted considera que ese fue un acto terrorista?
AV: Bueno, es un acto terrorista si se le contempla desde un ángulo. Pero en aquel momento, estábamos en guerra contra Castro. Y cuando hay guerra, el mismo Fidel Castro había impuesto el terrorismo a base de poner bombas en la lucha contra Batista.
EG: Usted mencionó ayer dos hechos, de intentos de asesinato a Fidel Castro, en los cuales participó. El martes, mencionó, que en Chile, estaba al frente de la organización del atentado, por encargo de la CIA, y usted me mencionó a Ecuador, donde Luis Posada Carriles, iba a ser el francotirador, pero desistió el propio Posada, porque no tenía vía de escape. No estaba dispuesto a una inmolación y desistió. Sin embargo, tengo entendido, que usted es una de las personas, que en más atentados ha participado, o le ha organizado a Fidel Castro. ¿Cuántos intentos de atentado organizó contra la vida de Fidel Castro?
AV: Yo organicé 4 atentados. El primero fue en el Palacio Presidencial.
EG: Que iba a ser con una bazuka.
AV: Que iba a ser con una bazuka desde el edificio de la Avenida de las Misiones. Casualmente, cosas de la historia, el apartamento era 8A, Ochoa. En el de Chile, quiero dejar bien aclarado, Edmundo, lo siguiente. Cuando fracasa, porque las personas que estaban, en un apartamento de la calle Huérfanos, que tenía las armas con mira telescópica, dijeron que no. Eso fue en Chile, en el año 71.
EG: ¿En qué año usted intenta, asesinar a Fidel Castro, por primera vez?
AV: Fue en octubre del 61, en el Palacio Presidencial.
EG: Con la bazuca. ¿Y por qué fracasa ese atentado?
AV: Eso fracasa, como le explique, porque la represión que ejerce Castro, que es un maestro en eso, intimida a las personas. Yo introduje esa noche a 3 personas. Uno era un experto bazuquero. El otro jefe de la operación era Bernardo Paradela, que tenía una historia de lucha extraordinaria en contra de las dictaduras, de Batista, etc., etc. Y otra persona, que aún está en Cuba y yo quiero reservarme el nombre. Ellos me informaron, y por eso fue la decisión, que no podían sacar la bazuca, porque las luces que tenía puesto el Palacio Presidencial, dirigido al edificio de la Avenida de las Misiones, iba a significar que iban a ser descubiertos antes de que ellos pudieran hacer el disparo.
EG: Esa es la razón. El segundo atentado, que usted planifica ¿cuál es?
AV: El de Chile, que fracasa porque el cubano tiene esta característica: todo el mundo quiere participar del atentado, pero ver al muerto y salir con vida. Eso es muy difícil en el caso de Fidel Castro.
EG: Quiere usted decir que la gente no se quiere morir.
AV: No se quiere morir. No son suicidas, sino que ellos quieren tener una buena posibilidad de salir ilesos. Y convertirse en héroes, por supuesto.
EG: El tercero, es el de Ecuador, con Posada. ¿Qué otro atentado, usted le organiza a Fidel Castro?
AV: Nosotros tuvimos un intento de hacerlo en las Naciones Unidas.
EG: Aquí, en la ciudad de Nueva York.
AV: En la ciudad de Nueva York, en el año 79.
EG: O sea, posterior a la voladura del avión de Cubana.
AV: Posterior. En aquel caso, me convencí de la colaboración que hay entre los servicios de inteligencia de Cuba y Estados Unidos.
EG: Déjeme puntualizar, detrás del atentado de Ecuador está también la CIA.
AV: Está la CIA, implícitamente, porque desde el primer momento, la intención de la CIA era tratar de eliminar a Fidel Castro.
EG: Pero en el atentado en Nueva York, me imagino que no.
AV: No, no.
EG: O sea, la CIA, está en los atentados fuera de Estados Unidos. Este era por cuenta de ustedes.
AV: Este era por cuenta nuestra. En el caso de las Naciones Unidas, se había anunciado que Fidel Castro venía a Nueva York. Yo tenía una persona, una dama, que tenía fama de medio loquita. Pero demostró que no era muy loquita. El plan era hacer una bomba, como si fuera una pelota de softball, y lanzarla sobre el auto. Ahí sí iba a participar yo indirectamente, porque la idea era tener dos personas, en el camino del aeropuerto a la embajada cubana en Nueva York, para que me dijeran en qué carro iba Castro.
EG: La embajada que está en Lexington, en el bajo Manhattan.
AV. Sí. Nosotros habíamos convencido a esta dama, yo quiero ocultar el nombre, ella todavía está aquí. Ella se había ofrecido a lanzar la pelota. La idea era que ella se hiciera pasar por castrista. Dos o tres días en Nueva York, se infiltrara en los grupos castristas, llevara banderitas del 26 de julio, etc., y que cuando llegara el auto cerca de la embajada cubana o de la sección de intereses, ella le lanzara la bomba de contacto, al carro de Fidel. Pero había que saber en qué carro venía Fidel. Cuando aquello había dos personas que iban a tener los intercomunicadores conmigo, para que yo le pudiera decir a ella, estando al lado de esta persona: Mira, ése es el carro de Fidel, porque cambian de posición. Pero el servicio secreto se enteró.
EG: El servicio secreto de Estados Unidos.
AV: Sí. Yo voy a decir el nombre aquí, porque ya está muy enfermo hace rato, Edel Montiel, un alzado contra Batista y después contra Fidel Castro en la Sierra del Escambray. Edel era experto en explosivos, ya que la CIA lo había preparado. Le digo: Yo quiero que me chequees bien, para no fallar, que sea una bomba de contacto. Parece que él lo comentó con su esposa, y la esposa llamó al FBI, y le dijo el plan que había. Desde entonces el servicio secreto, no solamente me mantuvo bajo una presión extraordinaria. Donde quiera que yo iba en la ciudad de Miami, ellos iban detrás de mí. Además no se ocultaban.
EG: Entonces, usted tenía como una escolta.
AV: Una escolta, no. Era para que supiera que me tenían vigilado.
EG: ¿Este es el último atentado que usted planifica contra Fidel Castro?
AV: Sí. Ese es el último.
EG: Todos fracasaron. Si tuviese que encontrar un denominador común, un rasero igual para decirme, por esto, fracasaron todos. ¿Qué me diría?
AV: Que el cubano no está dispuesto a sacrificar la vida en un atentado.
EG: Hay una revelación en el Congreso de Estados Unidos, después de un grupo de documentos desclasificados, de los planes de la CIA, para asesinar a Fidel, pues el Congreso de Estados Unidos revela que usted recibió en el año 1976, por parte del oficial del caso de la CIA, que lo atendía a usted, según el Congreso y los documentos desclasificados, un pago que en algunos documentos aparece que fue de 360 mil dólares de la CIA, y en otro aparece que fue de 300 mil. Estos 300 mil o 360 mil, usted me dirá si es que puede, no aparecen que son para que usted financie nada y entonces Fabián Escalante pregunta: ¿este dinero que la CIA le da a Veciana, y que el Congreso revela al final del 76, 360 mil dólares, dice la seguridad cubana, fueron para comprar su silencio?
AV: Yo creo que no.
EG: ¿Es cierta esta cantidad de dinero?
AV: Bueno, exact
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