Nicolás Guillén
Cuba
Che Guevara
Como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera
como si el Plata vegetal viniera
con el Cauto a juntar agua y ternura,
así Guevara, el gaucho de voz dura,
brindó a Fidel su sangre guerrillera
y su ancha mano fue más compañera
cuando fue nuestra noche más oscura.
Huyó la muerte. De su sombra impura,
del puñal, del veneno, de la fiera,
sólo el recuerdo bárbaro perdura.
Hecha de dos un alma brilla entera,
como sin San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera.
Nicolás Guillén
Cuba
Lectura de domingo
He leído acostado
todo un blando domingo.
Yo en mi lecho tranquilo,
mi suave cabezal,
mi cobertor bien limpio,
tocando piedra, lodo, sangre,
garrapata, sed,
orines, asma:
indios callados que no entienden,
soldados que no entienden,
señores teorizantes que no entienden,
obreros, campesinos que no entienden
soldados teorizantes que no entienden.
Terminas de leer,
quedan tus ojos fijos
¿en qué sitio del viento?
El libro ardió en mis manos,
lo he puesto luego abierto,
como una brasa pura,
sobre mi pecho.
Siento las últimas palabras
subir desde un gran hoyo negro.
Inti, Pablito, el Chino y Aniceto.
El cinturón del cerco.
La radio del ejército
mintiendo.
Aquella luna pequeñita
colgando suspendida
a una legua de Higueras
y dos de Pucará.
Después silencio.
No hay más páginas.
Esto se pone serio.
Esto se acaba pronto
termina.
Va a encenderse.
Se apaga
Va a nacer.
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